Como suelo usar pilas a diario, me he puesto a comparar lo que supone el gasto de adquirirlas nuevas en un supermercado, a recargarlas. Ciertamente que esta no es una comparación estricta ni fidedigna al cien por cien, puesto que cada mes podemos tener picos de consumos de energía diferentes, pero sí que es una cierta estimación que nos puede dar algunas puntuales referencias. Máxime, además, en estos momentos donde la factura de la luz está por las nubes.
Suelo usar pilas cada día, como he dicho, que recargo en un cargador de cuatro pilas. He de decir que, con el tiempo, esas pilas han perdido capacidad de carga, así que una vez cargadas no están al cien por cien de energía y, aunque estén nuevas, tampoco llegan a ofrecer la misma autonomía ni potencia que una pila no recargable. Aproximadamente una pila recargada de esta manera me dura un día, mientras que una pila nueva - no recargable - puede durarme tres o cuatro.