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El gran peligro de tomar la temperatura a la entrada de los comercios indiscriminadamente


Últimamente se está planteando seriamente, incluso desde organismos públicos y ayuntamientos, el control de temperatura corporal por parte de los usuarios previa la entrada a establecimientos, comercios, y entidades administrativas. La Agencia Española de Protección de Datos ya alertó hace algunos días sobre los peligros de este tipo de prácticas, advirtiendo de su ilegalidad, e incluso de la posibilidad de que, quienes lo lleven a cabo, se arriesguen a tener que enfrentarse a multas.

Y es que, a diferencia de otros países, el sistema jurídico español es enormemente garantista con el ciudadano. Es decir, al contrario que en otros países con gobiernos dictatoriales o menos democráticos, el sistema español trata de proteger, en la medida de lo posible, los derechos de los ciudadanos a su intimidad. Y este tipo de prácticas de control de acceso deben, por ello, ser establecidas siguiendo unos estrictos protocolos y, además, con todas las garantías de las autoridades sanitarias. No vale que un ayuntamiento, o un comerciante, o cualquier "pirado" simplemente "porque le dé la gana", se ponga a medir la temperatura "a todo ciudadano" que pase ante su puerta sin más ni más.

¿Cómo sería el confinamiento hace treinta años?


Relojes Marlin de Casio en todos los bazares y tiendas de electrónica, quioscos con multitud de periódicos locales, en cada esquina había un cine (o un videoclub), y el dial del receptor lleno de emisoras de radio. Algo que no ocurre hoy. Si este confinamiento se hubiera producido durante los años ochenta, ¿qué podríamos hacer en casa?

Seguro que muchos habréis exprimido durante estas semanas vuestras conexiones a gran velocidad, con contenido en streaming de gran calidad, y las consolas de video-juegos y smartphones estarán echando humo. Y aún así, habrá quien no parará de quejarse y tirarse de los pelos. Ni las películas y series "a la carta", ni las miles de canciones que pueden descargar y escuchar, ni las toneladas de libros que pueden leer, les bastan. Pero, en aquellos años ochenta, el confinamiento habría sido significativamente más duro, y si los más pequeños estaban ahora a punto "de tirarse del balcón" (nunca mejor dicho), ¿cómo estarían si hubiesen vivido en aquellos años?

Del des-confinamiento al des-control solo hay un paso


Sin orden ni concierto, este gobierno nos ha llevado de meternos todos en casa como si fuésemos delincuentes, a salir a la calle sin control. Y es que el horario que han impuesto para esta "primera fase" -como ellos la llaman- de la "desescalada" o "transición hacia una nueva normalidad" para salir a pasear es de risa, lo lógico habría sido "por la mañana los adultos, por la tarde los niños", pero al parecer este gobierno de lógica tiene muy poco. Olvidan demasiado a menudo, ahogándose entre sus propias leyes, manuales y reuniones interminables, que el sentido común y la simplicidad suele ser la mejor receta y, además, la que más entiende y llega al ciudadano. Pero no, se empeñan una y mil veces en retahílas interminables de normas, imposiciones, indicaciones y prohibiciones hasta el nunca acabar. A este paso acabarán haciendo bueno a Vox, lo cual ya es mucho decir. A veces pareciera que hacen las cosas sin pensar, y que no hay nadie pilotando la nave. Decía en la rueda de prensa el ministro: "no tenemos una guía", y añadía: "esta es nuestra guía". Ya veis. La frase del día.

En fin, ¿tienen guía o no? Supongo, claro, que todos pensamos que lo haríamos mejor, yo desde luego no (y tampoco me pagan para ello la abultadísima nómina que a ellos sí les pagan, por cierto), pero eso no es desescalada ni es nada. Decia una amiga esta tarde que aqui el centro esta a tope de gente por la calles, con sus niños, con sus perros, con su familia, con sus bicis, con sus patinetes, con sus juguetes..., que parece día de fiesta. Lógico. ¿qué esperaban?, es totalmente comprensible, y la culpa de lo que ocurra -incluyendo un repunte de la pandemia- será total y absolutamente del gobierno y del descontrol completo y total que llevan.. Ya lo hemos visto con la norma sobre los niños, saliendo por la tarde de ser brutalmente restrictivos, para luego desdecirse y dejar a todos los pequeños "campar a sus anchas" de nueve a nueve. Inconcebible. Terrorífico. No hay nadie a los mandos, esa es la realidad, esa es la sensación que nos da, lo cual nos hace tener un miedo tremendo.

Otros mundos


Para todos los que han perdido a alguien por el coronavirus.

Vivimos en un mundo donde tienes que morder el dolor y tragártelo hasta el extremo. Cuando mi madre falleció, pedí ver su cuerpo por última vez, tocarla, y recuerdo muy bien la necesidad imperiosa que sentía de despedirme de ella. Por eso, no puedo llegar a imaginarme el sufrimiento que debe ser tener que decirle adiós a una madre, un padre, al abuelo, la abuela, o al ser querido, sin poder verlo por última vez, estar ante su cuerpo presente y darle un último beso, depositar sobre su piel una última caricia.

¿Cómo calmar esa acuciante necesidad? Nada puede hacerlo.

Supongo que en estos últimos días, muchos habéis abrazado alguna prenda de vuestro ser querido, la camisa preferida de vuestro abuelo, la rebeca de la que vuestra abuela no se separaba en invierno... Yo lo hice. Y abracé esa prenda llorando hasta el extremo, hasta casi desmayarme, mientras las lágrimas corrían a borbotones por mis mejillas. Dicen los expertos que llorar es bueno, pero no sé si lo será hacerlo hasta esos extremos. Solo una mano amiga, contándole mi dolor una y mil veces, consiguió en parte aliviarme. Pero cuando ella se iba, cuando me quedaba sin ese hombro sobre el cual apoyarme, llegaba de nuevo a establecerse sobre mí la nube negra y terrible de mi tristeza y mi desconsuelo.

Aún hoy, me estremezco y me apeno al recordarlo. Y ese luto no se va, claro que no se va.

No sé cómo deciros, o transmitiros más bien, un poco de consuelo. Pero sé que, en esos momentos, las pocas palabras que puedan decirse ayudan, y mucho. Por lo tanto, solo quisiera haceros llegar que soy partícipe de vuestro dolor, lo comparto y soy consciente del gran peso que sobrelleváis. De vuestra terrible impotencia. De vuestra desolación.

Algunos dicen que se fueron personas mayores, con muchas patologías, como si eso lo hiciera menos doloroso e importante. Pero no eran eso para vosotros. Era vuestro querido abuelo, abuela, vuestros padres y madres, personas que, por muy ancianas que fuesen, no se merecían morir así, sin un abrazo, sin el cariño de sus allegados, sin teneros a su lado.


Una alta dirigente política del gobierno dijo hace pocos días que no os teníais que preocupar. Que todos tuvieron una última oración de los profesionales sanitarios, añadiendo (por aquello de quedar bien ante todo el auditorio) "los que fueran creyentes". Estoy seguro que los profesionales sanitarios lo hicieron lo mejor que pudieron, pero, ¿de verdad ellos sabían quién era creyente o no? ¿Les importaba en algún caso? ¿Disponían siquiera de tiempo para ello? Ver a cirujanos haciendo de ATSs me hace dudarlo.

Porque nadie como tú sabe lo que ese anciano vivió contigo, lo que te ayudó en tus momentos más duros, a veces con una ayuda material de su exigua pensión, y otras con una simple pero más que suficiente palabra de aliento, o con su compañía. Nadie mejor que tú conoce sus penurias, lo que sufrió por salir adelante, y por llegar a una vejez bien merecida que debía ser plácida y, desde luego, tener un final mucho más agradable que éste. Personas que lo dieron todo hasta los últimos instantes de su vida, en ocasiones incluso pidiéndoles a los médicos que utilizasen los escasos respiradores disponibles en pacientes más jóvenes y con más posibilidades de sobrevivir. Historias individuales de solidaridad, de valor y generosidad hasta el extremo. Que aguantaban estoicamente por los pasillos de los hospitales, mientras los médicos iban y venían totalmente desbordados. Porque eran eso: colapsados. Había casos que eran auténticamente desgarradores, cuyas historias no es el momento de contar aquí.

Pero ahora, como dicen las Escrituras, gozan de su merecido descanso. Ese es todo el consuelo que puedo darte, sé que insuficiente, sé que no llena ese vacío que sientes, pero sí tranquilizador. Ahora están en ese descanso que tienen más que merecido. Esperándote -porque, al contrario que ese personaje político, yo no tengo que guardar etiquetas tontas ante el público- para un día abrazarte, y en el que podrás decir no un adiós, sino algo mucho mejor: un "hola".

Descansen en paz en el Señor.

"Ahora que descansen de sus trabajos, porque sus obras van con ellos" (Ap. 14, 13).

Y en un momento de silencio, te ruego una oración por el alma de los fallecidos en la pandemia, y por el consuelo de sus familiares que no han podido decirles su último adiós.

| Preparación: esRevistas.com / esRevistas.blogspot.com | Redacción: Carta abierta, redactada por el escritor Bia Namaran, para todos los que han sufrido la pérdida de un ser querido durante la pandemia.

Un mes de confinamiento en la cama


Son varias las personas que conozco que se han pasado estas semanas de confinamiento, prácticamente sin levantarse de sus camas. De las gentes que intentan salir con cualquier excusa, que no soportan estar veinticuatro horas al día encerradas en sus casas, también se puede pasar al otro extremo: las personas que no es que no salgan, sino que se han pasado este confinamiento así, durmiendo.

Puede que para muchos sea algo alarmante y contraproducente, pero si lo miras con perspectiva tal vez no esté tan mal. Quiero decir: se evitan el bombardeo constante de las noticias sobre la COVID-19, los agobios, tensiones y miedos y, simplemente, se lo pasan durmiendo.

La necesidad de tejido industrial en España


La pandemia del SARS-CoV-2 (COVID-19) que padecemos tan abruptamente ha traido consigo muchas cosas malas, pero también algunas lecciones que deberíamos aprender muy bien y tener en cuenta a partir de ahora. Porque cuando las cosas se ponen feas, cuando de verdad hay necesidad de esa "globalización" y de esos precios contenidos, resulta que te quedas sin ello. Durante muchos años, demasiados, España ha sido un buen comercio, un buen mercado y ha ocupado el papel de comercial de bienes y productos que se fabrican muy lejos de aquí. ¡Y qué bien, sin embargo, nos habría venido esa industria ahora!

Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, lo decía no hace muchas semanas: en China, cuando apareció el coronavirus, tenían un tejido industrial que sostenía con su poderío la región de Wuhan cuando ésta tuvo que cerrarse a cal y canto sin poder producir. Todas las demás regiones y empresas se pusieron mano a la obra para proveerla. En Italia, las fábricas de coches como Lamborghini, y de moda como Gucci, comenzaron a producir mascarillas y equipo de protección. En el Reino Unido, McLaren pasó a fabricar respiradores. En España, tuvo que ser Seat (con el apoyo de varias universidades) quienes se implicaran en ello, y firmas como Joma, ante la escasez (y el alto precio, cuando están disponibles) de mascarillas, empezó a fabricarlas.

¿Qué medidas están adoptando en otros países respecto al coronavirus?


Creemos que sería muy interesante hacer un pequeño resumen sobre las medidas que se están llevando a cabo en otros países respecto a la pandemia del SARS-CoV-2 (COVID-19), y cómo están respondiendo a la misma. Por ello, vamos a dar un repaso sobre las iniciativas principales, o algunas de las más importantes, de diversos países alrededor del mundo.

· Perú.
- Han establecido un "subsidio monetario" consistente en un bono de 380 soles para los colectivos más desfavorecidos y autónomos, con el fin de que puedan hacer frente a pagos o/y adquirir alimentos y bienes de necesidad.
- La población, si sale a la calle, debe hacerlo con mascarilla.
- Las medidas de contención (allí llamado "Estado de Emergencia") no terminarán el 12 de abril (fin del periodo de confinamiento actual), sino que irán "más allá" y dependerá "de la respuesta de los ciudadanos". El mismo mensaje que se da en España.
- El confinamiento en Perú se diferencia por sexos. Los domingos nadie podrá salir a la calle. Los días de lunes, miércoles y viernes, podrán hacerlo -para adquirir productos de primera necesidad- los hombres. Asimismo, los martes, jueves y sábados podrán hacerlo las personas del sexo femenino.
- Como en otros países (algo que es común), se levantan albergues militares por todas las regiones.
- El ejército (en concreto la marina) ha desarrollado un respirador que han denominado "Samay" ("respira" en lengua quechua), y que empezarán a fabricar en grandes cantidades para autoabastecerse.

El Teletexto de TVE ofrece ahora las estadísticas por COVID-19


El Teletexto es un servicio básico esencial para aquellas personas sordas, o que no pueden acceder a Internet por múltiples circunstancias. Por desgracia, a excepción de Radio Televisión Española, el resto de cadenas no parecen verlo así y prefieren invertir multimillonarios presupuestos en series y "realities" de muy dudosa utilidad (y menor entretenimiento), que invertir en realizar un Teletexto (que por otra parte es un sistema muy simple, barato, y rápido de mantener).

El Teletexto de TVE ha decidido, por fin, ir un paso más allá y ofrece además ahora estadísticas de contagio por el coronavirus SARS-CoV-2. Así, desde la página 176 podemos conocer los casos existentes en España en un resumen total. En las páginas siguientes se desglosan por comunidades autónomas, atendiendo además al número de fallecidos, curados y hospitalizados. También se nos informa de los valiosos números de atención telefónica en cada Comunidad para, finalmente, ofrecernos unos datos con los principales países afectados. Un valioso servicio que es muy de agradecer a RTVE.

¿Hay que usar mascarillas, o no?


Hay una cierta polémica estos días por la Red sobre la recomendación de usar o no mascarillas y su efectividad. Por un lado, se encuentran los que mantienen la posición digamos "oficial" de las autoridades y, por el otro - que son los menos - quienes apuestan por su uso. Sin ánimo de sentar cátedra ni nada parecido, trataremos aquí de ofrecer una visión equitativa y clara sobre la necesidad o no de recurrir a este elemento.

Partamos de una base que es de sentido común: si las mascarillas no son necesarias para la protección personal - dicen los que defienden el no usarlas que solo deben ponérselas quienes estén enfermos -, entonces, ¿para qué la llevan médicos y policías? Será que el personal médico, de enfermería y las fuerzas de seguridad y la policía, las llevan para estar más guapos. O será que todos ellos están enfermos. Obviamente ni lo uno ni lo otro: las llevan como un elemento más de protección. Entonces, ¿por qué se dice que el resto de la gente no debe usarlas? Por dos razones.