Esa es una cuestión con la que una y otra vez me he dado de bruces al intentar encontrar un teléfono móvil básico. Recuerdo mi antiguo Nokia E61 muy bien. En un lateral de su magnífica carcasa hecha íntegramente en aleación aluminio-magnesio, incorporaba los botones de volumen y, debajo de ellos, un botón muy especial: si lo pulsabas estando el móvil en stand-by, te lanzaba la grabadora de voz pero, si pulsabas estando en medio de una conversación, te la grababa. Si volvías a pulsarlo, detenías la grabación. Así de simple. Así de sencillo.
Podríamos pensar que ese era uno de aquellos maravillosos Symbian y, como tal, ofrecía funciones avanzadas, pero no era el único.