...Y es una lástima. Unos de mis mejores recuerdos en bici los viví con una Derbi Rabasa: preciosa, ligera (a pesar de ser de acero), robusta, muy bien hecha, con unas terminaciones geniales y muy fácil de reparar. Muy por encima (pero muchísimo por encima) que otras marcas de renombre del mercado que, curiosamente, aún sobreviven (quizá sea por eso de la obsolescencia programada, el que aquellas bicis tan buenas durasen tanto y claro, las de la competencia, un suspiro).
Por eso la desaparición tanto de Derbi (en manos ahora de Piaggio, que no la iban a hacer desaparecer, decían, y ya ves: sus modelos actuales son casi testimoniales, las que ahora existen han dejado de ser Derbi hace mucho, desde que los italianos cerrasen la factoría de Martorell con el último ciclomotor producido en donde firmaron todos los empleados, un Derbi Senda, por cierto) como de Rabasa supuso, para todos los que amamos las bicicletas, un varapalo tremendo.
Eso ocurrió en el año 1996, algunos años después de haber tenido aquel modelo de MTB que os comentaba (y el cual, por desgracia, no conservo: lo regalé y, como suele ocurrir con estas cosas, a quien se lo regalé no lo apreciaron tanto y acabó sus días al poco después). Pero en 2011, hace ya algún tiempo (seis años), el nieto del fundador (Albert Adami Rabasa) decide retomar el negocio de su abuelo volviendo a fabricar bicicletas pero, obviamente, como Rabasa ya no tenía el poderío de antaño, empieza con un modelo urbano bastante básico pero muy actual y "coqueto", acorde con los tiempos que corren de una bicicleta para el día a día que pueda sustituir al coche en los trayectos cortos en ciudad.
Este primer modelo, denominado Rabasa Nova ("Nueva Rabasa") no deja de tener muchas virtudes, y además su fabricante ofrecía -en teoría, porque no se encuentran por ningún lado- cuadros sueltos ("desnudos") para que cada uno pudiera realizar la bicicleta de sus sueños (o lo más cercano a ella) desde prácticamente cero.
El proyecto nació con mucho empeño e ilusión pero pronto se quedó varado: puede que el público no entendiera muy bien el concepto, o puede ser -probablemente- su precio estratosférico. Que una bicicleta sencilla (con cambio interno, pero sencilla) nos cueste 1.000 €, llega a cuadruplicar a las bicicletas venidas de oriente, compactas y también básicas. Estamos de acuerdo que la tecnología que hay detrás de la Nova es mucha, y que su genial cuadro de cromoly tiene pocos rivales en el mercado (ya sabéis que soy un enamorado de los cromoly), pero por desgracia hay poca gente que valore eso, y más aún a ese precio. Claro que el cuadro no tiene nada que ver con el resto, estamos hablando del Reynolds 631, un CrMo de los mejores para tubos de bicicleta.
A todo esto se añade el abandono absoluto en el que tienen la web, prácticamente sin actualizar desde su aparición, con una sección de tienda inexistente, y un blog oficial que acaba de abrir (lo hizo en junio, seis años después del lanzamiento de la bici) y que ahí se ha quedado, con una única entrada.
Estamos de acuerdo que los tiempos son malos, duros y difíciles para proyectos como este, pero si no puedes montar una tienda, lo más aconsejable es no ponerla en tu web, y si no puedes tener un blog actualizado y con entradas con un mínimo de movimiento mensual, pues es mejor no tenerlo. Más que nada porque la sensación de proyecto que hace aguas y de abandono es muy triste, y la imagen que dan terriblemente nefasta, no solo para una marca tan mítica y prestigiosa como Rabasa, que no se lo merece, sino para el potencial cliente que vaya a informarse o con intención de adquirir esa bicicleta.
No me creo, por otro lado, que una marca como Rabasa no pueda tener un blog actualizado, pero por lo menos nos queda el consuelo que su perfil en Twitter sí presenta bastante actividad. Algo es algo. Por cierto, todos mis buenos deseos para Rabasa, espero verlos pronto de nuevo fabricando MTBs como antes, ¡qué ganas de volver a hacerme con una!
| Redacción: Duraderos.blogspot.com
Una pena lo que causó la desinsdustrialización española durante los 80 y los 90, y particularmente en Cataluña.
ResponderEliminarRabasa me encantaba desde niño. Siempre desee una Rabasa Derbi Panther, aunque me tuve que conformar con una Orbea Furia.
Ya tras la adquisición de Piaggio, me hice con un ciclomotor, me gustaba la marca, simplemente, aunque los duseños fueran italianos.
En su retorno, parece que tenían ganas, pero ya vemos que si dejan de lado la tienda, y el blog, es que verdaderas ganas no tienen.