Diferencias entre anemómetro y anemógrafo



El anemómetro es un instrumento que sirve para medir la velocidad del viento. Hay diferentes tipos de anemómetros, siendo el más empleado el anemómetro "de cazoletas", formato por un molinete de tres o cuatro brazos en horizontal, con terminaciones en forma de cazoletas huecas que, al ser sometidas a la acción del viento, producen un movimiento rotativo en torno al eje vertical. Las revoluciones de dicho eje son las que nos informan de la velocidad del viento. También existen anemómetros con aspas, como las de un pequeño ventilador, muy empleados para mediciones manuales con aparatos portables.

Cuando, además de este sistema, se incluye un dispositivo de registro que nos permite visualizar la velocidad mediante una escala graduada o un display digital, el aparato recibe la denominación de "anemógrafo".

Uso de los fisurómetros para controlar grietas



Como su propio nombre indica, el fisurómetro es un instrumento que sirve para medir fisuras. Cuando aparece una grieta, es importante conocer la velocidad de desplazamiento, lo que nos pueda dar una idea de la gravedad de la misma. Los fisurómetros disponen de líneas o rayas de distinto grosor, para hacerlas coincidir con el ancho de la grieta. Cada línea tiene un valor en milímetros, que nos ofrece información sobre su magnitud. Si la grieta no aumenta de tamaño, sino que se mantienen estables, se pueden considerar un fallo menor o benigno, salvo que su anchura de boca (la parte más ancha) supere los 4 mm.

Además, también es importante controlar la profundidad de las grietas. Para ello se inserta una cartulina delgada y resistente, de 15 a 20 mm de ancho, y se mete por el interior de la grieta hasta el fondo. Cuando esté totalmente introducida, señalaremos con un lápiz una marca en la cartulina y la extraremos.

El calibre Vernier o "pie de rey"



El vocablo Vernier se aplica a varios instrumentos de precisión, y se debe al apellido de su descubridor, Pierre Vernier, matemático francés del siglo XVI (nacido en Ornas, en el condado de Bourgogne, Francia, en 1580, y muerto en 1637), el cual es conocido por el invento que lleva su nombre, calibre Vernier o Pie de Rey -como se le conoce popularmente-. Vernier describió este instrumento en su libro "Construcción, uso y propiedades del nuevo cuadrante de matemáticas", fechado pocos años antes de su muerte, en 1631.

Vernier se dio cuenta de que visualmente el ojo no puede discernir la distancia exacta entre dos divisiones dadas, pero sin embargo sí puede apreciar mejor esa distancia cuando las divisiones se superponen o coinciden, conformando entre ellas una línea recta. Este principio usó para desarrollar "el principio Vernier", que se usa en micrómetros, calibres, goniómetros y otros instrumentos de medida.

Prueba: yo-yó vintage de Legami



Todos los que más o menos me conocéis, sabéis mi enorme y enfermiza afición por los yo-yós. No en vano ya les he hecho varias reviews y dedicado un extenso reportaje a estos entretenidos "mecanismos" tan divertidos y simples. De cuando en cuando vuelven a ponerse de moda, o algún que otro fabricante nos sorprende con un modelo de yoyó más o menos llamativo. Éste es el caso que os traemos, se trata del yoyó "Vintage Memories" de los italianos de Legami, en su "deluxe edition" (tienen varias). En este caso la particularidad es que su diseño sigue la tendencia de los yoyós de los años sesenta y setenta, cuando este tipo de objetos de entretenimiento tuvieron su mayor difusión y experimentaron sus éxitos más notables. Así, es bicolor, con los bordes como se llevaba en aquellos años (en este caso en naranja, con la esfera del centro en plástico transparente), mientras que su dibujo hace referencia a la popular serie "Perdidos en el espacio", televisada desde 1965 a 1968 en los Estados Unidos.

Como veis, el aspecto del packaging, los detalles del mismo, y por supuesto el yoyó, está muy cuidado y es muy llamativo. Pero hasta aquí llega su guiño a los yoyó originales, puesto que en todo lo demás es un modelo que adolece de notables defectos. El primero de ellos es que funciona a pilas, lleva dos LR41 (tipo botón) que no son intercambiables. En las mismas instrucciones te dicen que, cuando se agoten las pilas, "tires el yoyó", una tontería supina puesto que el yoyó es perfectamente funcional sin pilas y, sobra decir, los yoyós originales no llevaban (ni tampoco las echábamos de menos). No sé por qué esa manía de hoy de ponerle pilas a todos los yoyós, imagino que es un intento de llamar la atención y hacer que se vendan más.

Los fraudes más comunes en la relojería mecánica



Ayer Guti me hablaba de un reloj que, a priori, era una auténtica delicia: calibre con movimiento manual (de esos que, por desgracia, tan poco se ven hoy), hecho en Suiza, cristal de zafiro antirreflejos, diseño de gran visibilidad y armis de tipo Bonklip. Todo ello en un reloj que rememora a los del ejército británico de los años cuarenta. Su precio estaba a la altura de lo elitista del modelo: 700 € (690 €, en concreto, nada menos).

Sin embargo, resulta que su fabricante "no lo había contado todo", y había hecho algo que, por desgracia, es práctica tan habitual en la relojería mecánica, y es ocultar mucha información sobre su construcción. Así, no contaban en las especificaciones que la corona iba roscada, que es un incordio cuando a un reloj tienes que darle cuerda cada día. Más aún: la cuerda no tenía tope, así que no sabías cuándo lo tenías ya totalmente cargado (podías estar dándole cuerda todo el día, y el reloj seguiría tal cual..., supongo que a su fabricante le daría igual). Y encima, la corona tenía una posición "fantasma", y no, no es que les haya sobrado tija, es que sencillamente el calibre era con ventana fechadora, que le habían tapado artificialmente.

Es decir, que uno compra una cosa, espera una cosa, y se encuentra con un batiburrillo de despropósitos totalmente diferente y un poco (o bastante) desagradable.

Por qué en China son tan competitivos en coches eléctricos



¿Sabeis cuantas marcas de coches eléctricos hay en China? Seguro que no acertaríais. Ni más ni menos que... ¡500! De hecho un directivo de BMW dejó el cargo y se fue a China a montar su marca de coches eléctricos, argumentando que como los alemanes no se pusieran las pilas - nunca mejor dicho -, lo iban a pasar muy mal, porque en motores de combustión son muy competitivos, pero en plataformas eléctricos los chinos les dan mil vueltas.

Y sin embargo uno mira por ahí y no se ve ni un coche eléctrico chino. Claro, el problema es que no puedes pedir un coche eléctrico por Aliexpress y que te lo lleven a casa (bueno, por poder..., pero me refiero a que no es competitivo y encima con todo el tinglado en papeleo que hay que armar), como sí puedes traer un reloj, una radio o un móvil. A Europa no le interesa que se vendan los coches eléctricos chinos aquí, porque la mayoría de su industria tiene de base el mundo del automóvil. En 2018 existían en China 2140.000 puntos de recarga de coches eléctricos, ¡en Alemania tan sólo 13.000! Son cosas que cuando las ves, te das cuenta por qué China está siendo cada vez más competitiva, o sea, no es algo que surja sin más.