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¿Por qué la prensa rosa no triunfa con los hombres?


Cuando era pequeño una de mis mayores aficiones era bajar al quiosco y comprar revistas de música, y de las que ahora se llaman "del corazón". Me encantaba especialmente la revista Semana, y entre sus anuncios y sus reportajes de la vida de personajes famosos veía un espejo en el que reflejarme, personas exitosas a las que imitar.

A medida que crecí y empecé a ser más juicioso, por supuesto todo aquello pasó, ya no adquiero revistas del corazón, aunque amigas de mi misma edad sí que continúan leyendo la Pronto, la Lecturas, la Diez Minutos... Porque han cogido la costumbre de leerlas antes de acostarse, o en la sobremesa, cuando tienen unos minutos de descanso tras realizar las tareas de la casa y de la mañana. Otras, más"sofisticadas" ellas, compran la Marie Claire o la Olga, en esos formatos "de bolsillo" que tan de moda se han puesto, para leerlas mientras van o vuelven del trabajo, en el tren o en el autobús.

Zapatillas Yumas Arizona: la élite de Yumas


Yumas posee una de las gamas más variadas y ricas del mercado en cuanto a zapatillas y, lo mejor, es que a una cuidada estética y diseños actuales se unen unos precios enormemente competitivos, de los mejores del mercado para unos modelos que no es una marca blanca, sino que cuentan con la calidad y el saber hacer de Yumas, una firma española con larga tradición en zapatería.

Es, por tanto, una marca en la que podemos encontrar modelos muy básicos, que cubran nuestras necesidades más inmediatas, pero en donde, si queremos, podemos optar por unas buenísimas zapatillas con unos precios que no tienen rival. Así, sus modelos que podrían considerarse su "top" en zapatillas (no en vano es uno de sus modelos más famosos) son las Arizona.

Opinión y prueba de logbook vintage Mr. MiquelRius


Mientras en Francia tenían éxito los cuadernos moleskine (dicen que famosos como Picasso, Matisse o Hemingway escribían en ellos, aunque no hay ninguna prueba palpable que lo demuestre), en España se levantaba su economía con los cuadernos MiquelRius, ampliamente usados por tenderos y comerciantes de todo tipo para llevar su contabilidad. Los más ancianos recordarán cómo, cuando acudías a la tienda, no salías con tu compra y un ticket como prueba, como ahora, de ningún modo. El tendero, mientras tú buscabas en el monedero para sacar el dinero para pagar tu compra en la ferretería, artículos de la mercería o de la zapatería, sacaba su cuaderno MiquelRius de debajo del mostrador, y en él anotaba la venta.

Se puede decir, por tanto, que España se apoyaba entonces sobre aquellos míticos cuadernos de tapas de diseño arrugado y lomo reforzado con bandas de tela pegadas (y que los comerciantes, muchas veces, reforzaban aún más con esparadrapo o con más tiras pegadas; por cierto, aún se comercializan esos cuadernos).

Sesenta robots sustituyen a más de seiscientos empleados


El gobierno chino tiene un plan para acabar con la mano de obra esclava, cosa que esperan hacer de aquí a 2025. Y no es perseguir a las industrias con más penas y multas, o un mayor control sobre las mismas, no. La solución pasa por incorporar más robots que sustituyan a los trabajadores.

Y es que, como desde múltiples medios de comunicación se viene diciendo, la revolución de la robótica es algo imparable y, si esto sigue así, al escasear el trabajo tal vez se debería pensar en una renta (la llamada renta universal) para los que quieren pero no encuentran trabajo. De hecho, para todo el mundo, ya que el trabajo lo harían los robots.

De nuevo Zara y Asos en el punto de mira del trabajo esclavista


En este mundo en que vivimos, o mejor en esta sociedad, no importa lo que vendas sino la marca. Lo que tiene realmente valor es algo tan intangible como la marca. Por eso hay marcas que venden ropa sin tener ni una sola fábrica propia, marcas que venden refrescos (Red Bull), sin tener una fábrica, o marcas que venden relojes (Nowley, Marea, y tantas otras), sin disponer de ninguna industria. Simplemente estampan su logo en el producto y lo revenden a veces al doble, triple o más de su precio original al que ellos lo han adquirido.

Lo peor de todo es cuando se les llena la boca asegurando y reafirmando que toda su cadena de producción no emplea trabajo esclavo, y sin embargo constantemente, una y otra vez, se les pilla "con el carrito de los helados".

El reloj como servicio público


Hace algunos siglos, cuando el reloj era un bien enormemente preciado y eran contadas las personas que podían disponer de uno, en las torres de las iglesias y en las fachadas de los más importantes edificios administrativos un gran reloj solía informar a toda la población acerca de la hora del día que era. Las plazas centrales en los pueblos estaban formadas casi siempre por dos elementos que no podían faltar: la iglesia, y el reloj. Cuando los habitantes se encontraban lejos del pueblo, realizando muchas veces labores del campo, los repiques desde la torre del campanario les iban informando sobre el paso del día y el transcurrir de las horas. Los festivos y domingos eran identificados fácilmente por el redoble de campanas, así como las fiestas, o los funerales.

Hasta no hace mucho los mercados los presidía un reloj, así como las lonjas y muchas fábricas en centros de trabajo. Todo se hacía bajo la sombra del reloj y era él quien se convertía en testigo de pactos y cierres de acuerdos y negocios.

Vivir en un vagón de mercancías


Uno de mis sueños -irrealizable, ya lo sé- sería poder vivir en un vagón de tren, tener allí un camastro, un escritorio, una lámpara, una silla y poco más. Y una bici en un rincón, claro. Poder ir de estación en estación, ver el trasiego de las gentes, sus idas y venidas, y los distintos paisajes, túneles, apeaderos y vías entre el incesante traqueteo del tren.

En cierta manera me parece bastante romántica la forma que tenían de viajar algunos de los más pobres en el Lejano Oeste, saltando sobre los trenes con locomotoras a vapor en movimiento y tumbándose entre el heno de uno de los vagones de mercancías. Por supuesto estamos hablando de hace mucho tiempo, mejor no intentar hacer eso hoy porque te puedes complicar la vida de mala manera.