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Comparativa: bolígrafos con sujeción de goma


Probablemente ya sepáis que no soy muy aficionado a los bolígrafos con zona de agarre de goma, por muchas causas entre las que están que es un producto caduco (la goma se degrada tarde o temprano), y molesto cuando lo dejas tiempo sin usar -se vuelve una goma bastante "asquerosa"- o cuando lo usas mucho -se ensucia-. Pero como últimamente escribo bastante he empezado a sentir molestias realmente incómodas, hasta el punto que en ocasiones pareciera que estuviera escribiendo (o cogiendo el bolígrafo) directamente con el hueso de la falange, dando una sensación de mucha "grima".

Finalmente lo asumí y decidí ceder a la evidencia y probar algunos bolígrafos que existen en el mercado con zonas de agarre de goma, gracias a que algunos de ellos me los han prestado para esta ocasión y, de esta forma, he podido reunir varias marcas -y modelos- con el fin de emitir un veredicto y juzgarlos en cuanto a su comodidad.

Opinión y prueba de zapatillas Paredes Estrella


Desde que las vi en el blog de Guti tenía bastantes ganas de poder tratar en profundidad las zapatillas Paredes Estrella y compararlas con las Ecology que tengo. Hasta ahora no había tenido la oportunidad de hacerlo para traerlas a Duraderos.com, pero gracias a una casualidad -y a no poco esfuerzo, modestia aparte- por fin he podido tenerlas en mis manos, tratarlas, compararlas con tiempo con las Paredes Ecology y, aunque no hayan sido de mi número -eran un número 40-, he podido probarlas para ver más o menos cómo se sentía el pie con ellas.

Lo primero que me ha sorprendido es su caja. Creía que sería la típica caja azul como en las Ecology, pero no, esta caja en la que vienen las Paredes Estrella es realmente bonita. En ella vemos los modelos que en Paredes han dado en llamar "Comodity" (y que integra, además de a las Estrella, a las Ecology y a las Ecology Velcro) y que forma una línea de calzado en donde destaca la estupenda suela bidensidad. Digo estupenda porque esta suela, junto con la de las Jhayber Olimpo, es lo mejor de estas zapatillas y casi el principal motivo para adquirirlas.

Yumas Split, las zapatillas ideales para salir a dar una "vuelta"


Ahora que estamos en plena primavera, quería traeros a Duraderos.com unas zapatillas aptas para un "entre-tiempo", para esos días en que ni hace frío ni calor, para esos días de lluvia repentina que te sorprende en mitad de la nada, y que tuvieran buenos acabados, una buena sustentación y, además, fueran acogedoras. ¿A quién acudir, pues? Por supuesto, a la marca con la que me he sentido siempre mejor tratado: Yumas. Además, con Yumas te aseguras poder encontrar unas zapatillas buenas sin tener que arruinarte o empeñar el mes por ello y, a la par, sin el peligro de acabar con un producto que no me durase ni una semana, como ocurre con muchas de las marcas blancas.

Confieso que al principio tenía mis reparos con las Yumas Split, pero al verlas de cerca y sentirlas en mis manos todo cambió. El dibujo de la suela, esa especie de "ventosas", me resultaba enormemente llamativo. Además, es muy parecido al que tienen las míticas Galaxia de Yumas, lo que es muestra suficiente ya de por sí de lo acertado de ese diseño: si lo tienen las Galaxia, tiene que ser bueno. No hay otra.

Cuadernos A6: los logbooks "para pobres"


El tamaño A6, aparte de en logbooks, es bastante complicado de encontrar. Lo más habitual es pasar del A5 al A4, y viceversa, siendo el primero como cuadernos de notas para llevar, y el segundo como cuaderno estándar, "el de toda la vida". Incluso si lo buscas por internet, los A6 son difíciles de dar con ellos, porque no suele haber mucha gama. Pero existen, por supuesto.

El tamaño de cuadernos es prácticamente igual que el de un logbook, pero con una diferencia abismal en cuanto a precio. Mientras que un logbook cuesta más o menos -y a partir- de 3 euros, el modelo de A6 (también conocido como cuadernos del número 8) que veis en estas imágenes nos sale por 80 céntimos, o sea: a céntimo por hoja (tiene 80 hojas). Si solo queremos un logbook ligero, para escribir, y no nos importa que sus tapas sean blandas, usar un cuaderno A6 en su lugar puede ser una alternativa interesante. Además, y como es el caso en el fabricante PACSA, un cuaderno hecho totalmente en España.

SUOP, el operador móvil que estabas deseando


Muy atrás quedó, por fortuna, aquellos tiempos en los cuales adquirir un móvil o un smartphone suponía anclarte a un operador. Fuera éste de prepago o contrato (pospago), el móvil no podía liberarse (supuestamente) y tenías que aguantar a ese operador hasta que, por lo menos, lo amortizaras. O hasta que te permitiese el operador "escaparte".

También quedó atrás el tiempo en que dos compañías (Movistar y Airtel) o tres (al poco se les unió Amena) "manejaban todo el cotarro" y hacían y deshacían a su antojo con prácticas tan abusivas que, durante años, las quejas de los clientes respecto a las operadoras de telefonía móvil era la denuncia más repetida en las oficinas de atención al consumidor. A tal extremo llegaron algunas de esas compañías que llegaron a querellarse contra algún que otro usuario enrabietado por llamarles "vomistar".

Pila dummy (o pilas simuladas)


Probablemente recordéis mis problemas para enfriar el ordenador, y la necesidad de recurrir a un ventilador externo. Como el ventilador es de tres pilas (tamaño AA, de 1,5 voltios, 4,5 voltios en total) su potencia me sobraba y malgastaba bastantes pilas, así que, uniendo con un cable de cobre uno de los alojamientos de esas pilas (para cerrar el circuito eléctrico) conseguí que funcionase con solo dos pilas (3 voltios), de esta forma ahorraba una pila por uso.

El caso es que el cable de cobre, aunque funcionaba perfectamente, era bastante complicado de manejar, y cuando cambiaba de pilas tenía que tener bastante cuidado en que no se desprendiese. Pensé que tenía que existir algún tipo de pila ya fabricada "cortocircuitada", es decir: con los polos positivo y negativo unidos entre sí, de manera que pasase corriente entre ellos libremente.

Comparativa: mini-cuadernos Dohe vs MiquelRius


El mundo de los cuadernos compactos o "mini-cuadernos" está viviendo una auténtica revolución. En un formato más pequeño y manejable, y con hojas de calidad y en blanco, son ideales para realizar bocetos, dibujos a lápiz y carboncillo, o para escribir si preferimos llevar con nosotros algo mucho más ligero que los logbooks. También para los fabricantes son una ventaja, porque el precio que tienen estos pequeños cuadernos suele llevar a engaño y, a pesar de su tamaño, suelen ser bastante caros, con precios que giran en torno a los tres, cuatro o incluso cinco euros.

Aunque hubo unos años que los utilizaba para dibujar, desde que me pasé a los logbooks (la verdad es que a esos precios compensa adquirir más un logbook) prácticamente he dejado de usarlos. Pero creo que para muchos os resultará muy interesante conocerlos en profundidad, por lo que he decidido traeros a Duraderos.com dos de las marcas líderes en este tipo de cuadernos compactos, ambas españolas: los madrileños de Dohe, y los barceloneses de MiquelRius.

Las Yumas Oslo a fondo tras unos cuantos kilómetros


Tras probar las Yumas Arizona, quería traeros unas sneakers de tipo CVO, y para hacerlo nada mejor que volver a elegir a Yumas que tiene numerosas variantes de este estilo.

Además, y haciendo honor en el nombre de este blog, en Duraderos.com pretendemos presentaros productos que sean los más equilibrados en durabilidad, calidad y precio. En un mercado tan difícil y competitivo como es el de las zapatillas, esto resulta muy complicado de encontrar. Las marcas fabricantes desglosan toda una parafernalia de tecnologías, con la sola intención de atraer a más público pero, a la par, en muchos casos esas tecnologías no son nada más que nombres cambiados o propios de elementos comunes a casi todo el resto de zapatillas y, en otros, realmente no aportan nada o casi nada.

Prueba y opinión de zapatillas Yumas Oslo


Oslo es la capital de Noruega, es una de las ciudades más cosmopolitas, una de las más pobladas (casi un millón de habitantes) y en uno de los países más avanzados, fructíferos, modernos y atractivos de la Tierra. Es también el país -en la ficción- del ASSI e INSI Group, y es uno de los centros neurálgicos de la Península Escandinava, además de ser Noruega uno de los más envidiados entre todos los países del mal llamado Primer Mundo. Es, además, una ciudad muy atractiva, y el país posee grandes contrastes, con zonas muy despobladas y de enorme riqueza natural.

Por todo ello Oslo, y Noruega, me gusta bastante. Su sociedad es la envidia del resto del mundo, y junto con Finlandia podríamos clasificarlos como los países más avanzados (dejando aparte riquezas y poder militar, y cosas de esas) del Globo. De manera que me parece sumamente acertado que Yumas haya elegido ese nombre para una de sus zapatillas, un modelo que le viene esa denominación con gran justicia, porque es también uno de sus mejores modelos de zapatillas y, para mí, uno de los mejores (bueno, sino el mejor, realmente creo que, por relación calidad-precio, es la mejor, no encontrarás otra igual en el mercado) modelos que existen, superior a zapatillas muchísimo más caras pero que, claro, como son de multinacionales de más lujo, tienes que pagar la marca. En Yumas no ocurre eso, con Yumas pagas la zapatilla, y está. Y eso que, como marca, Yumas es ampliamente reconocida, tiene prestigio, nombre y antigüedad -data de 1975-, pero sus productos se venden a unos precios realmente asequibles.

Zapatillas Yumas Arizona: la élite de Yumas


Yumas posee una de las gamas más variadas y ricas del mercado en cuanto a zapatillas y, lo mejor, es que a una cuidada estética y diseños actuales se unen unos precios enormemente competitivos, de los mejores del mercado para unos modelos que no es una marca blanca, sino que cuentan con la calidad y el saber hacer de Yumas, una firma española con larga tradición en zapatería.

Es, por tanto, una marca en la que podemos encontrar modelos muy básicos, que cubran nuestras necesidades más inmediatas, pero en donde, si queremos, podemos optar por unas buenísimas zapatillas con unos precios que no tienen rival. Así, sus modelos que podrían considerarse su "top" en zapatillas (no en vano es uno de sus modelos más famosos) son las Arizona.

Opinión y prueba: batidoras de pie Bosch y Ufesa


Aunque las batidoras las llevo usando bastante tiempo (no me gusta comer, para nada, lo odio, de manera que si puedo acabar la comida en dos minutos, mejor que en tres), desde que tuve el accidente se han convertido en uno de los aparatos que más utilizo.

Al contrario que otra gente, que prefiere batidoras de vaso, a mí me resultan mucho más cómodas y eficientes las de pie: no solo mezclan mejor, sino que te permiten tener un mayor control sobre la mezcla y, además -cosa no menos importantes- son más fáciles de lavar.

¿Cómo eran las agendas en los años noventa?


Aprovechando que he tenido la oportunidad, y dado que recientemente he tratado el tema de lo completas que eran las agendas de antes, con ocasión de las reviews que he hecho sobre algunas agendas y dietarios de este año, vamos a hacer un apasionante viaje al pasado y, como si acabasen de salir de la editorial, vamos a analizar algunos modelos de agendas de los años noventa.

En algunos de esos modelos han caído sobre ellos más de veinte años, puede que muchos de nuestros pendrives y tarjetas de memoria no puedan decir lo mismo. Por cuestiones de privacidad, en algunas agendas he ocultado información escrita, pero en lo demás la agenda aparece tal y como está ahora, o sea, con muchos años a sus espaldas. Sé que os resultará sumamente interesante esta curiosa comparativa entre las agendas del pasado, cuando ese mercado vivía los últimos coletazos de un tiempo que no se volvería ya a repetir.

Prueba y opinión: zapatillas Paredes Ecology


Puedo decir que, de entre todas las zapatillas que he tenido en mi vida, las únicas con las que me he sentido a gusto desde el primer instante de ponérmelas fueron unas Paredes. Yo era un niño, pero recuerdo vívidamente todavía aquella placentera sensación de comodidad, de confortable suavidad, que envolvía mis pies y cada paso que daba era como si caminara entre nubes.

Por aquellos años, finales de los setenta, Paredes era "lo más", y llevar su marca era jugar en una liga aparte. La lucíamos con orgullo y agrado. Imaginaros que me causaron tan buena impresión que aún recuerdo su color, azul oscuro con detalles blancos.

Mi antigua maquinilla de afeitar


Era alrededor del año 1989 cuando mi padre decidió sustituir su maquinilla eléctrica de los años sesenta. Era una Philishave que, hasta entonces, venía usando cada pocos días. Tenía un diseño muy propio de aquellos años, con formas redondeadas, botones en rojo y caja bicolor, con una parte en un tono grisáceo, y otra en uno de los tonos sesenteros más utilizados: color crema claro. Si la sustituyó no fue porque se hubiera averiado, sino porque ya no se encontraban cuchillas para los cabezales.

El caso es que llegó un día y me enseñó una pequeña maquinilla en una caja minúscula de la que me enamoré al instante, porque además de su forma (muy cuadriculada, típica de los ochenta) tenía una gran cantidad de accesorios qie se acoplaban dentro de la propia máquina, lo cual favorecía el transportarla a cualquier sitio, ya que era un modelo compacto, de viaje. Por ejemplo: la tapa de cierre hacía de protector, e incluía un espejo pequeño y, debido a su diseño y a su forma, la podías apoyar sobre una superficie y usarla para verte mientras te afeitabas. En la parte inferior incluía una ranura muy bien mecanizada en donde se insertaba un cepillo de limpieza. Es decir, que podías coger la maquinilla e irte con ella sin necesidad de tener que cargar con nada más. La máquina de afeitar funcionaba con dos pilas AA, que se incorporaban a los lados, un diseño genial porque se equilibraba el peso y se repartía el centro de gravedad al manejarla (las pilas es lo que más pesa en este tipo de elementos).

El engaño de los cartuchos de tinta de Prink


A pesar de que prefiero el formato electrónico a veces tengo que imprimir sin remedio, por lo que, como seguramente todos vosotros, tarde o temprano tenemos que enfrentarnos al dilema y terrible desembolso del cambio de tinta. Cada vez que imprimo o reemplazo tinta a mi impresora Epson me entra una terrible angustia, y hecho de menos aquella fiable HP de los noventa, una vieja impresora que imprimía de todo con cualquier tipo de cartucho y que incluso podías "engañarla", de manera que si necesitabas imprimir y no te quedaba tinta de un color, la forzabas a usar otro. Esta Epson ni muchísimo menos, en cuanto nota que un cartucho está bajo de tinta ya no te imprime, sale un mensaje para que llames a su servicio técnico y comprar desde allí más cartuchos. Increíble.

Mi añorada HP fue "jubilada" porque, con la desaparición de los puertos paralelos para impresora, ya no era posible instalarla en un puerto USB (sí, hay cables compatibles que transforman puertos de impresora paralelos en puertos serie USB, pero no os los recomiendo ya que suelen dar muchísimos problemas).