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Envases y latas de latón


El latón u hojalata es uno de los envases metálicos más tradicionales y clásicos, y aunque su uso se ha reducido notablemente (además de que muchos de ellos ya no son de latón, sino de aluminio) sigue teniendo ese aire nostálgico que tanto nos gusta.

Por sus propiedades antimicrobianas, el latón era perfecto (lo sigue siendo) para envases de elementos médicos y farmacéuticos, como vendas o apósitos. También era habitual realizar de estas aleaciones envases para alimentos, seguramente que muchos recordáis los envases de galletas o de productos a base de cacao, como Phoscao.

¿Por qué los G-Shock no son duraderos?


Puede que en nuestro todavía corto (y tampoco va a ser muy largo, no es que haya mucho precisamente donde elegir) listado de marcas duraderas llame la atención el no ver a G-Shock entre ellas. La razón -o una de ellas- es bastante lógica, y es que, como ya he repetido en Zona Casio incesantemente, los relojes de G-Shock son resistentes a los golpes, pero eso no hay que confundirlo con durabilidad.

Por otra parte, al menos tal como está llevando Casio en la actualidad sus G-Shock, esos relojes cada vez se alejan más y más del concepto de "durabilidad" y se acercan peligrosamente a lo caduco e insostenible. A objetos de usar y tirar, en resumen.

Prueba: yo-yó vintage de Legami



Todos los que más o menos me conocéis, sabéis mi enorme y enfermiza afición por los yo-yós. No en vano ya les he hecho varias reviews y dedicado un extenso reportaje a estos entretenidos "mecanismos" tan divertidos y simples. De cuando en cuando vuelven a ponerse de moda, o algún que otro fabricante nos sorprende con un modelo de yoyó más o menos llamativo. Éste es el caso que os traemos, se trata del yoyó "Vintage Memories" de los italianos de Legami, en su "deluxe edition" (tienen varias). En este caso la particularidad es que su diseño sigue la tendencia de los yoyós de los años sesenta y setenta, cuando este tipo de objetos de entretenimiento tuvieron su mayor difusión y experimentaron sus éxitos más notables. Así, es bicolor, con los bordes como se llevaba en aquellos años (en este caso en naranja, con la esfera del centro en plástico transparente), mientras que su dibujo hace referencia a la popular serie "Perdidos en el espacio", televisada desde 1965 a 1968 en los Estados Unidos.

Como veis, el aspecto del packaging, los detalles del mismo, y por supuesto el yoyó, está muy cuidado y es muy llamativo. Pero hasta aquí llega su guiño a los yoyó originales, puesto que en todo lo demás es un modelo que adolece de notables defectos. El primero de ellos es que funciona a pilas, lleva dos LR41 (tipo botón) que no son intercambiables. En las mismas instrucciones te dicen que, cuando se agoten las pilas, "tires el yoyó", una tontería supina puesto que el yoyó es perfectamente funcional sin pilas y, sobra decir, los yoyós originales no llevaban (ni tampoco las echábamos de menos). No sé por qué esa manía de hoy de ponerle pilas a todos los yoyós, imagino que es un intento de llamar la atención y hacer que se vendan más.

Los escandalosos números de las grandes superproducciones de Hollywood


Mientras hacía unos últimos repasos al relato corto de "Carreras Callejeras", me he puesto a pensar en el enorme derroche de dinero que suponen las grandes producciones de cine como la que inspira parte de ese relato de acción. Seguro que alguno de estos datos os llamará la atención.

Pondré de ejemplo Fast & Furious 5 (conocida como "Fast Five", "Rápidos y furiosos" en latinoamérica, "A todo gas" en España). Esta película contó con un presupuesto total de 125 millones de dólares, lo cual no está nada mal. Sin embargo, a sus productores y ejecutivos les reportó unos increíbles beneficios, y es que lleva recaudados - se estrenó en 2011 - más de medio billón de dólares (si, habéis leído bien, medio billón).

Verduras deshidratadas Trevijano


Siempre suelo cocinar y preparar mi propia comida, es la manera más natural y económica de comer. Sin embargo, desde hace ya algunos años no siempre puedo hacerlo. Los expertos en nutrición recomiendan consumir hortalizas y verduras de forma habitual, pero el ritmo que nos impone esta sociedad y las tareas diarias hacen que, para una gran mayoría de personas, ésto no sea posible, obligándoles a comer alimentos precocinados o en bares y restaurantes, donde el exceso de condimentos y la elevada cantidad de sal que aportan no los hace muy aconsejables.

Supongo que a muchos de vosotros os ocurrirá lo mismo que a mí: vas al supermercado, elijes esas verduras y hortalizas para cocinar, llegas a casa, las metes en la nevera, y cuando vuelves a ellas unos días después están dañadas y tienes que tirarlas. A veces adquieres bolsas de zanahorias y solo usas un par o tres del paquete, y cuando vuelves a tener tiempo para cocinar y quieres usarlas, han pasado demasiados días y se han perdido. Un derroche de dinero y de alimentos verdaderamente lamentable.