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Comparativa: yo-yo abierto y cerrado, y trucos para yo-yo


Aunque el yo-yo lleva generaciones entre nosotros, durante los últimos tiempos ha ido perdiendo protagonismo frente a sus competidores más modernos, no solo los juegos de smartphones y consolas, algo que es obvio, sino también frente a otros juegos "manuales", como el spinner (al cual puede que dediquemos algún reportaje específico). Esto tiene su lado bueno y malo. El lado bueno es que ahora podemos encontrar yo-yos de una calidad notable, a precios muy competitivos. Por otra parte, y como aspecto negativo, es que, a su vez, no son tan fáciles de encontrar como antaño.

El yo-yo es un juguete muy antiguo, tanto que su origen se pierde en la noche de los tiempos. Parece que su término actual proviene de una palabra tagala de Filipinas, que significa "viene-viene". Existen referencias más tempranas, como algunos grabados en revistas antiguas francesas, en donde se ve a una mujer vestida a la moda y con un bandalore (antiguo término francés para yoyo) en su mano. Pero hay también grabados en terracota de alrededor del año 440 de nuestra era, donde se aprecia un niño con yo-yo, por lo que, como se ve, era un artículo de divertimento que abarcaba un poco a todas las edades.

Comparativa: YoYo One VS YoYo Summer Enjoy


Continuamos con nuestra temática de YoYós, y en esta ocasión vamos a hacerlo entre dos modelos y fabricantes radicalmente distintos: el YoYo One, del fabricante YoYo Factory, y distribuido en España por Fábrica de Juguetes, y el Yoyó de Summer Enjoy. De inicio, dejar claro que estamos hablando de dos yo-yos radicalmente diferentes. El One es un yo-yo "profesional", de la gama de inicio del especialista YoYo Factory, mientras que el de Summer Enjoy es un yo-yo puramente "de divertimento", apto para todos los públicos y de todas las edades, a partir de los 3 años. Esto se nota en todo: en el acabado, los materiales, el diseño y, por supuesto, el precio. Y es que el YoYo One nos podemos hacer con él por unos 20 €, un precio elevadísimo si lo comparamos con el de Summer Enjoy, que es uno de los yo-yos más baratos del mercado: unos 1,30 €. Claro que esto también indica una cosa: que en el mundo de los yo-yós no tienes que desembolsar grandes cantidades para divertirte.

Como hemos indicado el YoYo One es un yo-yó muy pesado, de tipo abierto (con perfil en V a dos niveles), y muy resistente. De hecho, su fabricante, YoYo Factory, asegura que sus rodamientos son virtualmente "indestructibles" y totalmente libres de mantenimiento, lo cual es mucho decir para un elemento que tiene que estar continuamente girando. Esto es gracias a sus bolas de acero inoxidable, lo que le convierten, como acabamos de decir, en un yo-yó pesado, pero también muy robusto. Por eso es muy apto para personas que empiezan a practicar con el yo-yó, ya que no es delicado y lo podemos maltratar sin preocupaciones.

Llamadme genderfluid



Hace poco hablaba con una persona de las que suelo tener un contacto bastante cercano y diario, y le desvelé:

- Yo soy genderfluid.

Tras el primer impacto, y unos segundos para pensárselo, me preguntó incrédula:

- ¿En serio?

- Por supuesto. Yo... Es que he descubierto que en realidad soy eso, genderfluid.

Demostrando que ella también parecía conocerme bastante bien, me replicó:

- Y yo soy robot.

Me quedé a cuadros. En serio. Dije entonces, aceleradamente:

- No, espera... Tú no puedes ser robot.

- Claro que sí - insistió -. Si tú puedes ser genderfluid, ¿por qué no puedo ser yo robot?

Yo ya estaba que me subía por las paredes:

- ¡Oye, oye! - Protesté -. Yo soy robot. Te dejo a ti ser genderfluid.

Por desgracia no coló:

- ¡No, no! Robot ya lo he pillado yo. Ahora no puedes cogerlo tú. Te tienes que conformar con ser genderfluid.

Tengo que reconocer que no me quedó más remedio que agachar la cabeza y reconocer mi derrota. Pero bueno, siempre puedo seguir siendo un simple bot, que tampoco está mal.

Cinco euros por un yoyó "de los buenos"



Me ha parecido curioso ver en una de las mesas destinadas para "los restos", un batiburrillo de yoyós a 5 €. Para mi sorpresa, resulta que es el modelo de yo-yo convencional de los que más amamos quienes nos gusta el modo clásico, y por si fuera poco, construidos en Italia. Cerca de ellos, en la estantería triunfaban al triple de su precio (y en algunos sitios los he visto a mucho más caros, a casi 20 €) los chinos de YoFinity, que supongo que por sus luces y su diseño más rebuscado serán los que más triunfen entre la chavalería y, por ello, se venderán más.

Por desgracia estas son cosas cada vez más habituales, en donde vemos que buenos productos, con materiales de calidad y una magnífica construcción, aún siendo más competitivos, tienen que acabar rebajándose. Supongo que este tipo de yoyós una gran mayoría los adquirirá por impulso, solo por el aspecto estético, y pocos se dan cuenta de que a 5€ el yoyó italiano es un producto de una calidad soberbia y, además, de gran durabilidad.

| Redacción: esRevistas.com / esRevistas.blogspot.com




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Entrevista con Mac, "el bultos"



Tal y como nos enseñó Geb, "el paparazzi", esperamos a Mac junto a la estación de tren. Casi diez minutos después vemos - o más bien oímos - aparecer una destartalada furgoneta Pegaso J4 por la calle, con un característico sonido a diésel y tocando el claxon para llamar nuestra atención, a pesar que ya le hemos hecho señas con la mano para informarle de que estábamos allí.

Mac sale de la furgoneta pegando un brinco, diciendo aturullado y sin saludar:

- ¡Lo siento! ¡He estado repartiendo material de construcción y me retrasé más tiempo del que pensaba!

Agendas y papelería Finocam


Normalmente llevaba toda la agenda de tareas a realizar en mi móvil, pero hace unos meses me ocurrió un hecho desagradable: como el móvil almacena la información del mismo día, solapando una entrada a la otra, resulta que un acontecimiento importante ocurrido el pasado julio me pasó totalmente desapercibido. Entonces me dije que nunca más, y decidí volver al papel.

Hacía años que no usaba una agenda, aunque también es verdad que durante los años noventa sí las usaba, pero con la llegada de la telefonía móvil y sus cómodas agendas acabé prefiriendo el formato electrónico porque lo veía más cómodo, ya que me facilitaba llevar toda la información conmigo sin ocupar espacio ni teniendo que transportar peso extra. Pero tal como existen sus bondades, también tiene sus inconvenientes, y entre ellos no solo se encuentra el que sea más fácil que nos despistemos y perdamos alguna cita importante (en la agenda del papel, al poder ver varios días de un solo vistazo, es más difícil que ocurra), sino que tiene un potencial riesgo de que se nos extravíe, el móvil se dañe o perdamos los datos (o los borremos por accidente sin que nos demos cuenta).

Prueba: yo-yó vintage de Legami



Todos los que más o menos me conocéis, sabéis mi enorme y enfermiza afición por los yo-yós. No en vano ya les he hecho varias reviews y dedicado un extenso reportaje a estos entretenidos "mecanismos" tan divertidos y simples. De cuando en cuando vuelven a ponerse de moda, o algún que otro fabricante nos sorprende con un modelo de yoyó más o menos llamativo. Éste es el caso que os traemos, se trata del yoyó "Vintage Memories" de los italianos de Legami, en su "deluxe edition" (tienen varias). En este caso la particularidad es que su diseño sigue la tendencia de los yoyós de los años sesenta y setenta, cuando este tipo de objetos de entretenimiento tuvieron su mayor difusión y experimentaron sus éxitos más notables. Así, es bicolor, con los bordes como se llevaba en aquellos años (en este caso en naranja, con la esfera del centro en plástico transparente), mientras que su dibujo hace referencia a la popular serie "Perdidos en el espacio", televisada desde 1965 a 1968 en los Estados Unidos.

Como veis, el aspecto del packaging, los detalles del mismo, y por supuesto el yoyó, está muy cuidado y es muy llamativo. Pero hasta aquí llega su guiño a los yoyó originales, puesto que en todo lo demás es un modelo que adolece de notables defectos. El primero de ellos es que funciona a pilas, lleva dos LR41 (tipo botón) que no son intercambiables. En las mismas instrucciones te dicen que, cuando se agoten las pilas, "tires el yoyó", una tontería supina puesto que el yoyó es perfectamente funcional sin pilas y, sobra decir, los yoyós originales no llevaban (ni tampoco las echábamos de menos). No sé por qué esa manía de hoy de ponerle pilas a todos los yoyós, imagino que es un intento de llamar la atención y hacer que se vendan más.

Crónica de hace doce meses atrás



4 de abril de 2020
Aún se nota ese efecto pegajoso del alcohol sobre el reloj, por lo que dejo más tiempo a que se evapore. Las autoridades han decretado un cese total de movimientos con excepciones muy limitadas, lo que se ha dado en llamar "confinamiento". Los partes de guerra describiendo el avance sin tregua de la pandemia se suceden por todo el mundo. Los ciudadanos se pasan el tiempo escuchando las noticias por la radio, pegados a la televisión, o navegando angustiosamente por Internet en busca de algún dato esperanzador. Trump asegura que Estados Unidos no superará las doscientas mil víctimas, y que si ese número fuese más allá - cosa poco probable, asegura -, sería una auténtica catástrofe. Veremos si sus "profecías" de loco de pabellón de alta seguridad en psiquiatría se cumplen (1).

Según los expertos en salud, lo único que tenemos para protegernos es "el lavado constante de manos", la distancia "de seguridad", y desinfectar objetos con lejía o alcohol. Esas recomendaciones se convierten en un mantra. Me dice una chica que cuida a un anciano que el señor está tan obsesionado que, aunque no sale de casa, no deja de lavarse las manos con jabón, desesperado. Tiene el lavabo con una gruesa costra de jabón reseco de los restos que le caen por aplicarse tanto jabón, que le cuesta un mundo luego retirar. Las mascarillas, aseguran desde la OMS, no son necesarias. "Tranquilidad", nos dicen, "el virus no se transmite por el aire". Al parecer no hay prueba científica de que el virus sea capaz de "moverse" en suspensión, lo que se conoce como contagio por aerosoles(2). Sólo lo hace por superficies, donde puede estar latente "durante días". Esa duración es incierta: pueden ser días, semanas... Otros hablan de meses. En la tele una enfermera nos enseña entonces cómo desinfectar con lejía los pasamanos, los interruptores de la luz, y las manecillas de las puertas. Es el caos absoluto. Y yo sin lejía. Me queda solo media botella de la que uso para fregar el suelo.

Los tramposos de Granini


El pasado verano la marca de frutas Granini organizó un concurso en el que, adquiriendo dos botellas de zumo, te regalaban una caja de fruta y, además, si luego les enviabas una foto de esa fruta que te enviaban (la publicabas en una red social y la compartías, obviamente con el objeto de darles publicidad) te obsequiaban con un vale descuento en tu próxima compra.

Yo -por fortuna- no soy cliente de esa marca, pero sí una chica que conozco que decidió regalármelo. Así que decidí participar. Una semana o dos después de enviarles la participación, me llega la fruta, una caja de melocotones en este caso. Mi primera sorpresa fue cuando vi que la caja de melocotones no procedía de Granini, y me sorprendí: ¿qué son, otra firma más "remarcadora" de fruta, en este caso? Parece ser que sí. La fruta la enviaba una distribuidora que, eso sí, usaba un pack de Granini, pero no era Granini. O sea: Granini, un productor de zumos de frutas, NO tiene fruta.

Entrevista con Paul Davis, el protagonista de las novelas de "A Contrarreloj"



Paul Davis no necesita presentación. El famoso y polifacético investigador de relojes es de sobra conocido por sus exitosos casos recuperando valiosos guardatiempos, cuyas narraciones podemos seguir en las novelas de "A contrarreloj" escritas por J. G. Chamorro.

Tras insistirle a su secretaria para que nos reservara algo de tiempo para una entrevista, finalmente conseguimos que Paul Davis nos atendiera mientras esperaba la llegada del tren en el que vendría una de sus colaboradoras más cercanas, la señorita Anabel Faure Dumont.


Prueba: Magicyoyo N8, el yo-yo que te lleva a otro nivel



Ya sabéis que los Yoyós tienen varias clasificaciones, no todos los yoyós se quedan anclados al eje, no todos lo rodean, no todos se quedan fijos... Cada juego, especialidad o forma de uso tiene, por lo tanto, su clasificación. Hasta ahora en esRevistas hemos estado probado yoyós digamos "de niños" (los que se venden en los bazares chinos, por ejemplo), los de tipo fijo, y también los de embrague. Pero si quieres dar un paso más allá o quieres "complicarte más la vida" deberás adquirir un yoyó profesional, algunos de ellos hechos con materiales elitistas y tan exóticos como el titanio o incluso bimetales.

En esta ocasión vamos a un término medio, se trata del yo-yo de la firma especializada Magicyoyo, apto para niveles o complicaciones 3A y 5A. Este yoyó ha sido realizado en aluminio, va anodizado, pulido... Y el acabado es, francamente, bestial. Lógicamente lo es porque estamos hablando de un yoyó profesional para usuarios avanzados, aunque también pueden trabajar con él usuarios medios e incluso aprender los iniciados. Su cuerpo es robusto, y su forma, diseño y construcción hace que podamos utilizarlo para juegos "libres" (en donde el yoyó no se ancla a ninguna parte, en efecto: no va sujeto a la cuerda), o incluso, con mucha práctica (y fuerza) usarlo como yoyó de entrenamiento para retroceso.

Por qué no debes depender sólo de Amazon para vender tus libros



Hace unas semanas recibo un e-mail de Amazon KDP (Kindle Direct Publishing). En él me contaban que, unilateralmente -sin consultarme para nada, sin intervención mía ni audiencia alguna- habían decidido dejar de publicar uno de mis libros más vendidos de su plataforma. ¿La razón? Pues que lo habían encontrado gratis por Internet.

En efecto era así: hacía mucho tiempo alguien había adquirido el libro, o bien mediante préstamo (que ellos me obligaron a poner en alguna ocasión), por alguna oferta puntual, o directamente comprándolo, lo había descargado, y lo había puesto en multitud de lugares a disposición de todo el mundo. Eso no es nada nuevo, ni soy el único al que le ha ocurrido, ya que se piratean millones de libros. Sin embargo lo que sí era nuevo era que Amazon lo retirase por ello.

La hora de la hora: ¿Son caros los Casio?


Noelia Casarrubia-. Muy buenas a todos, estamos aquí una vez más en el programa "La hora de la hora", y como es habitual nos acompaña Byron Smith, con el que vamos a compartir un rato de amena charla, centrados en el mundo de la relojería, y centrados en concreto, como bien sabéis, en el mundo de Casio.

Muy buenas, Byron.

Byron Smith-. Hola, muy buenas Noelia.

Noelia Casarrubia-. Vamos a tratar un tema hoy que es un poco controvertido, confiamos en que no molestemos a nadie, ni que nuestros oyentes se sientan alarmados tampoco. Vamos a hablar sobre los precios de los relojes de Casio. Porque de un tiempo a esta parte se dice que los relojes de Casio son muy caros.

Byron Smith-. Sí. Te voy a comentar una anécdota que me ocurrió hace poco tiempo. En una relojería de barrio, que no tiene modelos de G-Shock, son todo de Collection, veo un modelo muy bonito, de Collection insisto, que costaba 55 euros. En un primer momento creí - cosa rara - que fuera un G-Shock en oferta, concretamente un DW-5500, por su tamaño. Pero cual fue mi sorpresa cuando me acerco y veo que realmente era un B650. Un reloj que tiene un módulo que no ofrece más de lo que ofrece el F-91, y que es calcado al que tiene el W-215, se vende a 55 €. Me llamó muchísimo la atención.

Básculas comerciales Roch


De pequeño siempre me parecía un momento especial, cuando acompañaba a mi madre a comprar a alguna de las tiendas del pueblo, el que acontecía al llegar la hora de pesar la mercancía (frutas, productos de charcutería, pescadería...) por la báscula. Me quedaba observando aquel "extraño artilugio" que era la báscula, y sería ese aparato el juez imparcial que diría el precio a pagar dependiendo del peso. Como si fuera el fallo de un magistrado, se producía un breve silencio mientras el tendero colocaba la mercancía en la báscula para pesarla. Y yo veía con expectación a la aguja moverse durante un breve espacio de tiempo, y casi como había surgido, el encantamiento se iba y el silencio se rompía al grito del vendedor (o vendedora): "¡trescientos cincuenta gramos!", o: "¡seiscientos gramos!".

Cómo había conseguido descifrar en tan corto tiempo el movimiento rápido y felino de la enorme aguja marcadora era para mí aún todo un misterio.

Calculadoras solares o a pilas, ¿cual es mejor?


Yo suelo usar una calculadora a pilas, pero sin embargo, siempre suelo aconsejar una solar. No es una incongruencia, tiene su explicación.

Ayer me "regalaron" una Casio HL-820, ese tipo de calculadoras de bolsillo se hicieron muy populares a principios de siglo, con la introducción de la moneda europea. "¿Qué le ocurre?", pregunté yo, en la creencia de que estaría estropeada.

Como mucha gente sabe de mi afición por Casio, a veces vienen a mis manos los objetos más variados de esa marca, da igual su estado o su antigüedad. En el caso de la HL-820 me dijeron que no le pasaba "nada". En teoría la calculadora estaba perfecta.

El tiempo en un billete



En el libro "Un lugar en el tiempo 2", de A. Bial le Métayer, concretamente en el relato titulado "La mujer detenida en el tiempo", hay un personaje que me resulta sobremanera entrañable. Se trata de Puri, una mujer que ha decidido quedarse en sus mejores años, en la época en la que todo le resultaba interesante y atractivo. Maneja el dinero en pesetas, conduce un viejo coche Triumph modelo Mayflower, lleva un peinado pasado de moda hace lustros...

Esta mañana me hizo recordarla, cuando veía la publicidad por las calles de una de estas operadoras "del divertimento" tan de moda hoy, que encima de tener que ver "la caja tonta", te hacen pagar por hacerlo (e incluso hay gente insensata que paga, aunque parezca mentira).

La mejor relación de cambio para bicicleta


Uno de los "sueños imposibles" de todo ciclista es encontrar la relación de cambio adecuada para su constitución y forma física, fuerza y forma de pedalear, que no resulte cansada, sea cómoda de mantener y le permita ganar un buen ritmo en momentos determinados. Sin resultar agobiadora, una de las mejores relaciones que conseguía era con mi vieja BH y aquellos Deore LX, claro que entonces yo era más joven, estaba más sano y menos achacoso. Y los años no pesaban tanto.

Me he encontrado en alguna ocasión en el taller de bicis con gente mayor (no me atrevería a decir anciana) que intentaba ponerse piñones y más piñones para poderse enfrentar a pendientes, olvidando que una de las cosas que más peso aportan a la bicicleta es la rueda libre, es decir: cuanto más ligera ésta sea, menos costará mover la bici en general. Así que en lugar de poner piñones lo adecuado habría sido quitar piñones y elegir pocos, pero con una buena relación plato-piñón.

Las suecas por las que perdían el juicio los españoles


En los años sesenta y setenta se desató en España una auténtica fiebre por "las suecas". Esbeltas, rubias, altas, de largas melenas..., inundaban nuestras zonas costeras y de playa cual sirenas. Y los españoles pequeñajos, barrigudos, bigotudos muchos de ellos, bebían los vientos por ellas.

Las suecas representaban un sueño idealizado para los españoles, que aún seguían padeciendo las consecuencias del régimen franquista. Por aquél entonces los países nórdicos eran ya tremendamente avanzados a nivel social, nada que ver con la España de la época.

Y las nórdicas, para el españolito de a pie, eran lo más.

¿Merece la pena gastarse dinero en unas buenas zapatillas?


Mi compañero que a veces sale conmigo a hacer alguna ruta lleva siempre las mismas zapatillas. El año pasado, mientras andábamos por las montañas y regresamos a la tarde y casi sin horas de luz, mientras nos caía encima una tormenta tras otra (y encima nos perdimos...), él llevaba las mismas zapatillas que sigue usando hoy. Mientras yo llevo cambiando casi cuatro pares, él aún no las cambió.

Me contó que las había comprado en Decathlon por menos de veinte euros. Por el mundo de la bicicleta sé que -por lo general- Decathlon tiene buenos productos. En la franja media y baja, de entre las peores sus bicicletas son de lo mejor. De hecho tienen una fama buenísima (ganada a pulso) entre los propios ciclistas, incluso entre los más experimentados.

Por qué Casio no fabrica digitales con caja de acero


Hace un tiempo alguien ponía en un foro generalista una pregunta que suele repetirse de tanto en tanto. Un usuario inquiría: "¿podéis decirme un Casio digital que sea de acero?". De inmediato, le empezaron a llover respuestas: "A168", "A164", "A158"... Ante tales respuestas me vi en la necesidad de intervenir, y le puse:

"No te molestes en buscar: no existen".

Pero, ¿por que no existen? ¿Nunca os lo habéis planteado?