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Prueba de la estufa de parafina Tectro R 233 TC


Cuando uno se pone a buscar una estufa, en el mercado encuentra multitud de soluciones, variantes y marcas que puede converir esa búsqueda en una tarea ardua y complicada. Sin embargo, en su esencia y a la hora de la verdad, todas ellas se podrían dividir en dos grandes grupos: por el tipo de combustible o energía utilizada, y por el tipo de calor o forma de generar éste.

En lo que a combustible respecta, tenemos las estufas que usan gas (que pueden ser a su vez radiantes, de llama azul o catalíticas), las que usan pellets, y las que usan parafina o queroseno (es lo mismo). Por otro lado, tenemos las estufas u hornillos eléctricos, o los calefactores. Este tipo de elementos calefactores generadores de calor no queman combustible, sino que funcionan mediante una resistencia que se calienta a alta temperatura, y cuya energía la obtiene de la corriente eléctrica. A pesar de que su calor es casi inmediato, limpio y seco, su efíciencia energética es muy escasa (tardan mucho en calentar lugares grandes o ambientes muy fríos) y, además, son muy caras (la factura de electricidad por kilowatio hora no compensa). Solo son aptas y recomendables para calentar algo muy esporádicamente, y por un corto espacio de tiempo, nada más.

Inconvenientes y ventajas de los encendedores jet y a batería


Zippo, consciente de que los tiempos ya no son lo que eran y el público demanda encendedores cómodos, sencillos y para una variedad de usos muy diversos, se une a la moda de los encendedores a batería (funcionan por arco eléctrico) y lanza sus nuevos modelos eléctricos recargables. Con un precio de aproximadamente 20 € (similar a los Zippo a gasolina "de toda la vida"), los nuevos encendedores recargables ofrecen una autonomía - con la batería completamente cargada - de 40 usos por carga (siempre y cuando el encendido no dure de más de 5 segundos cada vez). Su batería se puede recargar hasta 300 veces (que daría para unos 12.000 usos, unos 6 años, si encendemos unas seis veces al día, y cuidamos la batería, por ejemplo, evitando que se descargue por completo). El tiempo de carga es de aproximadamente 1 hora, y como cualquier encendedor de arco eléctrico, se puede usar con viento e incluso inclinado (para encender velas o pipas).

Probablemente lo primero a considerar sería si con 6 años de uso tendremos el encendedor amortizado, probablemente sí, de hecho yo tengo el de gasolina desde hace casi diez años y aún funciona, pero claro, en todo ese tiempo ha sido muchísimo el dinero que he gastado en combustible, piedras y mechas. Sin embargo, con este tipo de encendedores a batería nada de eso es necesario, con recargar su batería el resto debería funcionar sin problemas.

Comparativa de encendedores a gasolina, ¿mejor un Zippo o un Clipper?


Hace algunos años, los encendedores a base de gasolina tenían un notable auge. No era raro: funcionaban con combustible "barato", se les podía echar gasolina, parafina o lo que fuera y, además, eran duraderos. Así que muchos fumadores los elegían para darles un brutal trote diario.

Pero las cosas han cambiado mucho: los estancos están de capa caída, las ventas ya no son lo que eran porque, por fortuna, casi nadie fuma ya, y los fabricantes de este tipo de encendedores ya no son ni la sombra de lo que eran. Ni Zippo fabrica sus encendedores a mecha y de gasolina como antes (ahora se han centrado en productos más "tecnológicos" como calientamanos) ni Clipper, inmersa en una profunda crisis, fabrica los buenos productos que hacían antaño.

Mochila Fjallraven Kanken, lo más rudo para echarte a la espalda


Hace unos años que se pusieron muy de moda las mochilas de vinilo de los suecos de Fjällräven Kanken. Su forma anatómica, su comodidad y, sobre todo, su durabilidad hicieron de estas mochilas un valioso útil para cargar con nuestras cosas de diario. Hoy en día llegan a competir (e incluso a superar) a las famosas mochilas de Eastpak que, como "cuenta la leyenda" (ya que es solo eso, leyenda), como ocurre con los encendedores de Zippo tienen "garantía de por vida".

Lo de "garantía de por vida" es solo un engaño de marketing, lo mismo que nos contaban antes sobre que el tabaco despejaba la garganta o que el azúcar fortalecía los huesos. Huye de "las garantías de por vida" como de la peste, y si alguien te asegura ese tipo de garantías lo único que tendrás garantizado es que no podrás hacer uso de ellas.

Lo difícil que es ser duradero


Me considero una persona que cuida bastante de las cosas. Eso quiere decir que busca los objetos bien construidos y de calidad. No tienen por qué ser de marca ni caros, aunque últimamente, por desgracia, hay pocas alternativas de este tipo fuera de los artículos elitistas. Hay objetos baratos, pero muy malos, y hay objetos con calidad, pero muy caros. Se ha perdido en gran medida el término medio: objetos bien hechos, y competitivos en precio. Lo que conocemos como "prime".

No es que me guste estar apegado a los objetos, me gusta cambiar y experimentar cosas nuevas, como todos, pero si encuentro algo que pueda usar y que a la vez me pueda servir durante largos años, lo aprecio.

Las cosas ya no son lo que eran: se cayó el mito de Zippo


Pues sí, se cayó el mito: se rompió mi Zippo. Esta mañana, cuando iba a cogerlo para una sesión de fotos, me di cuenta de que algo "no iba bien". El Zippo no cerraba ni se abría como debería. Habida cuenta que estos encendedores no tienen una llama auto-extinguible al uso, sino que la tapa de cierre es la que ahoga la llama, que hubiera un fallo en el cierre podría acarrear serios problemas, por ejemplo, que la llama no se extinguiera del todo, guardásemos el encendedor, y nos produjera quemaduras. O que se abriera por error y nos ensuciara la ropa.

Mirando más detenidamente me di cuenta de que algo había "suelto" en el interior del encendedor, una especie de placa metálica se había partido así, sin más.

Prueba "vintage": linterna de petaca de Philips


Seguramente muchos de vosotros recordaréis aquellas linternas cuadradas para pilas de petaca (3R12). Se volvieron muy populares durante los años setenta y ochenta, y eran unas linternas duraderas y muy robustas, gracias a su cuerpo de metal y a la mayoría de componentes (incluyendo el sistema de cierre, una especie de placa "en gancho", como recordaréis, que si con el uso se aflojaba podías volver a apretar) también de metal.

Éste modelo de Philips que traemos hoy a Duraderos.com, la Philips SBC2007, es uno de los últimos herederos de aquellas linternas, cuando Philips comenzaba a sustituir el metal por el plástico de forma masiva en este tipo de productos, y a fabricar en China, aunque el diseño es una clara reminiscencia de aquellos modelos metálicos de antaño.

Opinión y prueba mini-navaja suiza de bolsillo Victorinox


Entre los componentes de mi "kit de supervivencia en ciudad" (ya hablaré de él, si se tercia, en otra ocasión) se encuentra una de las navajas suizas del fabricante Victorinox, concretamente el modelo Victorinox 0.6223 del que os voy a hablar (aunque por clasificación creo que es el modelo Victorinox 0.6222 y que se equivocaron de funda, pero en fin, no es muy importante ese detalle). La razón de elegir una navaja y haber abandonado mi anterior "tarjeta de supervivencia" (que incluía navaja, y varias cosas más), es que la tarjeta, además de más cara, es más aparatosa y, además, ya os conté que había extraviado (bueno, "me habían extraviado") el cortaplumas, que es uno de los elementos más importantes de todo kit de este estilo.

Así que un día vi que, en el llavero de un chico al que a veces acompaño, llevaba una pequeña navaja con utensilios muy interesantes, como es una lima, pequeñas tijeras, mini-destornillador, pinzas y mondadientes. Me sorprendió su precio, cuando se lo pregunté: 15 €, ni más ni menos. 15 € por una navaja minúscula es bastante caro, así que intenté buscar alguna alternativa.

Y tras el 3310, ¿qué otros productos míticos podrían volver a fabricarse?


El reciente anuncio de la llegada al mercado del Nokia 3310 no es más que la confirmación otra vez, y de nuevo, de la pujanza y el éxito de los productos y artículos más duraderos y robustos de hace años. Curiosamente la mayoría de esos artículos no son recordados hoy por su avanzada tecnología, por la bondad de su memoria o por su display de nítida visión, sino por otra cualidad: su durabilidad. Era esta, en la mayoría de ocasiones, lo que agradecía la gente y lo que después de tantos años hace que regrese a su memoria.

Nokia no es más que una de tantas compañías que intentan aprovechar esa moda de lo retro, como en su día hizo BMW con el Mini, o Fiat con el 500, y tantas otras marcas de tan variados productos (Phoskitos en bollería, Nocilla en dulces...).

El ejemplo de los encendedores piezoeléctricos


Aunque ahora no esté bien visto y marcas como Casio casi ni lo mencionen al contar su historia "oficial", ya sabéis que los japoneses hermanos Kashio empezaron a obtener el capital necesario para sufragar los gastos de los inventos que vendrían después, fabricando productos para fumadores. Durante los años ochenta, en el que las multinacionales del tabaco obtenían ingentes cantidades de dinero en forma de beneficios, -fumar seguía siendo la norma, socialmente aceptada e incluso favorecida y animada-, Casio continuaba ofreciendo artículos para fumadores, y dado que presumía de ser -y lo era- una compañía tecnológicamente puntera, ofrecía esos artículos también recurriendo a lo último en tecnología de la época. Y un ejemplo de esto lo eran los encendedores piezoeléctricos.

La presencia en el mercado actual de este tipo de encendedores -tecnológicamente más avanzados- es, sin embargo, casi testimonial. Los encendedores piezoeléctricos no tenían una piedra para chispas que sustituir, por lo tanto podrían funcionar casi ilimitadamente -en la práctica no es así, claro-. Pero el principal problema era otro: aparte de ser al principio más caros, su combustible -el gas- sí había que sustituirlo. Y cuando acababas ese gas, la mayoría acababan tirando a la basura el encendedor entero, porque son tan baratos que un encendedor genérico actual no compensa recargarlo.

La imparable corriente de "lo retro"


Las marcas más diversas han encontrado en los productos que apelan al recuerdo de años anteriores todo un filón. Estamos viendo cómo, cada poco tiempo, más y más estanterías se llenan con este tipo de productos, lo que es una muestra que viene a decirnos algo evidente: los productos de ahora no son, ni mucho menos, como los de antes.

No son como los de antes los pastelitos, ni la crema de cacao. No son como los de antes los automóviles, ni los receptores de radio. Aunque por fuera intenten parecerse.

Diferencias entre los Zippo actuales y los 1937 Vintage Series


En Zippo sí que saben hacer bien las cosas (tenemos un artículo preparado sobre ellos, por cierto, intentaré que pueda publicarse a no mucho tardar), y es que, veamos un poco las cosas en perspectiva: ¿os imagináis que Casio reeditara sus DW-5000 y los siguiera vendiendo al mismo precio -y no en ediciones especiales de cientos de euros- frente al resto de la gama? Sería sorprendente, ¿verdad? Pues en Zippo sí lo hacen, y sus "vintage series" continúan vendiéndose junto con los actuales. Actualmente estas series son muy apreciadas, y en países como Japón se venden como rosquillas (y en algunos sitios hasta los sortean porque son muy apreciados como regalo).

Las Vintage Series tienen sutiles diferencias con los actuales: esquinas redondeadas, diferente disposición del texto -grabado, no serigrafiado, como en todo buen Zippo- en el fondo, y un aspecto mucho más imponente en general.