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Entrevista con Paul Davis, el protagonista de las novelas de "A Contrarreloj"



Paul Davis no necesita presentación. El famoso y polifacético investigador de relojes es de sobra conocido por sus exitosos casos recuperando valiosos guardatiempos, cuyas narraciones podemos seguir en las novelas de "A contrarreloj" escritas por J. G. Chamorro.

Tras insistirle a su secretaria para que nos reservara algo de tiempo para una entrevista, finalmente conseguimos que Paul Davis nos atendiera mientras esperaba la llegada del tren en el que vendría una de sus colaboradoras más cercanas, la señorita Anabel Faure Dumont.


Encendedores Champ y Penguin, los grandes olvidados de hoy



Descubrí los encendedores de Champ cuando me encontré con la burrada que pedían por un Zippo, entonces me di cuenta que había alternativas mucho más asequibles y de una gran calidad, que nada tenían que envidiar a los elitistas de Zippo. Incluso compartiendo el mismo diseño y piezas (al contrario que Star, por ejemplo, que tienen diseño y piezas distintas).

Como muchas firmas de este tipo, el fabricante Champ originalmente era austríaco - aunque llegaron a fabricarse en Francia, e incluso en Japón y Corea -, pero hace tiempo que - como suele ser por desgracia muy habitual en este tipo de productos - desapareció. Hoy se fabrican, convenientemente remarcados (y con la misma tipografía de marca, aunque obviamente sin la referencia a su origen europeo) por factorías asiáticas.

Comparativa entre encendedores Zippo e IMCO



Tras haberos mostrado encendedores de gasolina casi de todo tipo y marca, nos quedaba uno por tratar: IMCO. Lo interesante además es que, junto con Zippo, puede decirse que es uno de los últimos encendedores de gasolina del mercado, al menos de los que han quedado hasta hace poco en producción, aunque conviene mencionar que los IMCO, aunque continúen fabricándose, están hechos todos en China y son "sucedáneos" convenientemente remarcados. Es decir: no son el famoso IMCO original. Pero, aún teniendo esto en cuenta, son un gran competidor para los Zippo, solo sea por sistema - tan diferente uno de otro - como por precio - enormemente competitivos los IMCO, frente al abusivo precio de los yankis de Zippo -.

Como de Zippo quien más quien menos ya se sabe su historia, comenzaremos hablando de IMCO. Esta compañía se funda en Austria (Viena) en el año 1907, de manos de Julius Franz Meister, aunque de inicio no fabricaba encendedores, sino botones para ropa, hechos en latón. El nombre de la compañía proviene de su fundador, Iulius Meister & CO, quien años más tarde se dio cuenta de que el negocio del tabaco podía dar buenos beneficios y, fundiendo casquillos de artillería de la Primera Guerra Mundial (el metal escaseaba) comenzó a fabricar en 1918 los primeros encendedores, patentando finalmente el sistema de los mismos en 1922. Llama la atención que el fundador de Zippo se inspirase en ellos para crear su propio encendedor de gasolina, aunque simplificando muchísimo el diseño. Así, George G. Blaisdell, de la Zippo, tomó como base el clásico IMCO eliminando artilugios "innecesarios", básicamente se quedó con el depósito, la mecha y el sistema de piedra (si te fijas, tienen el mismo principio y aunque con formas diferentes, son idénticos) desechando todos los elementos móviles "superfluos" de los que pudiera prescindir, dando como resultado un encendedor más robusto, más fiable y, por supuesto, más barato de fabricar y más sufrido.

Encendedor de gasolina Champ



Austria fue siempre un país en donde la industria de los encendedores vivió un auge espectacular. De ahí proceden muchas de las mejores marcas europeas, como IMCO, Goal, Instanta o como esta de la que vamos a hablar hoy en esRevistas: Champ. De esta marca tenemos varias líneas, principalmente en los años en donde el auge de fumar estaba en su apogeo, como los Champ Revolt, Champ Trimlite, Champ-o-matic, o los Champ Jet Stream, de los años 50 y 60 todos ellos. Me ha costado mucho encontrar cuándo esta marca apareció en realidad, aunque al fin pude dar con fechas concretas que la sitúan en los años 50, y hasta los años 70 con una línea de productos bastante exitosa y unas ventas considerables. No obstante hay sitios en donde mencionan algunos de sus modelos en fechas más tempranas, de los años 40. Para complicar más el asunto, según la época sus encendedores a gasolina eran bastante diferentes. Inicialmente en la parte inferior del encendedor se mostraba marcaba la leyenda con la patente, así como el país de producción: "Champ Austria U.S. Pat. Nº2809511". En otros vemos simplemente "Patent Pend". Mientras que, en más recientes, solo ponían "Champ Patent", como en sus Trimlite.

En todo caso, buscando en el registro de marcas la encontramos fundada en 1952 como firma fabricante de encendedores, lo que se ajusta más a la realidad, y desaparecida en 1994. Hoy, bajo la marca Champ - venidos desde zonas asiáticas - se venden un sin fin de encendedores de todo tipo, incluyendo con tecnología USB (electrónicos) y también a gasolina, a precios de sólo un par de euros, que podemos encontrar sin mucha dificultad en estancos, convirtiéndose así en una casi "marca blanca" para todo.

Comparativa de encendedores a gasolina, ¿mejor un Zippo o un Clipper?


Hace algunos años, los encendedores a base de gasolina tenían un notable auge. No era raro: funcionaban con combustible "barato", se les podía echar gasolina, parafina o lo que fuera y, además, eran duraderos. Así que muchos fumadores los elegían para darles un brutal trote diario.

Pero las cosas han cambiado mucho: los estancos están de capa caída, las ventas ya no son lo que eran porque, por fortuna, casi nadie fuma ya, y los fabricantes de este tipo de encendedores ya no son ni la sombra de lo que eran. Ni Zippo fabrica sus encendedores a mecha y de gasolina como antes (ahora se han centrado en productos más "tecnológicos" como calientamanos) ni Clipper, inmersa en una profunda crisis, fabrica los buenos productos que hacían antaño.

Opinión y prueba mini-navaja suiza de bolsillo Victorinox


Entre los componentes de mi "kit de supervivencia en ciudad" (ya hablaré de él, si se tercia, en otra ocasión) se encuentra una de las navajas suizas del fabricante Victorinox, concretamente el modelo Victorinox 0.6223 del que os voy a hablar (aunque por clasificación creo que es el modelo Victorinox 0.6222 y que se equivocaron de funda, pero en fin, no es muy importante ese detalle). La razón de elegir una navaja y haber abandonado mi anterior "tarjeta de supervivencia" (que incluía navaja, y varias cosas más), es que la tarjeta, además de más cara, es más aparatosa y, además, ya os conté que había extraviado (bueno, "me habían extraviado") el cortaplumas, que es uno de los elementos más importantes de todo kit de este estilo.

Así que un día vi que, en el llavero de un chico al que a veces acompaño, llevaba una pequeña navaja con utensilios muy interesantes, como es una lima, pequeñas tijeras, mini-destornillador, pinzas y mondadientes. Me sorprendió su precio, cuando se lo pregunté: 15 €, ni más ni menos. 15 € por una navaja minúscula es bastante caro, así que intenté buscar alguna alternativa.

Y tras el 3310, ¿qué otros productos míticos podrían volver a fabricarse?


El reciente anuncio de la llegada al mercado del Nokia 3310 no es más que la confirmación otra vez, y de nuevo, de la pujanza y el éxito de los productos y artículos más duraderos y robustos de hace años. Curiosamente la mayoría de esos artículos no son recordados hoy por su avanzada tecnología, por la bondad de su memoria o por su display de nítida visión, sino por otra cualidad: su durabilidad. Era esta, en la mayoría de ocasiones, lo que agradecía la gente y lo que después de tantos años hace que regrese a su memoria.

Nokia no es más que una de tantas compañías que intentan aprovechar esa moda de lo retro, como en su día hizo BMW con el Mini, o Fiat con el 500, y tantas otras marcas de tan variados productos (Phoskitos en bollería, Nocilla en dulces...).