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Lo difícil que es ser duradero


Me considero una persona que cuida bastante de las cosas. Eso quiere decir que busca los objetos bien construidos y de calidad. No tienen por qué ser de marca ni caros, aunque últimamente, por desgracia, hay pocas alternativas de este tipo fuera de los artículos elitistas. Hay objetos baratos, pero muy malos, y hay objetos con calidad, pero muy caros. Se ha perdido en gran medida el término medio: objetos bien hechos, y competitivos en precio. Lo que conocemos como "prime".

No es que me guste estar apegado a los objetos, me gusta cambiar y experimentar cosas nuevas, como todos, pero si encuentro algo que pueda usar y que a la vez me pueda servir durante largos años, lo aprecio.

¿Son los objetos duraderos sinónimo de lujo?


Puede que una gran mayoría de artículos de lujo sean duraderos, pero un objeto duradero no tiene por qué ser caro ni, por supuesto, de lujo. De hecho a la larga casi siempre son más baratos que los objetos "de usar tirar"; pensemos solamente en lo que nos ahorramos en sustituciones y gastos si adquirimos este tipo de objetos frente a los low cost o los más endebles.

Además, los objetos duraderos suelen ofrecernos más satisfacciones, y también nos dan la posibilidad de poder dedicarles tiempo para su mantenimiento. En efecto, el mantenimiento, esa palabra de la que la sociedad moderna huye como espantada, y a la cual han llegado a denigrarla y a quitarle importancia como algo insignificante o secundario. Incluso hay quienes nos quieren hacer ver en el mantenimiento algo malo. Ni mucho menos. El mantenimiento nos permite ese tiempo de disfrute y reflexión, esa pausa para hacer, con dedicación y esmero, los cuidados imprescindibles para seguir usando de nuestro útil artículo.

Frente a lo premium, elige lo prime


Estamos inmersos en dos corrientes de moda bien diferenciadas: la de los objetos y servicios "low cost", y la de los objetos y servicios "premium". Frente a ellas dos debemos buscar y elegir una alternativa que realmente sea el objeto el que esté al servicio de las personas, y no éstas trabajando a destajo para el consumismo (low cost) ni viéndose hipotecadas de por vida por el lujo (premium).

Es decir, no elijas lo más barato o endeble (low cost), ni te decidas por el acabado elitista (premium), sino por la fiabilidad y durabilidad (prime).