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El nacimiento de la relojería


Las clepsidras (relojes de agua) eran conocidos por los egipcios, quienes le atribuyen su invención a Cteribio. Pare parecen haber sido los chinos quienes lo inventaron primero, quienes lo mencionan como una de sus más notables invenciones. De Egipto pasaron a Grecia, pues, y de allí a Roma.

Las clepsidras eran raras en Roma; pero había algunos de lujo. Como era necesario renovar con frecuencia el agua, en las casas más ricas había un esclavo específicamente encargado para este menester, para que, fuera de noche o de día, los señores de la casa pudieran conocer la hora que era.

La hora de la hora: ¿Son caros los Casio?


Noelia Casarrubia-. Muy buenas a todos, estamos aquí una vez más en el programa "La hora de la hora", y como es habitual nos acompaña Byron Smith, con el que vamos a compartir un rato de amena charla, centrados en el mundo de la relojería, y centrados en concreto, como bien sabéis, en el mundo de Casio.

Muy buenas, Byron.

Byron Smith-. Hola, muy buenas Noelia.

Noelia Casarrubia-. Vamos a tratar un tema hoy que es un poco controvertido, confiamos en que no molestemos a nadie, ni que nuestros oyentes se sientan alarmados tampoco. Vamos a hablar sobre los precios de los relojes de Casio. Porque de un tiempo a esta parte se dice que los relojes de Casio son muy caros.

Byron Smith-. Sí. Te voy a comentar una anécdota que me ocurrió hace poco tiempo. En una relojería de barrio, que no tiene modelos de G-Shock, son todo de Collection, veo un modelo muy bonito, de Collection insisto, que costaba 55 euros. En un primer momento creí - cosa rara - que fuera un G-Shock en oferta, concretamente un DW-5500, por su tamaño. Pero cual fue mi sorpresa cuando me acerco y veo que realmente era un B650. Un reloj que tiene un módulo que no ofrece más de lo que ofrece el F-91, y que es calcado al que tiene el W-215, se vende a 55 €. Me llamó muchísimo la atención.

Correas de resina para reloj de Diloy


Cuando hablamos de correas para reloj es importante no escatimar en calidad. Al fin y al cabo va a ser un producto que vamos a llevar continuamente en contacto con nuestra piel durante todo el día, y con el cual no debemos tener dudas tanto en su seguridad como en su fiabilidad. Si a eso añadimos que sea duradero y de precio competitivo, estaríamos entonces ante la correa ideal.

En el entorno actual existen muchas alternativas de correas de todo tipo, podemos adquirirlas tiradas de precio en internet o en los cuchitriles de "los chinos", pero si apreciamos un poco nuestro reloj y queremos un mínimo de comodidad, entonces las opciones se reducen drásticamente.

Medio siglo del cronógrafo TAG Heuer Monaco


Precisamente ayer leía un adelanto de uno de los relatos de "A Contrreloj" de J. G. Chamorro en donde cuenta una interesantísima historia sobre los modelos de Heuer y su relación con el automovilismo. Y, casualidades del destino, hoy me veo escribiendo esta noticia en donde os traemos la celebración por parte de esa firma del medio siglo de su cronógrafo. Era 1969, y el reloj protagonista era el Heuer Monaco (sobre estas líneas).

El Monaco fue uno de los ejemplos del espíritu pionero de Heuer, y supuso el primer reloj cronógrafo automático del mundo. Para la ocasión, además, la actual casa (TAG Heuer) fabricará 2019 versiones de edición limitada de su nuevo Monaco.


Llega la nueva marca de relojes de lujo Culem Watches


El 16 de abril verá la luz la primera colección de una nueva marca de relojería: relojes Culem. Su fundador, Matthew Cule, es un apasionado de los relojes y del placer de viajar, así que ha unido ambas ideas y, por ello, todos son GMT. La nueva colección lleva el nombre de World GMT Collection, y es un proyecto - como cada vez viene siendo tan habitual - financiado en Kickstarter. En total son nueve versión de las cuales se realizarán un total de 220 relojes, con un 30% de descuento si elegimos junio como fecha de entrega, o un 40% de descuento si lo atrasamos hasta diciembre. Entre los detalles que incluye el package del reloj se encuentra un baúl (una clara referencia a los viajes) en miniatura, que hace también de caja para guardarlo.

Los relojes incluyen mapa-mundis, algunos de ellos representados tridimensionalmente, con tres diseños diferentes, a elegir: The Portal, The Frame, y The Lights.

La hora de la hora: el estilo G-Shock


Noelia Casarrubia-. Muy buenas y bienvenidos una edición más a "La hora de la hora" en PBMG radio, os saluda Noelia Casarrubia, y a los controles tenemos a Nicole Brawn.

Muy buenas también a nuestro invitado, Byron Smith, bienvenido de nuevo a una edición más...

Byron Smith-. Hola, buenas Noelia, a todos nuestros oyentes también, por supuesto, saludos.

Noelia Casarrubia-. Vamos a hablar de G-Shock de nuevo, porque yo creo que son dentro de las líneas de Casio de los que más se prestan a todo tipo de temáticas, porque tocan muchísimos aspectos...

Byron Smith-. Es cierto, Noelia. Aunque Casio tiene muchas líneas (Collection, Edifice, Pro Trek...), la línea más variada, y donde puedes encontrar no solamente mucha amplitud de precios, sino gamas para todo tipo de estilos, tanto para prácticas deportivas, para una vida activa, como para profesiones, incluso formas de ser, de nuestra propia personalidad, todo ello podemos encontrarlo en G-Shock. Incluso con modelos elitistas también, y también para todos los gustos en prácticas deportivas, y también en moda y estilo.

Colección Eco-Drive Riiiver para el universo Riiiver de Citizen


Los primeros frutos de la tecnología de Fossil en manos de Citizen no se han hecho esperar, y como parece ser que al fabricante japonés le sobraban unas cuantas "i's", ha decidido denominar a todo este conjunto de tecnologías como "Riiiver" (tres "i"). ¿Y qué es Riiiver? Bueno, según Citizen Riiiver es mucho más que un reloj, en realidad es un conjunto "de experiencias y estilo de vida" entre complementos que se relacionan entre sí y que, por supuesto, incluyen también un reloj. Entre esos complementos también están pensando en smartphones y tablets, todo ello girando en torno a una app que verá la luz en otoño de este año (si el calendario de Citizen se cumple) y que tendrá cosas como estas:

- el reloj te dirá dónde está la cafetería, si quieres pararte a tomar un té (o lo que te apetezca).

- el reloj cambiará de color - su display, se sobreentiende - cuando cambie el clima, pudiendo ponerle más brillo en días nublados.

Por qué no puedes reparar tú mismo tu reloj suizo


Hace unos años la Comisión del Mercado de la Competencia abrió un expediente contra la mayoría de marcas elitistas de relojería porque, a su entender, estaban realizando prácticas contrarias a la ley europea, en concreto a las que tienen que ver con la libre competencia, al no querer servirles piezas a los talleres independientes para que se pudieran reparar los relojes y, de esta manera, obligar a los clientes a tener que acudir al SAT de la marca.

Hace un tiempo ocurrió algo parecido con los talleres de automóviles multimarca, y las autoridades obligaron a que los fabricantes prestaran su servicio de recambios originales también a esos talleres. De hecho, marcas como Renault tienen redes de distribución para talleres independientes que no formen parte de su red oficial.

Correas para reloj de Diloy


Cuando hablamos de correas para reloj es importante no escatimar en calidad. Al fin y al cabo va a ser un producto que vamos a llevar continuamente en contacto con nuestra piel durante todo el día, y con el cual no debemos tener dudas tanto en su seguridad como en su fiabilidad. Si a eso añadimos que sea duradero y de precio competitivo, estaríamos entonces ante la correa ideal.

En el entorno actual existen muchas alternativas de correas de todo tipo, podemos adquirirlas tiradas de precio en internet o en los cuchitriles de "los chinos", pero si apreciamos un poco nuestro reloj y queremos un mínimo de comodidad, entonces las opciones se reducen drásticamente.

El sonido de un reloj


Por las mañanas cuando voy a la Iglesia se suele sentar delante de mí un anciano, de pelo cano y que sigue la Santa Misa en silencio. Al principio notaba que, cuando él se arrodillaba al llegar, emergía un sonido muy característico e inconfundible, proveniente de su muñeca: el tic-tac de un reloj de cuerda. Debe ser por nuestra posición, que dirige el sonido directamente a mis oídos, porque cuando se sienta el anciano ya no se escucha. Nunca solía agradarme el sonido de la maquinaria de esos relojes, pero admito que en esos momentos me resulta sumamente agradable, como si escucharas una voz familiar. Aún así, prefiero ese constante "tic-tac" que el "tuk...., tuk...," anodino e imprevisible de las agujas de los analógicos de cuarzo. Al ser casi constante, el tic-tac es más "digerible".

Ya apenas se escucha hoy ese mecánico sonido, es uno más de los que están desapareciendo, y ha sido sustituido por el estridente y soporífero sonido de las tonos de llamadas de los smartphones que nos sobresaltan por todas partes.

¿Llevan rubíes los relojes a pilas?


Más de una vez os habréis fijado (sobre todo en los modelos antiguos) cómo algunos relojes analógicos de cuarzo llevan marcado en su módulo la leyenda: "no jewels" ("sin rubíes"), mientras que, históricamente, los buenos relojes mecánicos se clasificaban incluso por el uso de estas piedras preciosas (cuanto más rubíes tuviese un calibre, era -casi siempre- sinónimo de un mejor calibre y mayor duración de éste). Se explicaba que los relojes de cuarzo no llevasen rubíes en que no los necesitaban, al ser su movimiento electrónico.

Pero esto no es del todo cierto. El otro día veía el bonito módulo del Junghans Meister Mega, que es un reloj de cuarzo, con un llamativo rubí que destacaba entre tanta circuitería. Entonces, ¿por qué los buenos relojes de cuarzo sí llevan rubíes? ¿Por estética? ¿Para encarecer el producto? Obviamente no.

Diferencias entre remontador, oscilador de silicio, y tourbillon


La precisión más exacta posible siempre fue uno de los objetivos más buscados dentro de la relojería mecánica, algo que empezó a cobrar cada vez mas importancia a medida que la sociedad se fue industrializando.

Un reloj preciso era vital en la navegación marítima y, con la llegada del ferrocarril, se volvió un bien muy preciado para manejar los horarios. A ello debemos la estandarización de las horas en los Estados Unidos (el ferrocarril necesitaba un horario común para sus trenes, que difería del local puesto que cada región tenía su propio horario), y tras varios desastres marítimos, el gobierno inglés decidió ofrecer una recompensa a quien pudiera ser capaz de diseñar y construir un reloj muy preciso.

Relojes de primera, y relojes de segunda


Hay relojes buenos, y relojes malos. Hay relojes caros, y relojes baratos. Sin embargo hay fabricantes que van más allá, y hacen relojes de primera, y relojes de segunda. Casio es uno de ellos.

Se dice que Casio tiene relojes muy buenos, y es cierto. Y se dice que, además, también son muy competitivos, cosa que también lo es. Pero esto es así mientras no les exijas demasiado.

Gronefeld con mecanismo de remontador


El remontador ("remontoire", del francés "remonter", "dar cuerda") es un mecanismo que también se denomina "de fuerza constante", y que se encarga de recoger nuevamente la energía el tren de engranajes del reloj para impulsar el escape y corregir o reducir la pérdida de energía por fricción. Este modelo de Gronefeld (Grönefeld), el 1941 Remontoir, es un buen ejemplo de ello que, además, podemos ver el trabajo de este tipo de mecanismo de manera gráfica y a simple vista, a las nueve. Cada ocho segundos, el sistema enrolla un pequeño muelle en espiral para aumentar la precisión del mecanismo, debido a -según el tipo de reloj- diferentes aspectos: inclemencias del tiempo sobre las agujas en los relojes de las torres o que estén al aire libre, o como en este caso en el Gronefeld 1941 Remontoir, la disminución de la fuerza a medida que se agota la energía del resorte enrollado. También causan inexactitudes pequeñas variaciones en los trenes de engranajes, o en la lubricación (densidad, temperatura, acumulación...).

Con un remontador se intenta que el escape se aísle del resto del movimiento, aplicándole una única y constante fuerza al mismo de tal forma que varía lo menos posible: el mencionado remontador. Así, cualquier variación no pasa al escape, ya que la fuente de energía principal se va al remontoire. En el Gronefeld 1941 Remontoir el sistema se recarga de la fuente principal cada ocho segundos, pero según el sistema pueden tener intervalos mayores. La precisión se incrementa además por el propio mecanismo, que funciona a grandes rasgos como un regulador, puesto que su rebobinado promedia cualquier variación en la velocidad del reloj por la fuerza del remontador. Dicho de otra forma: si al final del rebobinado el mecanismo se hiciera más lento, se recuperaría al principio de la siguiente recarga. Al ser los ciclos más pequeños, esta apreciación sería menor en el tiempo que en un reloj de remonte o mecánico convencional, donde iría atrasado durante más tiempo al final del día (o al final de su carga).

Fossil compartirá su tecnología de relojes inteligentes con Citizen


Normalmente todos pensaríamos que Citizen tiene la capacidad, y la tecnología suficiente, como para desarrollar sus propios relojes inteligentes, pero al parecer no es así. Y es aún más llamativo que tenga que recurrir precisamente a uno de sus grandes competidores en el mercado, Fossil, que es una de las marcas de relojes que más vende (sobre todo en Estados Unidos), y una de las líderes a nivel mundial. Así, como tantas veces ocurre en tantos sectores, en los escaparates están frente a frente, pero de puertas para adentro van codo con codo.

Parece ser que a Citizen se le está complicando (o no quiere perder tiempo, que también puede ser) la tecnología de relojes inteligentes, por lo que recurrirá a Fossil. El acuerdo de colaboración, hecho público a principios de este mes, contempla que Citizen fabricará el motor híbrido de sus relojes smartwatch, utilizando tecnología del Grupo Fossil. También Fossil le ayudará "a las innovaciones futuras" de esta categoría, es decir, de relojes inteligentes.

La horrible desventura de Citizen y sus Eco-Drive


Esta mañana comentaba con un chaval lo contento que estoy con mi nuevo reloj mecánico. Y, a la vez, hemos aprovechado para intercambiar algunos recuerdos y anécdotas, en especial sobre la relojería. Porque yo recordaba que él había adquirido un reloj mecánico, pero no estaba muy claro en mi memoria la marca. Me dijo que en realidad era un Citizen Eco-Drive, según la publicidad de la marca japonesa (¡siempre la publicidad!), el reloj podía recargarse con un poco de cualquier luz (por cierto, aún siguen poniéndolo en su web). Le costó lo suyo adquirir el Citizen en la relojería de su barrio que, como podéis suponer, no tienen los precios que para estas cosas sí tienen en tiendas online como Amazon. Cuando lo tenía en su casa, el Citizen de marras no cargaba. Me sorprendió que me dijera eso porque, si algo tienen de buena fama los Citizen, es en sus acumuladores. Pero es evidente que en todas las marcas cuecen habas.

Volvió a la relojería desesperado, y el relojero le dijo que esos acumuladores ("baterías", les llamó) eran duros de roer y que siguiera insistiendo hasta recargarlo, poniéndolo a una ventana con mucha luz. Por supuesto este chico acabó harto, porque encima de que adquieras nuevo tu reloj, no puedas disfrutarlo, y tengas que "usarlo" viéndolo apoyado en la repisa de tu ventana, no es precisamente la mejor experiencia de compra.

Un mundo sin relojes... Ni relojeros


Siempre uso zapatillas, pero en una ocasión decidí cambiarme a unos náuticos. Al principio me resultaban tan incómodos, duros y molestos, que los dejé abandonados en un rincón. Muchos meses después volví a ellos, me costó algunos días adaptarme, pero tras algunos paseos molestos y unas pocas heridas en los pies, el cuero acabó adoptando la forma de mi pie hasta conseguir transformarlos en un calzado tan cómodo como un guante. Tal es así que, para mi sorpresa, los usé hasta que no pudieron dar más de sí y rompieron por todos lados.

Algo parecido ocurre con la relojería. Si observas un poco, te darás cuenta de que cada vez más gente mayor, ancianos incluso, han sustituido los relojes convencionales por las bandas o pulseras deportivas ("smartband"). Tras una primera más o menos dura o larga adaptación, no pueden desprenderse de ellas: les informan de su ritmo cardiaco, sus movimientos diarios, incluso de lo bien (o mal) que han pasado la noche. Por supuesto también tienen hora y calendario.

Quince días con un reloj mecánico (impresiones)


Hace tiempo que sé que los relojes de cuarzo pueden complicarte bastante la vida, no solo porque fácilmente te lleven a confusión con sus horarios mundiales, o que cambies de formato horario sin querer, o te activen el DST (o lo desactives) sin darte cuenta (con el consiguiente peligro, sobre todo en aquellos en donde ésto lo puedes cambiar apretando un simple botón, como los Casio DB-360), sino que, además, pueden llegar a ser muy poco precisos.

Que el Nixon se atrasase varios minutos por día, o el Casio AL-190 adelantase casi veinte segundos a la semana, son otros buenos ejemplos de que no todo podemos dejárselo en manos de un reloj de cuarzo, o fiarnos absolutamente de él sin ninguna clase de reparo.

Por qué Casio no fabrica digitales con caja de acero


Hace un tiempo alguien ponía en un foro generalista una pregunta que suele repetirse de tanto en tanto. Un usuario inquiría: "¿podéis decirme un Casio digital que sea de acero?". De inmediato, le empezaron a llover respuestas: "A168", "A164", "A158"... Ante tales respuestas me vi en la necesidad de intervenir, y le puse:

"No te molestes en buscar: no existen".

Pero, ¿por que no existen? ¿Nunca os lo habéis planteado?

El reloj Longines más antiguo tiene 151 años..., y aún funciona


Acaba de ser certificado el reloj Longines más antiguo hasta la fecha, un modelo de bolsillo -obviamente- que se fabricó nada más y nada menos que en el año 1867. Su dueño es un coleccionista estadounidense (de ascendencia japonesa) que se encontró con este ejemplar cuyo número de serie es de la centena: el 183. Eso indica que fue fabricado en el año 1867, según los registros que aún conservan en Longines.

De hecho, hasta allí viajó el dueño del reloj (hasta la sede en St. Imier, Suiza), para autentificar la pieza. Tras analizarlo expertos relojeros y confrontándose con los registros que el fabricante helvético conserva, se confirmó que había sido fabricado en el año 1867, el año en el que se inauguraron las instalaciones, sustituyendo a la pequeña manufactura fundada en 1832 y que dio origen a la marca.