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Gyro X, el coche con tecnología giroscópica..., ¡en 1967!


Seguimos con nuestro repaso a la historia automovilística más curiosa. Algunos veían el Segway PT (el vehículo VMP -Vehículo de Movilidad Personal- por excelencia de Segway) como toda una revolución cuando apareció, allá en la pasada década. Su sistema de auto-balance giroscópico parecía algo casi mágico. Lo mismo esa tecnología aplicada a nuestros smartphones, que permite conocer cuándo lo movemos. Pero quien piense que ese es un invento nuevo o de este siglo, ni mucho menos. El pasado siglo fueron mucho más allá, antes incluso de la llegada del hombre a la Luna, y no aplicado a un pequeño aparato de transporte personal, sino a todo un coche con su carrocería y peso extra. Estamos hablando de un año tan lejano como 1967, y nuestro protagonista era el Gyro X.

Este coche, de dos ruedas, era capaz de mantenerse en equilibrio perfectamente. Fue un trabajo que contó con la colaboración del experto en giroscopios Thomas Summers, y que disponía de un pequeño motor de 80 CV de origen Mini (en realidad, era el mismo que llevaba el Mini Cooper S). También destaca el trabajo en aerodinámica, ofreciéndonos un coche con una silueta muy futurista.

La curiosa historia que se esconde detrás del nombre de Rolex


Rolex fue fundada por el alemán Hans Wildorf. No es una marca alemana, sino inglesa, puesto que él y su cuñado (Alfred Davis) empezaron con una empresa de distribución de piezas de relojería en Inglaterra. La marca se denominó inicialmente "Wildorf & Davis", pero montar eso en la esfera del fondo de un reloj no quedaba nada bien. Wildorf buscaba una marca que fuese fácil de pronunciar, de recordar, y que fuese corta, para que pudiera verse bien en el fondo del reloj y quedar centrada, no con espacios en blanco como las combinaciones de varias palabras.

Se dice que Hans Wildorf estuvo probando y probando las letras del alfabeto, mezclándolas entre sí, hasta que se quedó con unos cien nombres, pero ninguno de esos cien nombres le convenció.

Un futuro sin relojes de cuarzo


Un alto ejecutivo de la Lockheed le desveló en cierta ocasión a un periodista que los Estados Unidos disponían de tan alta tecnología que en muchos aspectos se encontraban al menos veinte años por delante de la tecnología que se encuentra en la calle.

Hay un hecho muy llamativo: desde el proyecto de exploración Mercury al Programa Apolo se dio un paso muy importante que cualquiera que haya visto las misiones espaciales de aquellos años no tardará en darse cuenta. El Proyecto Mercury tenía, en la sala de control, instrumentación analógica. Era curioso ver el gran panel de control en donde, sobre un mapa-mundi, se habían instalado "circulitos" brillantes que se iluminaban conforme avanzaban las fases de cada misión. Los distintos parámetros biológicos de los astronautas se visualizaban mediante unos indicadores de rodillo, en los cuales se encontraba grabada una escala gráfica mientras que una aguja permanecía inmóvil en la posición central, y era el mencionado rodillo el que se desplazaba arriba o abajo para indicar los distintos cambios de estado.