Los estudios y su relación con el mercado de trabajo


Hoy en algunas comunidades españolas se han celebrado los exámenes de acceso a los ciclos formativos, la antigua Formación Profesional. He tenido ocasión de hablar con algunas de las personas que han ido a examinarse, y coinciden en la dureza del examen. Lo mismo ocurre con las pruebas para poder obtener el título de Graduado en Secundaria, sé de personas que llevan casi una década tratando de sacarse ese examen, incluso gente inmigrante que, en sus países, han logrado obtener títulos universitarios de notable categoría, cuando llegan a España ni siquiera pueden obtener el título de Secundaria. ¿Cómo, pues, puede ser esto posible?

Una de las explicaciones las podemos encontrar en el discurso de investidura del ex-Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que tuvo lugar cuando logró la presidencia en el año 2011. Allí, el líder de los populares abogaba por lo que él llamaba "la política del esfuerzo", en donde, según sus palabras, se premiaría a las personas más inteligentes, apartando del mercado a las que menos oportunidades tuvieran o/y, menos recursos para estudiar (o fueran menos inteligentes). Esa política ya había empezado hacía muchos años atrás, pero lo que persigue en el fondo es muy más llamativo, grave y dantesco aún, que esa "política del esfuerzo", y para entenderlo tenemos que irnos muchos, muchos años atrás.

¿Son aconsejables las mascarilla de ciclismo contra el coronavirus?


La aparición de la pandemia de COVID-19 ha hecho que muchas cosas cambien en nuestra vida diaria y, una de ellas, es la necesidad de usar mascarilla. La búsqueda de una buena mascarilla es una necesidad imperiosa, y aunque para el público general basten y sean suficientes las mascarillas higiénicas o quirúrgicas, en determinadas ocasiones podemos necesitar - o quién sabe en el futuro requerir -, otro tipo de mascarillas más filtrantes.

En esta misma publicación de esRevistas ya hemos abordado el tema de las mascarillas FFP2 y FFP3, así que ahora vamos a hablar de una alternativa que puede en la que estéis pensando muchos de quienes nos visitáis: las mascarillas de ciclismo, o para bicicleta.

¿Cómo debía ser antes un reloj?


Quizá las cosas no han cambiado tanto. Antes, como ahora, un reloj debía ser resistente y robusto, pero en otros aspectos las diferencias son notables (entre las principales, la precisión, por supuesto).

Esta publicidad de la marca española Quillet nos puede servir perfectamente para compararlo. Está fechada ni más ni menos que en el año 1928, hace la friolera de casi cien años. Por aquel entonces vemos cómo a los relojes de bolsillo se les denominaba "cronómetros", en realidad se usaba como sinónimo ya que el cronómetro en sí tardaría bastante en hacerse popular.

Cibelcao, el cacao que se adelantó a su tiempo


Dicen que hay casos que mueren de éxito, y otros que se adelantan tanto a su tiempo que acaban siendo unos incomprendidos y hasta menospreciados. Quizá un ejemplo de ello sea el caso que nos ocupa. Durante los años setenta fue relativamente popular el cacao en polvo de La Cibeles, comercialmente conocido como Cibelcao. En una época en la que enriquecer alimentos era algo muy poco habitual, Cibelcao añadía ya entre sus ingredientes fósforo y calcio. Su base, sin embargo, sigue siendo muy habitual entre los cacaos solubles de marca blanca actuales: era la harina (dextrinada), aunque no especificaban qué clase de harina. Hoy muchos fabricantes (lo hemos visto en esta misma publicación en otras ocasiones) usan harinas de arroz o de trigo. Nesquik, sin embargo, usa azúcar (de ahí que el Nesquik pueda disolverse tan fácilmente con leche fría).

En su época, hablamos de los años setenta, los mejores del mercado eran, sin embargo, Cola-Cao. A diferencia de ahora (que usan la terrible nuez moscada), cuando Cola-Cao era de Nutrexpa (y tenían el guión en medio en su nombre, por cierto), sus ingredientes, además de fosfato bicálcico, era la crema de cereales malteados, y aromatizantes.

El bulo de las gafas con filtro de luz azul


Cuando fui a adquirir mis últimas gafas, pedí junto con el filtro UV (no sé por qué tienes que pedirlo, se supone que todas deberían llevarlo de fábrica) el de luz azul. Es un filtro que se ha puesto muy de moda en las ópticas, tanto para gafas de sol como para gafas de ver, o sea, las "normales". La cuestión es que ese filtro, (que aunque tergiversa mínimamente los colores, es recomendado por todos los ópticos "del planeta"), tiene un coste bastante elevado. Tanto que decidí prescindir de él y no ponérselo.

Los cristales que llevan filtro de luz azul se reconocen a simple vista de una manera bastante sencilla: basta inclinarlos un poco hasta que emitan reflejo, y entre esos reflejos suele encontrarse uno característico azul intenso. Ese es el filtro.

¿Por qué lo hacemos?


Hace unas semanas despertábamos con la noticia del lanzamiento del cohete de la India en su intento por alcanzar la Luna en septiembre. Así, India se convertiría en uno de los pocos países (solo han llegado Estados Unidos, la URSS, China y Japón) en repetir la hazaña de llegar a la Luna (ya lo hizo con el Chandrayaan-1 en 2008).

Me llamó la atención el enorme contraste de una misión espacial de este calibre, con la realidad que viven - y padecen - las gentes de la India. Esta misma mañana la cadena RT emitía un documental sobre la vida de las mujeres indias. Muchísimas ancianas tienen que alojarse en centros de acogida en condiciones penosas, en instituciones de caridad, porque cuando se quedan viudas sus hijos las echan de casa. La mayoría de las mujeres indias no pueden elegir con quién casarse, es el hombre quien decide y escoge mujer. Por eso, no es extraño que en numerosas ocasiones las parejas aborten cuando constatan que están esperando el nacimiento de una niña.