Quizá las cosas no han cambiado tanto. Antes, como ahora, un reloj debía ser resistente y robusto, pero en otros aspectos las diferencias son notables (entre las principales, la precisión, por supuesto).
Esta publicidad de la marca española Quillet nos puede servir perfectamente para compararlo. Está fechada ni más ni menos que en el año 1928, hace la friolera de casi cien años. Por aquel entonces vemos cómo a los relojes de bolsillo se les denominaba "cronómetros", en realidad se usaba como sinónimo ya que el cronómetro en sí tardaría bastante en hacerse popular.