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Opinión y prueba de logbook vintage Mr. MiquelRius


Mientras en Francia tenían éxito los cuadernos moleskine (dicen que famosos como Picasso, Matisse o Hemingway escribían en ellos, aunque no hay ninguna prueba palpable que lo demuestre), en España se levantaba su economía con los cuadernos MiquelRius, ampliamente usados por tenderos y comerciantes de todo tipo para llevar su contabilidad. Los más ancianos recordarán cómo, cuando acudías a la tienda, no salías con tu compra y un ticket como prueba, como ahora, de ningún modo. El tendero, mientras tú buscabas en el monedero para sacar el dinero para pagar tu compra en la ferretería, artículos de la mercería o de la zapatería, sacaba su cuaderno MiquelRius de debajo del mostrador, y en él anotaba la venta.

Se puede decir, por tanto, que España se apoyaba entonces sobre aquellos míticos cuadernos de tapas de diseño arrugado y lomo reforzado con bandas de tela pegadas (y que los comerciantes, muchas veces, reforzaban aún más con esparadrapo o con más tiras pegadas; por cierto, aún se comercializan esos cuadernos).

Cuadernos hechos en España: PACSA y Unipapel


Cuadernos, sobres y similar material de papelería es, de momento, una de las pocas cosas que todavía se puede adquirir con la denominación "made in Spain", es decir: fabricado en España.

A pesar de que la competencia extranjero es feroz, y tanto en el ramo elitista (papel de gran calidad proveniente de marcas del Reino Unido y de Alemania) como en la gama más baja (proveniente de Asia, principalmente China), y que muchas empresas han quebrado, Unipapel, con sus más y sus menos, aún se mantiene en pie y sus productos no solo son fáciles de encontrar, sino bastante competitivos tanto en precio como en calidad.

Cuadernos A6: los logbooks "para pobres"


El tamaño A6, aparte de en logbooks, es bastante complicado de encontrar. Lo más habitual es pasar del A5 al A4, y viceversa, siendo el primero como cuadernos de notas para llevar, y el segundo como cuaderno estándar, "el de toda la vida". Incluso si lo buscas por internet, los A6 son difíciles de dar con ellos, porque no suele haber mucha gama. Pero existen, por supuesto.

El tamaño de cuadernos es prácticamente igual que el de un logbook, pero con una diferencia abismal en cuanto a precio. Mientras que un logbook cuesta más o menos -y a partir- de 3 euros, el modelo de A6 (también conocido como cuadernos del número 8) que veis en estas imágenes nos sale por 80 céntimos, o sea: a céntimo por hoja (tiene 80 hojas). Si solo queremos un logbook ligero, para escribir, y no nos importa que sus tapas sean blandas, usar un cuaderno A6 en su lugar puede ser una alternativa interesante. Además, y como es el caso en el fabricante PACSA, un cuaderno hecho totalmente en España.

Los cuadernos más comunes y sus equivalencias en tamaños


Tras haber dedicado un reportaje y una primera introducción a los cuadernos A6, creo que sería sumamente útil hacer una comparativa, y también un repaso, a los cuadernos existentes "por debajo" de los A6 o, como se les suele denominar, cuadernos del número 8.

Además de los que veis aquí de la firma española PACSA (fabricados en España, como bien sabéis), todos los demás que encontraréis en el mercado tienen tamaño parecido, con ligeras variaciones en altura o anchura de algunos milímetros (como ejemplo podríamos comparar entre el School de PACSA y el "cinco estrellas", de los cuales probablemente hablaremos en un posterior artículo), y con variaciones en la terminación de las hojas, pero poco más.

Prueba y opinión de cuadernos de notas Rhodia


Soy cada vez más ferviente admirador de los cuadernos de notas, "libros en blanco" o "logbooks". Empecé a usarlos para bocetos y luego para caligrafía, y ahora escribo cada vez más en ellos. Para mí tienen muchas bondades: una, poseen muchas páginas (mientras un cuaderno "normal" tiene ochenta páginas, un logbook puede tener mas de cien). Eso significa que puedes llevar más hojas, más información, cargando menos peso (algo a tener en cuenta si no paras de andar con mochila a todos lados).

Otra de sus ventajas es que tienen tapa dura, lo que te permite escribir en cualquier lugar sin necesidad de contar con ningún apoyo extra. A todo eso hay que añadir que su papel es, por lo general, de mucha mejor calidad que el de un cuaderno convencional, lo que colabora a que lo que escribas en él no solo te dure más sino que, además, se conserve mejor.

Comparativa: cuadernos 5Star vs cuadernos PACSA


Cuando os hablábamos sobre el tamaño de los cuadernos, hicimos mención a sutiles diferencias entre cuadernos de la española PACSA con los de la marca 5Star. También adelantábamos allí que le dedicaríamos un reportaje para completar la información con el fin de que todo aquel interesado en estos materiales de papelería pueda informarse con más detalle, ya que a veces es bastante complicado conseguir datos de estas "exóticas" y raras marcas que suelen aparecer por las estanterías.

¿Y quiénes son estos de "Cinco estrellas", te preguntarás entonces? Bueno, en realidad la marca, aunque en España es conocida como "Cinco estrellas", es 5Star, con código de fabricante 901341. Detrás se encuentra un mayorista de papelería, 5Star Easy Office Supplies, con sede en Reino Unido. Ellos, aparte de vender productos de otras marcas de renombre, también tienen su propia "marca blanca" bajo la que comercializan cuadernos y material similar.

Cuaderno A6 con espiral de MiquelRius



Sabéis que en esRevistas tenemos debilidad por Miquel Rius, y es que, aparte de haber probado casi "de todo" de ellos (incluso bolígrafos), tienen productos útiles y prácticos muy difíciles de encontrar en otras marcas. Un caso de esto son sus cuadernos A6. Es cierto que cuadernos A6 hay muchos, infinidad de fabricantes los venden a unos pocos céntimos, pero son de esos cuadernos con espirales que no duran un suspiro, de hojas de muy mala calidad, y tapa blanda. No hay un cuaderno "bueno" y decente de ese estilo..., a no ser que vayas a Miquel Rius.

Su cuaderno A6 sigue el concepto de los cuadernos A4 "de toda la vida", los que usamos todos cuando íbamos al colegio, universidad o instituto. Pero, con ese mismo concepto, lo que han hecho es pasarlo a un formato más compacto y pequeño y que, para mí, que soy adicto a los A6, es también más útil.

Comparativa: mini-cuadernos Dohe vs MiquelRius


El mundo de los cuadernos compactos o "mini-cuadernos" está viviendo una auténtica revolución. En un formato más pequeño y manejable, y con hojas de calidad y en blanco, son ideales para realizar bocetos, dibujos a lápiz y carboncillo, o para escribir si preferimos llevar con nosotros algo mucho más ligero que los logbooks. También para los fabricantes son una ventaja, porque el precio que tienen estos pequeños cuadernos suele llevar a engaño y, a pesar de su tamaño, suelen ser bastante caros, con precios que giran en torno a los tres, cuatro o incluso cinco euros.

Aunque hubo unos años que los utilizaba para dibujar, desde que me pasé a los logbooks (la verdad es que a esos precios compensa adquirir más un logbook) prácticamente he dejado de usarlos. Pero creo que para muchos os resultará muy interesante conocerlos en profundidad, por lo que he decidido traeros a Duraderos.com dos de las marcas líderes en este tipo de cuadernos compactos, ambas españolas: los madrileños de Dohe, y los barceloneses de MiquelRius.

Opinión y prueba del logbook serie dorada de MiquelRius


De MiquelRius no es la primera vez que hablamos y, de hecho, espero que tampoco será la última. Agendas, bolígrafos y cuadernos de esta marca ya os hemos hablado de ellos en anteriores ocasiones, ahora volvemos a sus geniales logbooks pero, en este caso, dentro de su colección Golden Collection. Esta colección se destaca por ofrecer bonitos acabados dorados, que se combinan con negros (o blancos) dándole un lustre especial, con detalles de espectaculares metalizados en diferentes partes. Obviamente, teniendo en cuenta la amplia variedad de artículos que se pueden encontrar én MiquelRius, no solo estén estos logbooks, sino que también encontramos cuadernos de distintos tamaños (A4, A5...), tacos de notas, o sets de oficina.

El logbook que os presento no se diferencia ni en tamaño, materiales y número de hojas, del resto, pero tiene unos preciosos detalles verdaderamente llamativos. La que más me ha gustado de entre las particularidades de este logbook es, sobre todo, el color de su banda elástica, un bonito amarillo atenuado que combina a la perfección con los lustrosos motivos de exterior. Puede que, sin embargo, lo que más llame la atención a la mayoría sean los cantos dorado-metal de sus hojas, las cuales están todas y cada una de ellas pintadas por sus bordes. Es realmente un logbook para atraer miradas.

La agradable sensación de estrenar cuaderno


Con la invasión de la tecnología, tablets y ordenadores, seguro que a más de uno se le ha olvidado el placentero momento de estrenar un cuaderno. Recuerdo de pequeño el abrir aquella inmaculada hoja de lo que por entonces denominábamos simplemente "libreta", con sus renglones de dos rayas todavía por estrenar. En el pueblo íbamos a adquirirlas a una tienda de ultramarinos, y cada una de ellas, con un dibujo (o fotografía) diferente en el frontal, era todo un descubrimiento. Siempre me decía a mí mismo que la cuidaría, e incluso que coleccionaría su ilustración del frontal. Por supuesto, antes de llegar a la mitad de sus hojas ya estaba el cuaderno destrozado.

En los ochenta, cuando la moda punk y la música techno nos invadía, nuestro reloj pasó a ser digital y los cuadernos pasamos a llamarlos "blocs", que sonaba más moderno. De las dos sencillas grapas de aquellas humildes libretas (en donde, milagrosamente, nos cabían cinco horas diarias de clase: en mi caso de ocho y media a doce y media, y de dos y media a cuatro y media, para acabar antes en los días de frío invierno y darles tiempo a los que llegaban en autobús desde las aldeas, y que no tuvieran que regresar a sus casas con la noche demasiado caída) nos pasamos a aquellos cuadernos de espiral (¡qué gran invento, los muelles metálicos!).

Un cuaderno o una tablet (para reporteros o periodismo)



Durante estos últimos años todos hemos sido testigos cómo se introducía un elemento electrónico en tertulias y platós de televisión: la tablet. Vemos cómo ese dispositivo se utiliza por presentadores de los programas de la televisión más dispares, como herramienta de consulta rápida y de información dinámica de gran valor. Hasta en las ruedas de prensa algunos políticos, asesores y/o expertos, las utilizan.

Sin embargo, podemos también observar cómo los periodistas y reporteros "de campo", los que realizan entrevistas en directos, acuden a ruedas de prensa o tienen que dar una crónica sobre un suceso o acontecimiento inmediato, no usan tablets, sino que continúan fiándose y recurriendo a los habituales cuadernos y bolígrafos. Es decir, al papel.

¿Qué hubiera pasado si Unamuno hubiese usado un smartphone?


Hace poco se publicó un libro inédito de Unamuno, un texto que se centraba en los viajes que este poeta y filósofo realizó junto a su tío por Europa, en 1889, cuando contaba con 25 años de edad. En el viaje, visitaron Italia, Suiza y París, entre otros lugares.

Parece ser que Unamuno, antes de partir de España, adquirió en Barcelona los dos cuadernos de notas que llenó con sus experiencias y pensamientos. Por lo que se puede deducir, en aquel tiempo los cuadernos de notas debían ser notoriamente más voluminosos que los actuales, porque el libro que acaba de aparecer tiene unas 300 hojas en letra impresa, eso supone al menos 400 hojas de letra escrita, estaríamos hablando de cuadernos de unas 200 páginas, algo muy difícil de encontrar (por no decir imposible) en las papelerías hoy.

FieldNotes de Liderpapel en tamaño A7 de 120 páginas


Nada más abrir las páginas del cuaderno de Liderpapel, nos damos cuenta de lo que es, en sí, el resto del bloc: un poco una de cal y otra de arena. Por una parte tenemos un magnífico cuadriculado, suficientemente espacioso, y no esos "mini-cuadraditos" que suelen tener este tipo de cuadernos (o libretas, como prefiráis). Por la otra, algo que por desgracia suele ser demasiado habitual en Liderpapel - y en fabricantes españoles de papelería -: un color tan fuerte y agresivo en la cuadrícula, que molesta muchísimo tanto a la hora de leer, como a la hora de escribir.

En lo demás, la verdad es que es un buenísimo "logbook" o "field notes" ("cuaderno de campo"), como se les suele llamar ahora a estos mini-cuadernos, tan útiles y prácticos.

Los logbooks de Miquel Rius en profundidad


No es la primera vez que traemos a Duraderos productos de Miquel Rius, ya cuando tuve ocasión de analizar su agenda compacta (una de las más pequeñas del mercado) me encantó, por la cantidad de información que aportaba, su útil diseño, y lo completa que era, consiguiendo sacarle el máximo partido al mínimo espacio, algo muy difícil de conseguir. Más aún, porque en MiquelRius lo habían conseguido sin acabar con un producto caótico o difícil de usar, logrando con ello una agenda además de utilizable, práctica.

Así que tener en mis manos sus logbooks era una tarea pendiente, más aún si tenemos en cuenta que sus logbooks, o libros en blanco (como también se les llama) es uno de los más completos, mejor pulidos y más prácticos del mercado, y su buena fama no es solo por el bien hacer y la dedicación que desde MiquelRius les ponen a todos y cada uno de sus artículos, sino que tiene también sus razones, y a continuación veréis por qué.

La imparable corriente de "lo retro"


Las marcas más diversas han encontrado en los productos que apelan al recuerdo de años anteriores todo un filón. Estamos viendo cómo, cada poco tiempo, más y más estanterías se llenan con este tipo de productos, lo que es una muestra que viene a decirnos algo evidente: los productos de ahora no son, ni mucho menos, como los de antes.

No son como los de antes los pastelitos, ni la crema de cacao. No son como los de antes los automóviles, ni los receptores de radio. Aunque por fuera intenten parecerse.

Moo lanza un notebook y te pide por él un lingote de oro


Estos días en Moo están lanzando sus nuevos Notebooks, unos cuadernos que quieren expresar creatividad, personalidad y funcionalidad. Para ello, la casa líder en tarjetas personales online (así es como empezaron a hacer dinero, aunque no lo parezca) ha intentado desplegar todo su saber hacer, con detalles que convierten a sus notebooks en algo diferenciador respecto al resto: papel de origen sueco, que no amarillea (Munkell Kristall), con líneas, así como 16 páginas centrales a color en papel de marca G. F. Smith, totalmente lisas, con el propósito de que las otras páginas puedan utilizarse para escribir y, las centrales, para dibujar. Tal como en la competencia, la tapa es dura, texturizada, con una página superior de gran grosor con el fin de que proteja al resto de hojas y eviten que se arruguen.

Pero los detalles van más allá: incluyen funda protectora, tarjetero en la antecubierta delantera, cinta marcapáginas, y cada página posee un pequeño círculo en sus esquinas para que podamos poner números, dibujos, "Vs" de "check", etc.

Las ventajas de escribir en papel



Yo era una de esas personas que lo digitalizaba todo, que trataba de conservar lo menos posible en papel y que gestionaba su vida mediante la agenda del móvil y con archivos informáticos. Lo hice porque el papel me ocupaba mucho espacio, y tras el dolor que supuso deshacerme de toda mi biblioteca de libros físicos, me dije a mí mismo que no volvería a pasar por eso.

Es cierto que ya no adquiero libros físicos, no me gustan, me parecen un soberano incordio pudiendo tener ebooks y cómis en formato electrónico (y encima, muchos gratuitamente). Pero en el resto de cosas, he ido volviendo poco a poco al papel, y por varias razones.

Ellos venden aquí, nosotros vendemos allá


En un mundo globalizado las reglas de juego y los consumidores objetivo cambian totalmente. En un entorno en el cual los mercados están abiertos y cualquiera puede competir ofreciendo los precios más bajos que sean posibles, cualidades antaño muy apreciadas como la durabilidad o la capacidad de que el producto sea reparable pierden importancia frente a lo fácil que es conseguir ese producto y reemplazarlo. Los productos -como la comida que lleva ese apelativo- se vuelven "basura" antes incluso del primer uso, a veces nada más sacarlos de la tienda.

Las marcas de toda la vida que ofrecían artículos de mucha calidad no pueden competir en ese entorno, pero en estos últimos años se está produciendo un hecho curioso: nuestras marcas "valiosas", son cada vez más apreciadas en los países de los cuales parten los productos que, en su día, les quitaron su sitio en el mercado.

Nueva colección de bolígrafos pastel de MiquelRius


MiquelRius no fabrica útiles de escritura pero, de cuando en cuando, "los encarga" a terceros. La mayoría de las ocasiones suelen hacérselos empresas asiáticas (principalmente chinas). A diferencia de sus productos de papelería (cuadernos, agendas...), que sí están hechos en España, y poseen una incuestionable calidad, sus bolígrafos hechos en China son todo lo contrario.

Es una lástima que el reputado nombre de esta compañía se vea empañado, desgraciadamente, por productos que distan mucho de la calidad de esta famosa marca. Además, son útiles que se venden a precio de MiquelRius (es decir, caros), pero que no están a la altura de los artículos que ellos mismos fabrican ni por asomo.

Prueba: tinta gel de Inoxcrom


Como sabéis, podríamos englobar a las tintas de uso general (los recambios clásicos o estándar que se utilizan en los bolígrafos) en dos grandes grupos: las antiguas y conocidas tintas con bases de aceites, y las tintas gel, con base de agua.

Desde los años noventa las tintas gel se han vuelto muy populares, llegando a eclipsar en ocasiones a las tintas tradicionales, e incluso hay fabricantes que ofrecen gamas con ésta única opción.