Tras un tiempo con la bicicleta compacta plegable, de rueda de 20 pulgadas, he podido apreciar más claramente sus virtudes y defectos, unas virtudes (y también unos defectos) que intentaré explicar aquí con más detalle para exponer sus ventajas.
La primera de ellas es, sin lugar a dudas, su peso. Aunque en este sentido es engañoso, puesto que en apariencia son más pequeñas y compactas, su cuadro requiere más refuerzo, a lo que hay que añadir el portabultos (que suelen ser de acero para soportar el peso de la carga). Así, y por lo general, las bicicletas compactas y plegables suelen ser más pesadas que las estándar de MTB (de hecho es más pesada que mi bici de montaña), por lo que mi consejo es que lo tengáis muy en cuenta y, a ser posible, elijáis modelos con portabultos y guardabarros que se puedan retirar (hay algunas en donde estos elementos, sobre todo los portabultos, van fijos). Esto tiene su explicación: un portabultos de varillas (más ligero, pero menos robusto claro, que el soldado de otros modelos) y unas llantas de aluminio de pared simple (aunque con la penalización de los guardabarros, que son de acero) os ahorrarán unos preciados gramos que podréis dedicar a cosas más provechosas.