Durante las últimas semanas de cada año hay ciertas costumbres que se repiten: villancicos, dulces y gastronomía diversa navideña, el sorteo de Navidad, el belén y adornos navideños, la carrera de San Silvestre... Y las compras y regalos, claro. Entre esas compras hay un artículo especial que es imprescindible, bien sea para regalar, o para nuestro uso personal: las agendas.
Los teléfonos móviles, smartphones y ordenadores no han conseguido ni mucho menos eclipsar a las agendas en papel, por muchas razones. Entre esas razones destacaría, por ejemplo, el acceso y disponibilidad en todo momento, sin necesidad de enchufes ni baterías; la facilidad de encontrar la información, y sobre todo: el poder hacer de esa información algo mucho más fiable, sin temor a que se nos dañe o sus datos se corrompan, como puede ocurrir en las agendas electrónicas de los smartphones o del ordenador. Además, para usarlas no necesitaremos conexión ninguna, algo esencial porque no siempre la conectividad a Internet es fiable.