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Las técnicas más disparatadas para combatir la COVID-19



La pandemia de coronavirus ha traido de cabeza a gobiernos, científicos, fuerzas de seguridad y, sobre todo, personal sanitario. Pero también ha despertado y propiciado unas cuantas ideas, a cual más descabellada y disparatada o, cuanto menos, curiosa. Aquí os vamos a contar algunas de ellas que, por supuesto, de momento ni se les ve ni se les espera su puesta en marcha "real", fuera del anuncio a bombo y platillo que sus fantasiosos impulsores hicieron en su día.

- Gafas para ver virus. Los virus no fueron descubiertos hasta finales del siglo XIX, concretamente en fechas tan recientes como 1892. Fue la aparición de tecnologías como el microscopio electrónico lo que les ofreció a los científicos una mejor comprensión de estos esquivos "contendientes". Pero a pesar de ello, en pleno apogeo de la ola de coronavirus, los TEDAX de la Policía Nacional de Sevilla dieron con una idea revolucionaria y casi de ciencia-ficción: crear unas gafas para ver el virus. Toma ya. Casi nada. Sobre el papel era una idea genial, vas por la calle, ves a alguien, y si llevas las gafas lo ves con el coronavirus y ni te acercas. Por increíble que parezca la Administración Central a través del Ministerio de Ciencia les dio medio millón de euros para su desarrollo. Estamos terminando el año y todavía seguimos a la espera de esas gafas "a lo Star Wars".

¿Y el confinamiento en África?


Ya hemos hablado sobre la cuarentena/confinamiento en países de Sudamérica, pero la pandemia de la COVID-19 es global, por lo que afecta a todos los continentes. Sin embargo, poco o muy poco se habla de los países africanos, ¿cómo se viven allí los confinamientos? ¿Qué medidas adoptan los gobiernos en los diferentes países?

Vamos a tratar de daros, como en la anterior ocasión, un somero y rápido repaso a todo ello.

¿Son aconsejables las mascarilla de ciclismo contra el coronavirus?


La aparición de la pandemia de COVID-19 ha hecho que muchas cosas cambien en nuestra vida diaria y, una de ellas, es la necesidad de usar mascarilla. La búsqueda de una buena mascarilla es una necesidad imperiosa, y aunque para el público general basten y sean suficientes las mascarillas higiénicas o quirúrgicas, en determinadas ocasiones podemos necesitar - o quién sabe en el futuro requerir -, otro tipo de mascarillas más filtrantes.

En esta misma publicación de esRevistas ya hemos abordado el tema de las mascarillas FFP2 y FFP3, así que ahora vamos a hablar de una alternativa que puede en la que estéis pensando muchos de quienes nos visitáis: las mascarillas de ciclismo, o para bicicleta.

¿Qué medidas están adoptando en otros países respecto al coronavirus?


Creemos que sería muy interesante hacer un pequeño resumen sobre las medidas que se están llevando a cabo en otros países respecto a la pandemia del SARS-CoV-2 (COVID-19), y cómo están respondiendo a la misma. Por ello, vamos a dar un repaso sobre las iniciativas principales, o algunas de las más importantes, de diversos países alrededor del mundo.

· Perú.
- Han establecido un "subsidio monetario" consistente en un bono de 380 soles para los colectivos más desfavorecidos y autónomos, con el fin de que puedan hacer frente a pagos o/y adquirir alimentos y bienes de necesidad.
- La población, si sale a la calle, debe hacerlo con mascarilla.
- Las medidas de contención (allí llamado "Estado de Emergencia") no terminarán el 12 de abril (fin del periodo de confinamiento actual), sino que irán "más allá" y dependerá "de la respuesta de los ciudadanos". El mismo mensaje que se da en España.
- El confinamiento en Perú se diferencia por sexos. Los domingos nadie podrá salir a la calle. Los días de lunes, miércoles y viernes, podrán hacerlo -para adquirir productos de primera necesidad- los hombres. Asimismo, los martes, jueves y sábados podrán hacerlo las personas del sexo femenino.
- Como en otros países (algo que es común), se levantan albergues militares por todas las regiones.
- El ejército (en concreto la marina) ha desarrollado un respirador que han denominado "Samay" ("respira" en lengua quechua), y que empezarán a fabricar en grandes cantidades para autoabastecerse.

Spray de alcohol de bolsillo



En estos tiempos de la pandemia del coronavirus los productos para llevar con nosotros alcohol o alguna solución de gel hidroalcohólico están por todas partes, algunos muy imaginativos. Uno de los que nos han parecido más útiles es el spray para llevar en el bolsillo, un pequeño recipiente, delgado y fino, que podemos llevar en el bolsillo del pantalón, y que contiene hasta 15 ml de solución alcohólica. Sus componentes tienen como base el alcohol al 70%, glicerina, glycol y triethanolamine. Lo bueno es que, una vez lo hayamos acabado, podemos rellenarlo con un botecito de alcohol a 70º (inclinando el bote de alcohol y presionando un par de veces ya lo tendremos otra vez lleno, no lleva mucha cantidad).

El pulsador va semiescondido en el cuerpo, y no es muy efectivo, es decir, no expulsa demasiada cantidad, pero sí la suficiente para que, con dos o tres pulsaciones, podamos mojarnos las manos. Obviamente no está pensado - ni es muy apto - para un uso constante, sino para una situación de emergencia o para limpiarnos las manos de manera esporádica, rápida y fácil. Por ejemplo, si vamos por la calle a comprar el periódico, podemos limpiarnos las manos tras tocar el cambio del dinero, o tras pulsar algún botón de un ascensor, o el tirador de alguna puerta.

Otros mundos


Para todos los que han perdido a alguien por el coronavirus.

Vivimos en un mundo donde tienes que morder el dolor y tragártelo hasta el extremo. Cuando mi madre falleció, pedí ver su cuerpo por última vez, tocarla, y recuerdo muy bien la necesidad imperiosa que sentía de despedirme de ella. Por eso, no puedo llegar a imaginarme el sufrimiento que debe ser tener que decirle adiós a una madre, un padre, al abuelo, la abuela, o al ser querido, sin poder verlo por última vez, estar ante su cuerpo presente y darle un último beso, depositar sobre su piel una última caricia.

¿Cómo calmar esa acuciante necesidad? Nada puede hacerlo.

Supongo que en estos últimos días, muchos habéis abrazado alguna prenda de vuestro ser querido, la camisa preferida de vuestro abuelo, la rebeca de la que vuestra abuela no se separaba en invierno... Yo lo hice. Y abracé esa prenda llorando hasta el extremo, hasta casi desmayarme, mientras las lágrimas corrían a borbotones por mis mejillas. Dicen los expertos que llorar es bueno, pero no sé si lo será hacerlo hasta esos extremos. Solo una mano amiga, contándole mi dolor una y mil veces, consiguió en parte aliviarme. Pero cuando ella se iba, cuando me quedaba sin ese hombro sobre el cual apoyarme, llegaba de nuevo a establecerse sobre mí la nube negra y terrible de mi tristeza y mi desconsuelo.

Aún hoy, me estremezco y me apeno al recordarlo. Y ese luto no se va, claro que no se va.

No sé cómo deciros, o transmitiros más bien, un poco de consuelo. Pero sé que, en esos momentos, las pocas palabras que puedan decirse ayudan, y mucho. Por lo tanto, solo quisiera haceros llegar que soy partícipe de vuestro dolor, lo comparto y soy consciente del gran peso que sobrelleváis. De vuestra terrible impotencia. De vuestra desolación.

Algunos dicen que se fueron personas mayores, con muchas patologías, como si eso lo hiciera menos doloroso e importante. Pero no eran eso para vosotros. Era vuestro querido abuelo, abuela, vuestros padres y madres, personas que, por muy ancianas que fuesen, no se merecían morir así, sin un abrazo, sin el cariño de sus allegados, sin teneros a su lado.


Una alta dirigente política del gobierno dijo hace pocos días que no os teníais que preocupar. Que todos tuvieron una última oración de los profesionales sanitarios, añadiendo (por aquello de quedar bien ante todo el auditorio) "los que fueran creyentes". Estoy seguro que los profesionales sanitarios lo hicieron lo mejor que pudieron, pero, ¿de verdad ellos sabían quién era creyente o no? ¿Les importaba en algún caso? ¿Disponían siquiera de tiempo para ello? Ver a cirujanos haciendo de ATSs me hace dudarlo.

Porque nadie como tú sabe lo que ese anciano vivió contigo, lo que te ayudó en tus momentos más duros, a veces con una ayuda material de su exigua pensión, y otras con una simple pero más que suficiente palabra de aliento, o con su compañía. Nadie mejor que tú conoce sus penurias, lo que sufrió por salir adelante, y por llegar a una vejez bien merecida que debía ser plácida y, desde luego, tener un final mucho más agradable que éste. Personas que lo dieron todo hasta los últimos instantes de su vida, en ocasiones incluso pidiéndoles a los médicos que utilizasen los escasos respiradores disponibles en pacientes más jóvenes y con más posibilidades de sobrevivir. Historias individuales de solidaridad, de valor y generosidad hasta el extremo. Que aguantaban estoicamente por los pasillos de los hospitales, mientras los médicos iban y venían totalmente desbordados. Porque eran eso: colapsados. Había casos que eran auténticamente desgarradores, cuyas historias no es el momento de contar aquí.

Pero ahora, como dicen las Escrituras, gozan de su merecido descanso. Ese es todo el consuelo que puedo darte, sé que insuficiente, sé que no llena ese vacío que sientes, pero sí tranquilizador. Ahora están en ese descanso que tienen más que merecido. Esperándote -porque, al contrario que ese personaje político, yo no tengo que guardar etiquetas tontas ante el público- para un día abrazarte, y en el que podrás decir no un adiós, sino algo mucho mejor: un "hola".

Descansen en paz en el Señor.

"Ahora que descansen de sus trabajos, porque sus obras van con ellos" (Ap. 14, 13).

Y en un momento de silencio, te ruego una oración por el alma de los fallecidos en la pandemia, y por el consuelo de sus familiares que no han podido decirles su último adiós.

| Preparación: esRevistas.com / esRevistas.blogspot.com | Redacción: Carta abierta, redactada por el escritor Bia Namaran, para todos los que han sufrido la pérdida de un ser querido durante la pandemia.

La necesidad de tejido industrial en España


La pandemia del SARS-CoV-2 (COVID-19) que padecemos tan abruptamente ha traido consigo muchas cosas malas, pero también algunas lecciones que deberíamos aprender muy bien y tener en cuenta a partir de ahora. Porque cuando las cosas se ponen feas, cuando de verdad hay necesidad de esa "globalización" y de esos precios contenidos, resulta que te quedas sin ello. Durante muchos años, demasiados, España ha sido un buen comercio, un buen mercado y ha ocupado el papel de comercial de bienes y productos que se fabrican muy lejos de aquí. ¡Y qué bien, sin embargo, nos habría venido esa industria ahora!

Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, lo decía no hace muchas semanas: en China, cuando apareció el coronavirus, tenían un tejido industrial que sostenía con su poderío la región de Wuhan cuando ésta tuvo que cerrarse a cal y canto sin poder producir. Todas las demás regiones y empresas se pusieron mano a la obra para proveerla. En Italia, las fábricas de coches como Lamborghini, y de moda como Gucci, comenzaron a producir mascarillas y equipo de protección. En el Reino Unido, McLaren pasó a fabricar respiradores. En España, tuvo que ser Seat (con el apoyo de varias universidades) quienes se implicaran en ello, y firmas como Joma, ante la escasez (y el alto precio, cuando están disponibles) de mascarillas, empezó a fabricarlas.

Fernando Simón confía en los bolígrafos de Pilot


La imagen del doctor Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, explicándonos cada mañana las estadísticas que los devastadores efectos de la pandemia del coronavirus deja en nuestro país, se ha convertido en algo muy habitual para los españoles. Sin embargo, hay un detalle que seguramente ha pasado desapercibido para la mayoría.

Durante las ruedas de prensa, el doctor Simón anota las preguntas, las señala y recalca cierta información sobre los papeles que lleva consigo, con un curioso bolígrafo. En realidad, se le pudo ver utilizar varios, pero parece ser un incondicional de la marca Pilot, en especial de sus tonalidades rojas.

Crónica de hace doce meses atrás



4 de abril de 2020
Aún se nota ese efecto pegajoso del alcohol sobre el reloj, por lo que dejo más tiempo a que se evapore. Las autoridades han decretado un cese total de movimientos con excepciones muy limitadas, lo que se ha dado en llamar "confinamiento". Los partes de guerra describiendo el avance sin tregua de la pandemia se suceden por todo el mundo. Los ciudadanos se pasan el tiempo escuchando las noticias por la radio, pegados a la televisión, o navegando angustiosamente por Internet en busca de algún dato esperanzador. Trump asegura que Estados Unidos no superará las doscientas mil víctimas, y que si ese número fuese más allá - cosa poco probable, asegura -, sería una auténtica catástrofe. Veremos si sus "profecías" de loco de pabellón de alta seguridad en psiquiatría se cumplen (1).

Según los expertos en salud, lo único que tenemos para protegernos es "el lavado constante de manos", la distancia "de seguridad", y desinfectar objetos con lejía o alcohol. Esas recomendaciones se convierten en un mantra. Me dice una chica que cuida a un anciano que el señor está tan obsesionado que, aunque no sale de casa, no deja de lavarse las manos con jabón, desesperado. Tiene el lavabo con una gruesa costra de jabón reseco de los restos que le caen por aplicarse tanto jabón, que le cuesta un mundo luego retirar. Las mascarillas, aseguran desde la OMS, no son necesarias. "Tranquilidad", nos dicen, "el virus no se transmite por el aire". Al parecer no hay prueba científica de que el virus sea capaz de "moverse" en suspensión, lo que se conoce como contagio por aerosoles(2). Sólo lo hace por superficies, donde puede estar latente "durante días". Esa duración es incierta: pueden ser días, semanas... Otros hablan de meses. En la tele una enfermera nos enseña entonces cómo desinfectar con lejía los pasamanos, los interruptores de la luz, y las manecillas de las puertas. Es el caos absoluto. Y yo sin lejía. Me queda solo media botella de la que uso para fregar el suelo.

Alcohol para desinfección en formato spray


Aunque la pandemia provocada por el coronavirus SARS-CoV-2 nos vaya dando un pequeño respiro, algunas prácticas de higiene que tenemos que realizar de forma cotidiana han venido para quedarse durante mucho tiempo, al menos mientras no se encuentre un tratamiento eficaz o, mucho mejor, una vacuna.

Lavarse las manos con frecuencia, mantener una distancia social de 2 metros, el uso frecuente de mascarillas... Y, a todo ello, algo en lo que insisten los expertos, es desinfectar los productos de la compra cuando lleguemos a casa.

El Teletexto de TVE ofrece ahora las estadísticas por COVID-19


El Teletexto es un servicio básico esencial para aquellas personas sordas, o que no pueden acceder a Internet por múltiples circunstancias. Por desgracia, a excepción de Radio Televisión Española, el resto de cadenas no parecen verlo así y prefieren invertir multimillonarios presupuestos en series y "realities" de muy dudosa utilidad (y menor entretenimiento), que invertir en realizar un Teletexto (que por otra parte es un sistema muy simple, barato, y rápido de mantener).

El Teletexto de TVE ha decidido, por fin, ir un paso más allá y ofrece además ahora estadísticas de contagio por el coronavirus SARS-CoV-2. Así, desde la página 176 podemos conocer los casos existentes en España en un resumen total. En las páginas siguientes se desglosan por comunidades autónomas, atendiendo además al número de fallecidos, curados y hospitalizados. También se nos informa de los valiosos números de atención telefónica en cada Comunidad para, finalmente, ofrecernos unos datos con los principales países afectados. Un valioso servicio que es muy de agradecer a RTVE.

Mascarillas de colores, la opción de moda



Dado que las mascarillas van a tener que estar entre nosotros una temporada, no está de más que, puesto que las tenemos que usar, que al menos las llevemos a nuestro gusto. Para eso, nada mejor que elegir modelos de mascarilla a color, en donde podemos usar nuestros tonos favoritos, bien porque nos guste así, o porque combinen con la ropa que llevemos en ese día.

En el mercado existen multitud de opciones, tanto para mascarillas de tipo FFP2 como quirúrgicas, que podemos usar con mucha variedad de tonos de color. Incluso hay fabricantes que ofrecen packs con colores variados, para que podamos ir alternando o las usemos según las necesidades. También es útil para que no se mezclen las mascarillas de todo la familia, pudiendo diferenciarlas por colores. Con la ventaja de que, al ser desechables, son más seguras y no tenemos que estar lavándolas o usándolas más del tiempo recomendable y necesario.