Siempre suelo cocinar y preparar mi propia comida, es la manera más natural y económica de comer. Sin embargo, desde hace ya algunos años no siempre puedo hacerlo. Los expertos en nutrición recomiendan consumir hortalizas y verduras de forma habitual, pero el ritmo que nos impone esta sociedad y las tareas diarias hacen que, para una gran mayoría de personas, ésto no sea posible, obligándoles a comer alimentos precocinados o en bares y restaurantes, donde el exceso de condimentos y la elevada cantidad de sal que aportan no los hace muy aconsejables.
Supongo que a muchos de vosotros os ocurrirá lo mismo que a mí: vas al supermercado, elijes esas verduras y hortalizas para cocinar, llegas a casa, las metes en la nevera, y cuando vuelves a ellas unos días después están dañadas y tienes que tirarlas. A veces adquieres bolsas de zanahorias y solo usas un par o tres del paquete, y cuando vuelves a tener tiempo para cocinar y quieres usarlas, han pasado demasiados días y se han perdido. Un derroche de dinero y de alimentos verdaderamente lamentable.
Para todos los que tenemos este problema (o parecido) existe una solución ideal, y es la comida deshidratada. Al contrario que los alimentos enlatados o precocinados, la comida deshidratada mantiene todas sus propiedades del alimento original pero, al retirársele el agua, se consigue que se mantenga más tiempo sin utilizar y podamos recurrir a ella en cualquier momento.
El mayor problema que encontraba - hasta ahora - con este tipo de productos era que los fabricantes elegían proporciones horribles. Por ejemplo, añadían mucho ajo puerro o cebolla (que son hortalizas relativamente baratas) y poco repollo, acelga, o zanahoria (que son más caras). Así que uno acababa comiendo una "sopa de cebolla", cuando quería un plato de espinacas o coliflor.
Hasta que un día me dieron a probar las hortalizas deshidratadas de Trevijano. En especial me encanta su sopa juliana, que incluye zanahoria, patata, chirivía, ajo puerro, cebolla, col, apio y perejil. Todo ello en una proporción bastante equilibrada, es decir: no te encontrarás con una sopa con la mayor parte de perejil, ni de cebolla, sino en cantidades bastante bien proporcionales.
La sopa deshidratada de verduras de Trevijano es cómoda de hacer, y en unos pocos minutos tendrás un plato de verduras, sano y listo para consumir. Y lo mejor es que, en su envase, puedes conservar durante mucho tiempo la verdura sin correr el riesgo de que vaya a perderse.
| Redacción: Duraderos.cc / Duraderos.blogspot.com
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