A principios de año os hablaba de cómo adquirir agendas anuales notablemente más baratas cuando pasan las fiestas de reyes. Recordaréis también que, si bien usaba el móvil como agenda, este año volvería al método clásico de utilizar una agenda de papel, tras la experiencia de que algunas citas se me habían pasado con el móvil.
Lo que más temía era que me volviera a ocurrir como en los años noventa, cuando adquiría agendas anuales (o dietarios) y tras los primeros meses de uso con la novedad, acabase luego arrinconada.