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Afeitadora portátil Philips PQ206 (200 Series)


Tras treinta años de servicio de mi antigua HS100 de las 100 Series, ya había llegado el momento de darle una más que merecida jubilación. Además, últimamente daba bastantes signos ya de fatiga, el pulsador a veces se aflojaba, y hacía "ruidos raros". Hace unos años Philips lanzó unos bonitos modelos con estética "vintage", eran las HS199 y HS198 (os las añadimos en galerías aparte), pero con lo último de la tecnología. Además, con recarga por USB. Pero esos modelos son hoy imposibles de encontrar. También lanzó, a un precio muy competitivo, de algo menos de 24 €, las 40 Series, como la HQ40. Estas son afeitadoras que han dado un gran resultado (conozco gente con ella que la llevan usando bastantes años), aunque por desgracia, ya están lejos de lo que eran aquellas 100 Series de los ochenta.

En mi caso, yo me incliné por las 200 Series, en concreto por la Philips PQ206, aunque casi sin otra opción. Y digo esto porque - y al menos en España - Philips está descatalogando todas sus afeitadoras portátiles (o, como ellos llaman, "de viaje"), en detrimento de sus afeitadoras de cable o a baterías de última generación, que pueden utilizarse con la cara mojada y que más parece que estés usando una máquina termonuclear que una afeitadora.

Mi antigua maquinilla de afeitar


Era alrededor del año 1989 cuando mi padre decidió sustituir su maquinilla eléctrica de los años sesenta. Era una Philishave que, hasta entonces, venía usando cada pocos días. Tenía un diseño muy propio de aquellos años, con formas redondeadas, botones en rojo y caja bicolor, con una parte en un tono grisáceo, y otra en uno de los tonos sesenteros más utilizados: color crema claro. Si la sustituyó no fue porque se hubiera averiado, sino porque ya no se encontraban cuchillas para los cabezales.

El caso es que llegó un día y me enseñó una pequeña maquinilla en una caja minúscula de la que me enamoré al instante, porque además de su forma (muy cuadriculada, típica de los ochenta) tenía una gran cantidad de accesorios qie se acoplaban dentro de la propia máquina, lo cual favorecía el transportarla a cualquier sitio, ya que era un modelo compacto, de viaje. Por ejemplo: la tapa de cierre hacía de protector, e incluía un espejo pequeño y, debido a su diseño y a su forma, la podías apoyar sobre una superficie y usarla para verte mientras te afeitabas. En la parte inferior incluía una ranura muy bien mecanizada en donde se insertaba un cepillo de limpieza. Es decir, que podías coger la maquinilla e irte con ella sin necesidad de tener que cargar con nada más. La máquina de afeitar funcionaba con dos pilas AA, que se incorporaban a los lados, un diseño genial porque se equilibraba el peso y se repartía el centro de gravedad al manejarla (las pilas es lo que más pesa en este tipo de elementos).