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¿Trae a cuenta usar un encendedor Zippo? ¿Qué alternativas hay?


Si usas habitualmente un encendedor de gasolina de Zippo, te habrás dado cuenta en seguida que es terriblemente caro mantenerlo. Personalmente no es que lo use intensivamente, pero sí recurro a encendedores a diario y, cuando decido usar el Zippo, se nota en el gasto. He podido comprobar que, cada dos meses aproximadamente, tengo que cambiar la mecha, y ese es el tiempo que dura más o menos la lata de combustible. Lo único que dura bastante más son las piedras, que pueden estar sin agotarse cuatro meses o incluso más.

Haciendo un simple cálculo, encontramos que cada cuatro meses uno ha gastado en su Zippo la friolera de unos 25 €. Digo "friolera" porque estamos hablando de un simple encendedor, no de una motocicleta de competición. Dependiendo dónde adquiramos el combustible (en algunos sitios la lata se vende a 5 euros o más, y como Zippo no fija precios y le deja a cada vendedor que ponga el que quiera, podemos acabar pagando la gasolina o nafta para el Zippo a precio de oro), si usamos el encendedor intensivamente, el gasto se dispara de una manera abrumadora.

Así que hemos decidido comentar las alternativas existentes.

Comparativa entre fósforos de Selex y fósforos de Tres Estrellas


Soy una de esas pocas personas que deben quedar que aún utiliza fósforos, comúnmente conocidos como cerillas, y como muchos sabréis llevo desde hace tiempo teniendo una guerra constante con la marca de mayor difusión en España: "Tres Estrellas".

Desde que desapareciera Fósforos del Pirineo y Swedish Match se hiciera con el control de la antigua Fosforera Española, el mercado de este producto deja muchísimo que desear. Aprovechándose de su posición dominante en el mercado, "Tres Estrellas " nos vende unos fósforos malísimos, carísimos, y el consumidor no tiene otra opción que comprárselos. Si vas a un estanco, encontrarás "Tres Estrellas"; en los supermercados, en Mercadona, en Carrefour... En casi todas partes la única marca que encuentras y que, por tanto, es la única que puedes comprar, es "Tres Estrellas ".

El problema de ser un monopolio


En teoría el capitalismo iba a aportarnos enormes beneficios: la extinción de los monopolios, el aumento de competitividad (con lo cual se ofrecerían productos no solo más baratos, sino más variados y de más calidad). Esa era parte de la teoría en el mundo ideal creado en la imaginación de los gestores financieros que en su día a todos nos vendieron. En el mundo real la cosa cambia radicalmente, y aunque en su ideario el capitalismo luche contra los monopolios, la realidad es que los incentiva. En el fondo, a fin de cuentas, el capitalismo no deja de ser un monopolio en sí mismo: el monopolio del dinero. Y aquél que posea más dinero-poder, domina sobre los demás.

Esto, que parece así dicho algo muy abstracto, se puede ver muy patente con un ejemplo.

Productos con abusivos márgenes de beneficio


A veces cuando adquirimos artículos al por menor somos conscientes, y asumimos, que tenemos que pagar un precio ligeramente más alto, que le pone el minorista para su propio beneficio. Aunque ese precio suele ser elevado si tenemos en cuenta el porcentaje de intermediarios, normalmente no lo es escandalosamente, pero hay artículos donde sí podemos darnos cuenta del enorme beneficio que obtiene un minorista.Y uno de esos artículos son los fósforos o, como se las conoce comúnmente, las cerillas.

Habitualmente suelo llevar conmigo una caja de cerillas de las pequeñas, de las más pequeñas, que solía adquirir en el supermercado. Pero recordé que, hace ya muchos años, en los tiempos en donde fumar era la moda y si no lo hacías casi que uno era "el bicho raro", la excepción, se comercializaban para los fumadores que preferían cerillas unos modelos de las cajas pequeñas con distintos motivos. La verdad es que eran cajas muy bonitas, que se podían incluso coleccionar, y algunas con estética que recordaban a las de los sellos. Decidí acercarme a algunos estancos a preguntar, ya que, suponía, una caja de cerillas de las más pequeñas no deberían ser caras.