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Cómo recargar correctamente un encendedor Zippo


Existen multitud de páginas por Internet en donde se nos habla del proceso de recarga de los encendedores a gasolina de Zippo, incluso en la lata de combustible original del fabricante se nos dan las instrucciones. Pero pocas veces se nos informa del proceso correcto para hacerlo, lo que hace que desperdiciemos combustible y que no aprovechemos al máximo las ventajas de este tipo de encendedores a gasolina.

Lo primero que tenemos que hacer es asegurarnos de que vamos a utilizar correctamente el combustible disponible, y para hacerlo tenemos que fijarnos en otra cosa: la mecha. La mecha debe tener un color claro o parduzco, si es negra, significa que la tenemos carbonizada y deberemos extraer nueva mecha o sustituirla. Una mecha carbonizada absorberá peor el combustible del depósito, lo que significa que deberá estar muy empapada para encenderse, y a su vez eso obliga a que debamos tener el depósito siempre empapado. Si nos cuesta demasiados intentos encender el encendedor, es otro indicativo de que la mecha está en las últimas y de que estamos desperdiciando y gastando sin sentido la piedra de ferrocerio para las chispas.

Inconvenientes y ventajas de los encendedores jet y a batería


Zippo, consciente de que los tiempos ya no son lo que eran y el público demanda encendedores cómodos, sencillos y para una variedad de usos muy diversos, se une a la moda de los encendedores a batería (funcionan por arco eléctrico) y lanza sus nuevos modelos eléctricos recargables. Con un precio de aproximadamente 20 € (similar a los Zippo a gasolina "de toda la vida"), los nuevos encendedores recargables ofrecen una autonomía - con la batería completamente cargada - de 40 usos por carga (siempre y cuando el encendido no dure de más de 5 segundos cada vez). Su batería se puede recargar hasta 300 veces (que daría para unos 12.000 usos, unos 6 años, si encendemos unas seis veces al día, y cuidamos la batería, por ejemplo, evitando que se descargue por completo). El tiempo de carga es de aproximadamente 1 hora, y como cualquier encendedor de arco eléctrico, se puede usar con viento e incluso inclinado (para encender velas o pipas).

Probablemente lo primero a considerar sería si con 6 años de uso tendremos el encendedor amortizado, probablemente sí, de hecho yo tengo el de gasolina desde hace casi diez años y aún funciona, pero claro, en todo ese tiempo ha sido muchísimo el dinero que he gastado en combustible, piedras y mechas. Sin embargo, con este tipo de encendedores a batería nada de eso es necesario, con recargar su batería el resto debería funcionar sin problemas.

Comparativa de encendedores a gasolina, ¿mejor un Zippo o un Clipper?


Hace algunos años, los encendedores a base de gasolina tenían un notable auge. No era raro: funcionaban con combustible "barato", se les podía echar gasolina, parafina o lo que fuera y, además, eran duraderos. Así que muchos fumadores los elegían para darles un brutal trote diario.

Pero las cosas han cambiado mucho: los estancos están de capa caída, las ventas ya no son lo que eran porque, por fortuna, casi nadie fuma ya, y los fabricantes de este tipo de encendedores ya no son ni la sombra de lo que eran. Ni Zippo fabrica sus encendedores a mecha y de gasolina como antes (ahora se han centrado en productos más "tecnológicos" como calientamanos) ni Clipper, inmersa en una profunda crisis, fabrica los buenos productos que hacían antaño.

Mochila Fjallraven Kanken, lo más rudo para echarte a la espalda


Hace unos años que se pusieron muy de moda las mochilas de vinilo de los suecos de Fjällräven Kanken. Su forma anatómica, su comodidad y, sobre todo, su durabilidad hicieron de estas mochilas un valioso útil para cargar con nuestras cosas de diario. Hoy en día llegan a competir (e incluso a superar) a las famosas mochilas de Eastpak que, como "cuenta la leyenda" (ya que es solo eso, leyenda), como ocurre con los encendedores de Zippo tienen "garantía de por vida".

Lo de "garantía de por vida" es solo un engaño de marketing, lo mismo que nos contaban antes sobre que el tabaco despejaba la garganta o que el azúcar fortalecía los huesos. Huye de "las garantías de por vida" como de la peste, y si alguien te asegura ese tipo de garantías lo único que tendrás garantizado es que no podrás hacer uso de ellas.

Lo difícil que es ser duradero


Me considero una persona que cuida bastante de las cosas. Eso quiere decir que busca los objetos bien construidos y de calidad. No tienen por qué ser de marca ni caros, aunque últimamente, por desgracia, hay pocas alternativas de este tipo fuera de los artículos elitistas. Hay objetos baratos, pero muy malos, y hay objetos con calidad, pero muy caros. Se ha perdido en gran medida el término medio: objetos bien hechos, y competitivos en precio. Lo que conocemos como "prime".

No es que me guste estar apegado a los objetos, me gusta cambiar y experimentar cosas nuevas, como todos, pero si encuentro algo que pueda usar y que a la vez me pueda servir durante largos años, lo aprecio.

Las cosas ya no son lo que eran: se cayó el mito de Zippo


Pues sí, se cayó el mito: se rompió mi Zippo. Esta mañana, cuando iba a cogerlo para una sesión de fotos, me di cuenta de que algo "no iba bien". El Zippo no cerraba ni se abría como debería. Habida cuenta que estos encendedores no tienen una llama auto-extinguible al uso, sino que la tapa de cierre es la que ahoga la llama, que hubiera un fallo en el cierre podría acarrear serios problemas, por ejemplo, que la llama no se extinguiera del todo, guardásemos el encendedor, y nos produjera quemaduras. O que se abriera por error y nos ensuciara la ropa.

Mirando más detenidamente me di cuenta de que algo había "suelto" en el interior del encendedor, una especie de placa metálica se había partido así, sin más.

Comparativa: sistemas de seguridad para niños en los encendedores BIC y Cricket


Una de las primeras cosas que hago cuando compro un encendedor es retirarle el "child resistant", es un elemento que odio y que me molesta enormemente cuando me pongo a usarlo. No estoy en contra de él, vaya esto por delante, me parece un necesario y valioso elemento de seguridad, pero entorpece enormemente el uso cómodo del encendedor y, por eso, los fabricantes podrían dar la opción, al menos, de retirarlo para según qué casos.

Por eso, creo que sería interesante hacer una comparativa con dos de los fabricantes que ofrecen este tipo de dispositivos en sus encendedores, que son la francesa BIC, y la sueca Cricket (la española Clipper ha rehusado participar).

Ellos venden aquí, nosotros vendemos allá


En un mundo globalizado las reglas de juego y los consumidores objetivo cambian totalmente. En un entorno en el cual los mercados están abiertos y cualquiera puede competir ofreciendo los precios más bajos que sean posibles, cualidades antaño muy apreciadas como la durabilidad o la capacidad de que el producto sea reparable pierden importancia frente a lo fácil que es conseguir ese producto y reemplazarlo. Los productos -como la comida que lleva ese apelativo- se vuelven "basura" antes incluso del primer uso, a veces nada más sacarlos de la tienda.

Las marcas de toda la vida que ofrecían artículos de mucha calidad no pueden competir en ese entorno, pero en estos últimos años se está produciendo un hecho curioso: nuestras marcas "valiosas", son cada vez más apreciadas en los países de los cuales parten los productos que, en su día, les quitaron su sitio en el mercado.

El problema de ser un monopolio


En teoría el capitalismo iba a aportarnos enormes beneficios: la extinción de los monopolios, el aumento de competitividad (con lo cual se ofrecerían productos no solo más baratos, sino más variados y de más calidad). Esa era parte de la teoría en el mundo ideal creado en la imaginación de los gestores financieros que en su día a todos nos vendieron. En el mundo real la cosa cambia radicalmente, y aunque en su ideario el capitalismo luche contra los monopolios, la realidad es que los incentiva. En el fondo, a fin de cuentas, el capitalismo no deja de ser un monopolio en sí mismo: el monopolio del dinero. Y aquél que posea más dinero-poder, domina sobre los demás.

Esto, que parece así dicho algo muy abstracto, se puede ver muy patente con un ejemplo.

Productos con abusivos márgenes de beneficio


A veces cuando adquirimos artículos al por menor somos conscientes, y asumimos, que tenemos que pagar un precio ligeramente más alto, que le pone el minorista para su propio beneficio. Aunque ese precio suele ser elevado si tenemos en cuenta el porcentaje de intermediarios, normalmente no lo es escandalosamente, pero hay artículos donde sí podemos darnos cuenta del enorme beneficio que obtiene un minorista.Y uno de esos artículos son los fósforos o, como se las conoce comúnmente, las cerillas.

Habitualmente suelo llevar conmigo una caja de cerillas de las pequeñas, de las más pequeñas, que solía adquirir en el supermercado. Pero recordé que, hace ya muchos años, en los tiempos en donde fumar era la moda y si no lo hacías casi que uno era "el bicho raro", la excepción, se comercializaban para los fumadores que preferían cerillas unos modelos de las cajas pequeñas con distintos motivos. La verdad es que eran cajas muy bonitas, que se podían incluso coleccionar, y algunas con estética que recordaban a las de los sellos. Decidí acercarme a algunos estancos a preguntar, ya que, suponía, una caja de cerillas de las más pequeñas no deberían ser caras.

Y tras el 3310, ¿qué otros productos míticos podrían volver a fabricarse?


El reciente anuncio de la llegada al mercado del Nokia 3310 no es más que la confirmación otra vez, y de nuevo, de la pujanza y el éxito de los productos y artículos más duraderos y robustos de hace años. Curiosamente la mayoría de esos artículos no son recordados hoy por su avanzada tecnología, por la bondad de su memoria o por su display de nítida visión, sino por otra cualidad: su durabilidad. Era esta, en la mayoría de ocasiones, lo que agradecía la gente y lo que después de tantos años hace que regrese a su memoria.

Nokia no es más que una de tantas compañías que intentan aprovechar esa moda de lo retro, como en su día hizo BMW con el Mini, o Fiat con el 500, y tantas otras marcas de tan variados productos (Phoskitos en bollería, Nocilla en dulces...).

El ejemplo de los encendedores piezoeléctricos


Aunque ahora no esté bien visto y marcas como Casio casi ni lo mencionen al contar su historia "oficial", ya sabéis que los japoneses hermanos Kashio empezaron a obtener el capital necesario para sufragar los gastos de los inventos que vendrían después, fabricando productos para fumadores. Durante los años ochenta, en el que las multinacionales del tabaco obtenían ingentes cantidades de dinero en forma de beneficios, -fumar seguía siendo la norma, socialmente aceptada e incluso favorecida y animada-, Casio continuaba ofreciendo artículos para fumadores, y dado que presumía de ser -y lo era- una compañía tecnológicamente puntera, ofrecía esos artículos también recurriendo a lo último en tecnología de la época. Y un ejemplo de esto lo eran los encendedores piezoeléctricos.

La presencia en el mercado actual de este tipo de encendedores -tecnológicamente más avanzados- es, sin embargo, casi testimonial. Los encendedores piezoeléctricos no tenían una piedra para chispas que sustituir, por lo tanto podrían funcionar casi ilimitadamente -en la práctica no es así, claro-. Pero el principal problema era otro: aparte de ser al principio más caros, su combustible -el gas- sí había que sustituirlo. Y cuando acababas ese gas, la mayoría acababan tirando a la basura el encendedor entero, porque son tan baratos que un encendedor genérico actual no compensa recargarlo.

La imparable corriente de "lo retro"


Las marcas más diversas han encontrado en los productos que apelan al recuerdo de años anteriores todo un filón. Estamos viendo cómo, cada poco tiempo, más y más estanterías se llenan con este tipo de productos, lo que es una muestra que viene a decirnos algo evidente: los productos de ahora no son, ni mucho menos, como los de antes.

No son como los de antes los pastelitos, ni la crema de cacao. No son como los de antes los automóviles, ni los receptores de radio. Aunque por fuera intenten parecerse.

Diferencias entre los Zippo actuales y los 1937 Vintage Series


En Zippo sí que saben hacer bien las cosas (tenemos un artículo preparado sobre ellos, por cierto, intentaré que pueda publicarse a no mucho tardar), y es que, veamos un poco las cosas en perspectiva: ¿os imagináis que Casio reeditara sus DW-5000 y los siguiera vendiendo al mismo precio -y no en ediciones especiales de cientos de euros- frente al resto de la gama? Sería sorprendente, ¿verdad? Pues en Zippo sí lo hacen, y sus "vintage series" continúan vendiéndose junto con los actuales. Actualmente estas series son muy apreciadas, y en países como Japón se venden como rosquillas (y en algunos sitios hasta los sortean porque son muy apreciados como regalo).

Las Vintage Series tienen sutiles diferencias con los actuales: esquinas redondeadas, diferente disposición del texto -grabado, no serigrafiado, como en todo buen Zippo- en el fondo, y un aspecto mucho más imponente en general.