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El auténtico logro de las redes sociales


Quiero que hagas un pequeño ejercicio de imaginación, por favor. Imagina que existe una empresa de zapatillas, por ejemplo, "Tomasa", cuyo cometido es ese: vender zapatillas. Imagínate que vas un día por la calle, y en la furgoneta del albañil de barrio o del manitas, ves escrito: "Reparaciones Manolín", y debajo: "Uso zapatillas Tomasa". Te parecería increíble, ¿verdad?

Bueno, puede que Manolín sea un adicto y tan admirador de esas zapatillas, que le guste difundirlas para que todos las compren. O puede que su mujer sea la dueña de las zapatillas Tomasa, quién sabe. Pero resulta que luego vas al supermercado, y ves en la puerta: "Compra zapatillas Tomasa". Te quedarías a cuadros. Pues más aún cuando en la bolsa de patatas fritas que compres, te ponga un mensaje diciendo: "Usa zapatillas Tomasa", y al lado el logo de la "T", de "Tomasa". Y así en toda una retahíla interminable de objetos de uso diario: jabón, bebidas, camisetas, afeitadoras... ¡Hasta en los cuadernos o en el material escolar que vayas a comprar para tus hijos! ¡Incluso en la farmacia, o en la caja de medicamentos, te dirán que uses zapatillas "Tomasa"!

El día que recibí un millón de euros de Mark Zuckerberg



Exactamente 1,253,787 € fue lo que, el "genio, filántropo y director ejecutivo de Facebook" decidió donarme. No está mal, teniendo en cuenta que no me conoce de nada, que nunca hemos intercambiado ningún correo y que, incluso, me fui de su red social y borré mi perfil tras pedirme mi DNI (¿mi documento de identidad una página web? ¿Para qué lo necesitan? Obviamente, para traficar con mis datos, así que me largué).

Puede parecer mucho, pero para la fortuna estimada de más de 100 billones de dólares (sí, leíste bien, 100 billones), y doce millones que valen los datos personales que va recabando en sus redes sociales (no solo Facebook, también Whatsapp), pues un millón de euros es una migaja. Es como si a ti te piden donar 5 céntimos. Vamos, una auténtica birria y, quizá por eso, no le molesta andar regalándolos desinteresadamente.

¿Por qué Nokia les retiró la grabación de llamadas a sus móviles?


Esa es una cuestión con la que una y otra vez me he dado de bruces al intentar encontrar un teléfono móvil básico. Recuerdo mi antiguo Nokia E61 muy bien. En un lateral de su magnífica carcasa hecha íntegramente en aleación aluminio-magnesio, incorporaba los botones de volumen y, debajo de ellos, un botón muy especial: si lo pulsabas estando el móvil en stand-by, te lanzaba la grabadora de voz pero, si pulsabas estando en medio de una conversación, te la grababa. Si volvías a pulsarlo, detenías la grabación. Así de simple. Así de sencillo.

Podríamos pensar que ese era uno de aquellos maravillosos Symbian y, como tal, ofrecía funciones avanzadas, pero no era el único.

Los logbooks de Miquel Rius en profundidad


No es la primera vez que traemos a Duraderos productos de Miquel Rius, ya cuando tuve ocasión de analizar su agenda compacta (una de las más pequeñas del mercado) me encantó, por la cantidad de información que aportaba, su útil diseño, y lo completa que era, consiguiendo sacarle el máximo partido al mínimo espacio, algo muy difícil de conseguir. Más aún, porque en MiquelRius lo habían conseguido sin acabar con un producto caótico o difícil de usar, logrando con ello una agenda además de utilizable, práctica.

Así que tener en mis manos sus logbooks era una tarea pendiente, más aún si tenemos en cuenta que sus logbooks, o libros en blanco (como también se les llama) es uno de los más completos, mejor pulidos y más prácticos del mercado, y su buena fama no es solo por el bien hacer y la dedicación que desde MiquelRius les ponen a todos y cada uno de sus artículos, sino que tiene también sus razones, y a continuación veréis por qué.

El teléfono móvil frente al smartphone


Hace unos pocos días un amigo me invitó a dar un paseo por unas montañas cercanas, a lo cual con gusto accedí. Cuando entré en su coche me sorprendió enseñándome un teléfono móvil nuevo, pero de formato "monoblock" y con teclado, como "los de siempre", así como una pequeña pantalla TFT a color, sin mucha resolución pero más que suficiente no solo para distinguir información, sino también para ver alguna que otra fotografía.

Me explicó, sonriente y muy contento: "¿has visto? Una semana dura la batería". Había cambiado su smartphone por un teléfono convencional, sin Wi-Fi, sin GPS, sin conexión a Internet, sin tonterías varias "ni pitos ni flautas". Desde que lo había adquirido se sentía no solo totalmente satisfecho con el móvil (ya no smartphone), sino que, además, había ganado muchísimo en tranquilidad y calidad de vida, sin tener que preocuparse cada pocas horas en si tenía que recargar la batería del smartphone, o si tenía mensajes pendientes sin leer, qué había hecho determinada persona en Facebook o si tenía poca carga.

¿Cuánto cobra un "influencer" por mencionar tu marca?


Sí, aparecer y que vean tus marcas en medios escritos de Internet por lo general cuesta dinero. Y más aún si mueves a un número de seguidores bastante digno. Para que os hagáis una idea, y según un estudio hecho en Reino Unido por Morar Research, para que un influencer mencione tu marca deberás desembolsar la friolera de 75.000 libras (unos 83.700 euros). Viendo estas cifras me da cierta risa sabiendo las ridículas inversiones que hacen, generalmente, las marcas en España. Obviamente en la difusión por Internet estamos -como desde su nacimiento ocurrió- en los últimos puestos en la Península.

También es cierto que esas cifras las mueven los influencers más cotizados, es decir, aquellos más famosos y que son más visibles. Pero aún así también me parece un poco de sonrojarse cuando en esos sitios los departamentos de marketing dedican tantos recursos para la difusión de sus productos, y en España muchos de los medios especializados tienen que conformarse con que les cedan el producto en sí, y hasta ya pueden darse por contentos con eso.

Las argucias de los reproductores de Atresmedia y su Atresplayer


Desde la aparición de los canales de pago y sectorizados por regiones, la televisión dejó de ser lo que era. La mayoría de sus programas, encaminados a entontecer al público y a servir basura y llenar la mente de los televidentes de morbo y porquería, son auténticas pocilgas de degradación y depravación. La televisión se ha convertido, a rasgos generales, en tugurios demoníacos donde lo peor del género humano campa a sus anchas para consumo y degustación de los más incautos y obscenos ciudadanos.

Los canales de televisión se han convertido en los aquelarres modernos.

¿Tus datos personales valen o no valen? Valen justo doce millones de euros


Cuando hablamos de Big Data empresarial muchos nos imaginamos grandes centros de datos de proveedores de Internet en sitios como Silicon Valley o similares. Nada más lejos de la realidad. De hecho, nos atañe bastante como consumidores a ti y a mí. También, cuando hablamos de Google y sus servicios, pensamos que esta compañía es muy altruista porque "todo lo da gratis" (es cierto que antes esos servicios eran pagando, y bastante), creemos que no ganan demasiado por los datos que tú y yo ponemos en sus buscadores, en nuestros perfiles de usuario en Facebook o en Twitter, y en demás sitios personales.

Pero una muestra de lo alejados que estamos de la realidad nos la ha traído hoy la actualidad. En 2014 vio la luz en Alemania Zeotap, una compañía que se dedica a eso: al Big Data. Zeotap es una compañía que no negocia con productos físicos, no tiene industrias, ni fábricas, ni comercio, y aún así genera muchísimos beneficios. ¿Con qué trabajan, pues? Pues negocian con tus datos personales.

Google ha dejado de ser lo que era


Llevo tiempo quejándome de la ridiculez que aporta la red de Google Adsense, pero es que de su producto más famoso, su buscador, podríamos hablar también largo y tendido. Y es que Google lleva mucho tiempo sin ser lo que era.

Me llama la atención que cuando se lanza un nuevo reloj de Casio, y me pongo a buscarlo en Google, no aparece hasta varios días después, cuando ya está listado en otras webs y todo el mundo - más o menos - lo conoce. Lo mismo podríamos hablar de otros productos similares, como automóviles. De hecho hay contenido que ni siquiera aparece, como el de algunos blogs, o que listan con enorme retraso, semanas después.