No suelo participar en promociones de marcas de alimentación porque, la mayoría de las veces, o son una estafa o no merece la pena el esfuerzo que tienes que invertir para participar (rellenar pesadísimos cuestionarios, darte de alta en redes sociales, subir fotos o tonterías varias...). Pero me llamó la atención el sorteo de BiFrutas (una bebida que hereda la imagen de Zumosol, ya sabéis que Pascual vendió Zumosol a los turcos Toksoz y, desde el fallecimiento de Pascual, la firma no ha levantado cabeza -tanto es así que han tenido que cambiar de nombre, ahora se llaman "Calidad Pascual-). Pero decido probar a ver qué se cuece detrás de este rimbombante sorteo (no es que me excite mucho una vuelta al mundo, sinceramente, y además su "vuelta al mundo" está llena de "trampas").
Tras realizar todo el proceso de registro, me piden subir dos fotografías: una del código en sí -que va en el envase-, y la otra del ticket de compra (debe ser porque no se fían de si compraste tu caja de zumo, o la robaste..., en fin). Lo que me llama la atención es que piden todo eso incluso antes de saber si te ha tocado o no, lo cual no tiene sentido alguno: ¿no habría sido más fácil pedir escribir el código y luego, si es que te ha tocado algo, pedirte lo demás?