Antiguamente acudía a las tiendas para comprar cintas de casette. Luego, hacía lo mismo con los disquettes, yendo a una pequeña tienda donde tenían una de las mejores marcas y más competitiva en calidad/precio (hoy la marca sigue existiendo, pero en manos de otra compañía y sus productos son muy defectuosos). Hoy voy a por pendrives o memorias USB. Al final, lo único que ha cambiado son mis años, y que los precios son mucho más caros.
Pero bueno, sí es verdad que han cambiado detalles que puede que pasen desapercibidos a los jóvenes clientes de ahora. Porque hoy hay menos tiendas, estos productos tienden más a adquirirse por Internet y, además, su calidad, por lo general, es peor. Difícil es encontrar uno de estos dispositivos de grabación que esté hecho en Alemania (como los antiguos Basf), en Holanda (como las antiguas PDM), o en algún otro país europeo.