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A Frederique Constant le van muy bien las cosas (amplía su fábrica en Ginebra)


Con el objetivo de pasar de las 160.000 unidades actuales, a las 250.000 en los próximos cinco años, la firma relojera helvética Frederique Constant ha inaugurado una nueva factoría en los alrededores de Ginebra (concretamente en Plan-les-Ouates) que es, además, donde suelen también establecerse muchas otras firmas de relojería de gama alta.

Por el nombre podría considerarse que Frederique Constant lleva mucho tiempo en el mercado, pero ni mucho menos. En realidad - atendiendo a la amplia historia que suelen tener otras firmas relojeras - solo llevan haciendo relojes desde 2004, habiendo realizado hasta la fecha 29 calibres.

Las cosas ya no son lo que eran: se cayó el mito de Zippo


Pues sí, se cayó el mito: se rompió mi Zippo. Esta mañana, cuando iba a cogerlo para una sesión de fotos, me di cuenta de que algo "no iba bien". El Zippo no cerraba ni se abría como debería. Habida cuenta que estos encendedores no tienen una llama auto-extinguible al uso, sino que la tapa de cierre es la que ahoga la llama, que hubiera un fallo en el cierre podría acarrear serios problemas, por ejemplo, que la llama no se extinguiera del todo, guardásemos el encendedor, y nos produjera quemaduras. O que se abriera por error y nos ensuciara la ropa.

Mirando más detenidamente me di cuenta de que algo había "suelto" en el interior del encendedor, una especie de placa metálica se había partido así, sin más.

Marcas curiosas (e interesantes) que han desaparecido


Últimamente estoy necesitando bastante marcas para algunos relatos en los que estoy trabajando, de manera que he decidido dejar un poco de lado marcas actuales y utilizar, a veces, antiguas, especialmente que ya no existan. Aprovechando este esfuerzo de documentación, y como he visto que algunas son muy interesantes, he decidido publicaros algunas de las firmas - de todo tipo - que han existido, y que en su momento eran, en ocasiones, firmas de renombrada fama.

Antes de entrar en detalles tengo que aclarar algunas cuestiones. Algunas marcas no existen ya en nuestro mercado, pero por ejemplo sí existen todavía en otros. Este es el caso de la popular bebida refrescante Mirinda, la cual fue muy famosa durante los años 50, 60 y 70, pero que tras la llegada de Pepsico y adquirirla, con el fin de potenciar su otra marca Kas, y competir con Fanta - de Coca-Cola - decidió eliminarla de nuestro mercado. Sin embargo, Mirinda sigue estando presente en otras naciones - y con algunos sabores exóticos y bastante éxito, por cierto -. Un caso similar ocurre con Cola-Cao y Phoscao, la segunda más famosa que la primera, pero que tras la llegada de Nutrexpa decidió acabar con Phoscao (más antigua que Cola-Cao, aunque ellos digan que no) en detrimento de su propia marca.

La gran mentira del Cola-Cao y sus grumos


En una popular cadena de supermercados - no voy a dar marcas - hay un producto de cacao en polvo que cuesta una tercera parte de lo que vale un bote de Cola-Cao (y, por cierto, fabricado por una empresa española). Si lo viertes en una taza, lo agitas, quedan los mismos grumos que el Cola-Cao. Pero resulta que ahora me entero que los grumos es algo que Cola-Cao quiere apropiarse para sí.

Cola-Cao, la marca de Idilia Foods, ha contratado a Tiempo BBDO y Havas Media, agencias de imagen, para difundir esa creencia de que los grumos son eso, exclusivos de Cola-Cao. Nada más lejos de la realidad, y como suele ocurrir en este tipo de publicidades falsas - porque es lo que son, falsas - se intenta dar un mensaje tergiversado para intentar colarnos una mentira como una verdad.

Curiosidades (y rarezas) en torno al mundo del automóvil en España


Hay ciertos datos que, por sí solos, llaman bastante la atención, y el mundo del automóvil - y el tráfico rodado en general - es una auténtica mina respecto a estas cosas. Por ejemplo, el primer semáforo de España se colocó en Madrid, y estaba situado entre el cruce de la Gran Vía y la calle de Alcalá. Esto ocurría en el año 1926. Barcelona tendría que esperar tres años para que los catalanes viesen el primer semáforo en sus calles, fue en 1929 y en la Ciudad Condal se colocó en la intersección que formaban las calles Balmes y Provenza. Allí también se instaló el primer paso de cebra de Barcelona. Antes de él, la gente cruzaba "donde quería", claro que también es verdad que para ver un coche pasar había que armarse de paciencia. Tanto es así que me contaban cómo, en mi pueblo, los niños jugaban a la pelota en plena carretera nacional, algo impensable hoy en día, por supuesto. Cuando escuchaban - a lo lejos - el ruido de un motor, simplemente se apartaban, dejaban pasar el coche, y volvían a hacer rodar el balón.

Y es que no era algo sencillo. Al lado del semáforo se colocaba un policía local ordenando el tráfico, para que la gente hiciera caso a la señal luminosa, y los coches también (de otra manera, ni se detenían). Para intentar mejorar esta situación y reducir el caos que generaba "semejante instrumento", el ayuntamiento publicaba anuncios en la prensa explicándoles a los barceloneses (y madrileños) cómo funcionaban esas cosas del "semáforo", y lo que había que hacer ante sus señales.

El nacimiento de la relojería


Las clepsidras (relojes de agua) eran conocidos por los egipcios, quienes le atribuyen su invención a Cteribio. Pare parecen haber sido los chinos quienes lo inventaron primero, quienes lo mencionan como una de sus más notables invenciones. De Egipto pasaron a Grecia, pues, y de allí a Roma.

Las clepsidras eran raras en Roma; pero había algunos de lujo. Como era necesario renovar con frecuencia el agua, en las casas más ricas había un esclavo específicamente encargado para este menester, para que, fuera de noche o de día, los señores de la casa pudieran conocer la hora que era.

Por qué el personal de líneas aéreas no lleva G-Shock ni Baby-G


Estaba leyendo el manual de uniforme de algunas líneas aéreas y la verdad es que son muy estrictos. Por ejemplo, los pantalones tienen que estar a 25 mm. del suelo (nunca pueden tocar el suelo), y todos y cada uno de sus elementos están pensados hasta el mínimo detalle. Así, los abrigos pueden llevarse abrochados completamente o desabrochados, pero si van a abrochados, el cinturón siempre tiene que ir también abrochado, y nunca colgando o formando un nudo. Por eso entre el personal que viste abrigos, nunca veréis cinturones "colgando". En el caso de las mujeres son más estrictos: de ir desabrochado, aunque el abrigo también lo esté, el cinturón tiene que estar entonces abrochado o atado a la espalda. Otro detalle es que nunca deben llevarse los abrigos sobre el hombro. Toda esa ropa de abrigo (incluyendo bufandas) no deben llevarse junto a maquinaria, aunque haga frío (por razones de seguridad).

A veces las normas incluyen también el tiempo en que una prenda debe llevarse. Por ejemplo, los chalecos deben estar totalmente abotonados desde el despegue hasta la preparación para el aterrizaje.

Así es una "Ligth box", "la caja de luz"


Probablemente muchos de vosotros habréis visto en algunas tiendas esos curiosos paneles luminosos con letras, un poco al estilo de los relojes "de persiana" (más conocidos como "relojes flip"), pero pudiendo personalizar los paneles. Resulta un adorno bastante atractivo cuando queremos hacer referencia a algo especial, bien sea un producto, o una ocasión (o fecha).

Existen diversas variantes según el fabricante, y la que os mostramos aquí es la realizada por Zebra, de origen chino. Es una caja luminosa que podemos adquirir en tres tamaños: una compacta, la media (que veis en las imágenes), y un tamaño grande.

¿Qué es una "columna seca"?


La "columna seca" está destinada a los bomberos. Se trata de un tubo de acero galvanizado de 80 milímetros de diámetro, que sube por la caja de la escalera. Una conexión en la fachada permite que una cuba de los bomberos se conecte a ella, la cual produce agua que permite que en cada planta del edificio se puedan conectar mangueras.

El término de "columna seca" viene directamente de ahí, de una "columna" (aunque en realidad es una tubería) que no dispone de agua, sino que está conectada a otras bocas en cada planta. El camión de bomberos se conectaría, y así ofrecería agua a todas las plantas a través de la columna seca y sus salidas.

La libreta roja de los secretos


A veces nos sobrevuelan ideas sobre la cabeza que queremos desarrollar a posteriori, bien sea para un libro o, los que solemos escribir blogs, para un artículo o reportaje. Son titulares sueltos, o temas sobre los que tratar.

Solía escribirlos en el móvil, usando el sistema de notas, pero cuando vas acumulando muchas resulta un caos, de manera que a veces tenía que ir borrando notas antiguas o guardándolas en el ordenador, por lo que me encontraba en ocasiones con titulares pendientes de desarrollar que no recordaba (y que no podía consultar sin tener el ordenador). Como mi memoria es bastante débil, a veces podía darse el caso que no sabía si aquella nota ya la había abordado, o había escrito sobre ella.

Envases y latas de latón


El latón u hojalata es uno de los envases metálicos más tradicionales y clásicos, y aunque su uso se ha reducido notablemente (además de que muchos de ellos ya no son de latón, sino de aluminio) sigue teniendo ese aire nostálgico que tanto nos gusta.

Por sus propiedades antimicrobianas, el latón era perfecto (lo sigue siendo) para envases de elementos médicos y farmacéuticos, como vendas o apósitos. También era habitual realizar de estas aleaciones envases para alimentos, seguramente que muchos recordáis los envases de galletas o de productos a base de cacao, como Phoscao.

¿Era antes más sana la bollería que ahora?


A raíz de un comentario de Guti en un post anterior en donde planteaba la duda de que quizá los dulces de antes (cuando hablo de "antes" me refiero hace veinte, treinta o cuarenta años) no solo ofrecían más cantidad y más atractivos a la hora de comprarlos sino que, además, podrían ser más sanos, me dio por intentar investigar para aclarar de alguna forma si efectivamente era así.

Por desgracia muchos de aquellos productos han desaparecido, por lo que cualquier comparación con los actuales resulta, al menos, arriesgada, así que he decidido reducirla a algunos productos que tienen su símil con bollería o "golosinas" actuales. O dicho de otra forma: que se siguieran fabricando.

Las propiedades de los huevos azules


Ayer, mientras estaba en unos grandes almacenes me acompañaba un señor que llevaba una docena de huevos azules, que le habían dado en el pueblo. Al oír nuestra conversación la cajera nos preguntó que qué era eso de "huevos azules" y si realmente existían. Nunca lo había oído. Mi acompañante abrió la caja en donde los llevaba y se los enseñó, explicándole la razón de ese color ante la inmediata pregunta que siempre surge: "¿y por qué son azules?".

Admito que yo tampoco lo sabía, y aunque hace tiempo se hicieron bastante populares, como tantas otras veces eso pasó desapercibido para mí. Pero sí: ¿por qué son azules?

La durabilidad de la relojería mecánica


Leyendo un reportaje de relojería, en donde se entrevistaba a un periodista del ramo, a éste le hacían la "original pregunta" de qué tienen de ventaja los relojes mecánicos respecto a los de cuarzo, por qué la gente los sigue utilizando. El periodista (que también es escritor de libros de relojería) contestó que un reloj mecánico puede no ser tan preciso, puede necesitar un mantenimiento cada cinco años, pero mientras uno de cuarzo cuando se le acaba la pila (o atrasa, o adelanta...; ¿quién le hace mantenimiento a uno de cuarzo? ¡Nadie!), se tira al vertedero, uno mecánico puede seguir funcionando cien, doscientos años...

Es cierto, hay relojes mecánicos muy antiguos que siguen funcionando, incluso se pueden restaurar. Recordemos el caso de Vostok, o los indios de HMT, cómo, cuando sus fábricas comenzaron a cerrar y empezaron a ser buscados y apreciados (y a escasear en el mercado), hubo -y aún hay- gente que los restaura, o los "adecenta" ("refurbished"), y los vuelven a vender.

Los misterios del Miserere Mei


Quien cantase, copiase o reprodujese el texto o el canto del Miserere Mei fuera de la capilla Sixtina, caerían sobre él las mayores desgracias y sería castigado con la excomunión. Así de dura era la norma promulgada por el papa Urbano VIII en el siglo XVII. El Miserere Mei era un canto tan prohibido que solo podía escucharse durante la Semana Santa, y sólo en el Vaticano por las pocas y afortunadas personas que allí pudieran estar presentes.

Era tan preciado y exquisito este canto, que algunas de sus técnicas de canto no se escribían, y solo las sabía el maestro, de manera que para poder realizar el canto solo fuera posible contar con éste o con aquel discípulo escogido para sucederle al morir.

El reloj Longines más antiguo tiene 151 años..., y aún funciona


Acaba de ser certificado el reloj Longines más antiguo hasta la fecha, un modelo de bolsillo -obviamente- que se fabricó nada más y nada menos que en el año 1867. Su dueño es un coleccionista estadounidense (de ascendencia japonesa) que se encontró con este ejemplar cuyo número de serie es de la centena: el 183. Eso indica que fue fabricado en el año 1867, según los registros que aún conservan en Longines.

De hecho, hasta allí viajó el dueño del reloj (hasta la sede en St. Imier, Suiza), para autentificar la pieza. Tras analizarlo expertos relojeros y confrontándose con los registros que el fabricante helvético conserva, se confirmó que había sido fabricado en el año 1867, el año en el que se inauguraron las instalaciones, sustituyendo a la pequeña manufactura fundada en 1832 y que dio origen a la marca.

¿Se puede fotocopiar la tinta roja?


Si algo había penado en nuestra época escolar, más que ahora los teléfonos móviles, eran los bolígrafos con tinta roja. Aquellos que usaran uno eran perseguidos cual musulmanes a un infiel, y ese "privilegio" de usar bolígrafos rojos solo estaba reservado a los profesores, que usaban de él en ocasiones muy, muy específicas: para ponernos las notas sobre los exámenes, o tachar de forma desproporcionada y visible nuestros errores en las preguntas de exámenes y controles.

Ni se permitía -ni se permite- firmar en rojo, aunque ahora esa prohibición está cayendo en desuso debido a la cada vez mayor utilización de terminales con pantallas táctiles, en los cuales -claro- no se necesita bolígrafo alguno para firmar. Escribir en rojo era, por lo tanto, algo verdaderamente problemático. Se decía que en parte era debido a que, cuando uno firmaba en rojo, si se realizaba una fotocopia la firma no aparecía legible. Más bien, "desaparecía" por arte de magia. Una medida también valiosa para los profesores, que impedían que sus notas y/o firmas fueran duplicadas con ese sencillo procedimiento. Pero, ¿qué hay de cierto en eso? ¿Es real, o es una leyenda urbana?

Los horarios de tren y los relojes


Visionando algunos vídeos de estaciones antiguas españolas, de alrededor de la década de los setenta, me ha llamado la atención un hecho muy curioso que se me había prácticamente olvidado: los horarios. En aquellos tiempos los horarios de los trenes no eran como ahora, en los cuales en cada estación y apeadero te informan de una hora aproximada de llegada (luego extrañamente se cumplan, o sean erróneos -como aquí ocurre-, pero ese es otro cantar fruto del abandono y de la dejadez de ADIF), sino que solamente te informaban de la hora de salida, y llegada, del principio y final de la estación. Si acaso, de las estaciones más importantes, pero no siempre.

Es decir, uno podía ir de León (pongamos por caso) a Villamoros de Mansilla, pasando por Arcahueja y Villacete. Pues el horario te informaba de la salida en León, y la llegada -prevista- a Villamoros, dando por hecho -como así ocurría- que en las estaciones -o apeaderos- de Arcahueja y Villacete se paraba, pero a una hora "indeterminada". Trenes directos puede que hubiera (la verdad, yo no recuerdo ninguno), pero no era como ahora que supone un servicio habitual, sino que en aquellos años que un tren fuera directo de un sitio a otro sin hacer paradas intermedias era lo inusual.

50 millones de relojes Longines


Ése es el hito al que han llegado los de Longines, ya que acaban de anunciar que desde la manufactura suiza ya se han producido 50 millones de sus relojes. Curiosamente, hace unos meses G-Shock anunció que habían llegado a los 100 millones de ventas, si tenemos en cuenta el precio de los modelos de Longines comparándolo con lo que cuestan -o costaban, hasta los G-Shock Premium, claro- un G-Shock, la cifra alcanzada por Longines es meritoria.

Claro que también hay que introducir en la ecuación otra importante variable, y es que Longines tiene casi dos siglos de existencia -se fundó en 1832 en Saint-Imier, Suiza, por Auguste Agassiz-, mientras que G-Shock apenas acaba de pasar de los 35 años.

Bolígrafo y papel


Hoy he tenido que acercarme a Correos para realizar un envío. Allí, me encontré con el único funcionario, desesperado, reseteando su terminal de ordenador para intentar hacerla funcionar. Le recordé lo habitual que era eso, diciéndole - y es cierto - que en anteriores ocasiones que había ido, siempre tenían el sistema informático caído. Él me reconoció que en efecto, les pasaba cada dos por tres. Le dije que con el sistema antiguo de lápiz y papel, no pasaba, a lo que respondió: "¡cómo echamos de menos los bolígrafos! ¡Esos siempre funcionaban!".

De camino me fui la farmacia, y entregué mi receta electrónica. La farmacéutica tuvo que repetir varias veces el proceso de admisión, porque el sistema daba error. Mientras tanto, la gente llegaba y se iba agolpando detrás de mí. Le comenté lo mismo: esto con el sistema antiguo de un lápiz y papel no ocurría. Su respuesta fue similar: ¡cómo echamos de menos el bolígrafo!