La pandemia de coronavirus ha traido de cabeza a gobiernos, científicos, fuerzas de seguridad y, sobre todo, personal sanitario. Pero también ha despertado y propiciado unas cuantas ideas, a cual más descabellada y disparatada o, cuanto menos, curiosa. Aquí os vamos a contar algunas de ellas que, por supuesto, de momento ni se les ve ni se les espera su puesta en marcha "real", fuera del anuncio a bombo y platillo que sus fantasiosos impulsores hicieron en su día.
- Gafas para ver virus. Los virus no fueron descubiertos hasta finales del siglo XIX, concretamente en fechas tan recientes como 1892. Fue la aparición de tecnologías como el microscopio electrónico lo que les ofreció a los científicos una mejor comprensión de estos esquivos "contendientes". Pero a pesar de ello, en pleno apogeo de la ola de coronavirus, los TEDAX de la Policía Nacional de Sevilla dieron con una idea revolucionaria y casi de ciencia-ficción: crear unas gafas para ver el virus. Toma ya. Casi nada. Sobre el papel era una idea genial, vas por la calle, ves a alguien, y si llevas las gafas lo ves con el coronavirus y ni te acercas. Por increíble que parezca la Administración Central a través del Ministerio de Ciencia les dio medio millón de euros para su desarrollo. Estamos terminando el año y todavía seguimos a la espera de esas gafas "a lo Star Wars".
- Spray anti-COVID. Pasó la primavera, llegamos al verano, y llegan otros "iluminados". Unos señores del CSIC, nada menos, dicen estar desarrollando un spray para engañar al virus, a base de biomoléculas. Según ellos, esto protegería a la población y evitaría la segunda ola, simplemente nos echamos el spray, y el virus nos pasa de refilón pero sin tocarnos. Estamos en plena segunda ola y aún seguimos esperando ese spray milagroso del que tampoco se tiene ya noticia. Tampoco se sabe nada sobre el dinero que han invertido en él, pero casi mejor para no asustarnos.
- Sensor anti-COVID. Gafas para ver el coronavirus, y no contentos, el siguiente paso de los iluminados en España con los disparates para solucionar milagrosamente la COVID-19 fue, ni más ni menos, que un sensor. Como si se tratara de uno de esos populares sensores para la radiación, que nos informan de ambientes donde hay elevados niveles de radiactividad, el CSIC nos decía que estaba desarrollando un sensor de grafeno, ni más ni menos (chula palabra, ¿a que sí?). Nos prometían de todo con ese sensor: protección, portabilidad, e incluso podrían llegar a suplir a los tests serológicos. Por soñar que no quede. Esto lo decían en pleno verano, y estaban reuniendo muestras para su desarrollo. Todavía deben estar en ello, porque no se ha vuelto a saber qué ha sido del grafeno ese (ni de su sensor), y los tests aún tenemos que seguir comprándoselos a los chinos. Pues vaya.
- Matar la COVID con terremotos. Y terminamos este repaso a los disparates e invenciones del doctor Bacterio con la idea de los ingenieros de la UDC, quienes decían estar desarrollando el VirionBreak, capaz de destruir el virus "haciéndolo temblar" hasta que se despatarrara todo. Es el útlimo disparate de esta sarta de anuncios de titiriteros ambulantes, que incluso prometían curar a los enfermos con ello (haciendo temblar el virus). Los enfermos se siguen muriendo en los hospitales, y de esos "terremotos portátiles" ni se les ve, ni se les espera.
Lo peor de todo esto es la cantidad de dinero - público, muchas veces - que se ha invertido en estos despropósitos, cuando bien podría estar siendo empleado en soluciones más lógicas, eficientes, probadas y razonables. Por ejemplo: en el desarrollo de una vacuna.
| Redacción: esRevistas.com / esRevistas.blogspot.com
Me ha encantado este post. Y es que parece que hay charlatanes en todos los lados, llevándose el CSIC la palma.
ResponderEliminarY supuestamente los del CSIC son de investigaciones "científicas". Deberían cambiarse el nombre al DARPA, les sería más propio.
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