El engaño de los cartuchos de tinta de Prink


A pesar de que prefiero el formato electrónico a veces tengo que imprimir sin remedio, por lo que, como seguramente todos vosotros, tarde o temprano tenemos que enfrentarnos al dilema y terrible desembolso del cambio de tinta. Cada vez que imprimo o reemplazo tinta a mi impresora Epson me entra una terrible angustia, y hecho de menos aquella fiable HP de los noventa, una vieja impresora que imprimía de todo con cualquier tipo de cartucho y que incluso podías "engañarla", de manera que si necesitabas imprimir y no te quedaba tinta de un color, la forzabas a usar otro. Esta Epson ni muchísimo menos, en cuanto nota que un cartucho está bajo de tinta ya no te imprime, sale un mensaje para que llames a su servicio técnico y comprar desde allí más cartuchos. Increíble.

Mi añorada HP fue "jubilada" porque, con la desaparición de los puertos paralelos para impresora, ya no era posible instalarla en un puerto USB (sí, hay cables compatibles que transforman puertos de impresora paralelos en puertos serie USB, pero no os los recomiendo ya que suelen dar muchísimos problemas).




Así que esta mañana, como me conozco la historia de estas marcas "low cost" como Prink (y en general todo lo que suponga low cost viene implícito, en la mayoría de las ocasiones, un servicio pésimo y una calidad desastrosa, como de nuevo se confirma si leéis a continuación), me pongo a averiguar si realmente son tan baratos como dicen y el servicio que prestan, ya que nunca les había comprado a ellos. Nada más entrar en la tienda me llevo una primera y desagradable sorpresa: carteles por todos lados advirtiendo de que no se devuelve el dinero, de que se pueden pedir "vales" (¿para qué narices querría nadie un vale en una tienda de cartuchos de tinta? Ni que fuera una peluquería), y de que, si no se está contento, se pidan hojas de reclamación. Empiezo a pensar: "mal rollo, eso es indicativo de que tienen muchísimas quejas".

Mis peores sospechas se confirman en cuanto le entrego el cartucho usado a la empleada y le digo que quiero un nuevo pack. De mala manera me responde que esos cartuchos ya no se fabrican, que hay otros modelos (a pesar de que el cartucho que yo le llevaba era original). Le pregunto precio por los compatibles (de ninguna manera voy a pagar el sobrecoste de unos originales). Me dice que los compatibles de Prink son 37 euros. Le pregunto el precio de los originales y me responde que 40. ¡Ostras con los de Prink! Sí que deben ser buenos sus cartuchos, que cuestan casi lo mismo que unos orignales.


Bastante sorprendido le digo amablemente que me gustaría saber por qué cuestan tanto, no siendo originales, y me dice muy alterada y gritando, como si yo nunca hubiera instalado un cartucho, que es porque tienen más capacidad. A mi como si tienen capacidad de aquí a la luna, porque imprimo un par de veces al año y la capacidad me importa un pimiento. Lo más fuerte es que se supone que en Prink te recogen tus cartuchos antiguos (al menos eso dicen en su publicidad), para evitar que acaben dañando el medio ambiente, ¡pues ni mucho menos! Tus cartuchos antiguos te los comes con patatas fritas.

En el colmo del despropósito, la dependienta -que debía ser un as en impresoras, según ella me dijo era una "gran experta", aunque la que usaba allí en la tienda no le funcionaba y ni sabía cómo repararla o qué le pasaba- me comentó que si quería podía instalar solo un par de cartuchos y dejar los demás. Le enseñé el cartucho, diciéndole: "este es original, si mezclo unos compatibles con originales la impresora no los reconocerá y no funcionará". Otra vez me contesta gritando: "te equivocas, aquí estoy cansada de probar con impresoras y todos me funcionan, no se como lo harás tú", y "perlas" similares. Yo ya flipando, y a punto de irme y de mandarla a freír espárragos, le replico que eso lo dirá ella, pero si los compro y no me funcionan pierdo el dinero (por eso estaba la tienda llena de "cartelitos" advirtiendo de que no había devoluciones, ahora lo comprendía).


Le dije: "esos cartuchos los compro por Internet a diez euros el pack completo (además a una tienda española, no a una tienda china o asiática), y tu me los quieres vender a treinta, eso es lo que no entiendo". La dependienta me responde dando a entender que era mentira, y añadiendo: "y si es verdad no se cual sera el sitio ese". Desde luego no Prink. A todo esto la gente que esperaba nos miraba alucinando con nuestra discusión por unos míseros cartuchos.

Me dieron ganas de decirles: "¿qué venís a que os estafen, cobrándoos por unos cartuchos compatibles el mismo precio que si fueran originales?". Por supuesto salí de allí y me largué. Y, por supuesto también, no volveré más a Prink, y os recomiendo que tampoco vosotros lo hagáis. Son unas de estas tantas tiendas de franquicias que en realidad no te benefician en nada y encima te engañan y te estafan. Y si vas y notan que no tienes muchos conocimientos, olvídate, te harán cambiar hasta de impresora para que se la compres allí a ellos.

De modo que si vas a comprar cartuchos en Prink, cómpralos mejor originales, porque por casi el mismo precio al menos te aseguras que los originales estarán cargados de tinta, porque mucho me temo que en Prink los recargarán... pero de aire.

| Redacción: Duraderos.com

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