Como su propio nombre indica, el fisurómetro es un instrumento que sirve para medir fisuras. Cuando aparece una grieta, es importante conocer la velocidad de desplazamiento, lo que nos pueda dar una idea de la gravedad de la misma. Los fisurómetros disponen de líneas o rayas de distinto grosor, para hacerlas coincidir con el ancho de la grieta. Cada línea tiene un valor en milímetros, que nos ofrece información sobre su magnitud. Si la grieta no aumenta de tamaño, sino que se mantienen estables, se pueden considerar un fallo menor o benigno, salvo que su anchura de boca (la parte más ancha) supere los 4 mm.
Además, también es importante controlar la profundidad de las grietas. Para ello se inserta una cartulina delgada y resistente, de 15 a 20 mm de ancho, y se mete por el interior de la grieta hasta el fondo. Cuando esté totalmente introducida, señalaremos con un lápiz una marca en la cartulina y la extraremos.
Una vez fuera, mediremos el extremo de la cartulina hasta la marca del lápiz. Esto nos dará a qué nivel de la estructura de la construcción afecta el daño: si es inferior a 20 mm., se considera que sólo afecta al guarnecido o carga, por lo que no es un problema grave. Si es mayor de 20 mm. la distancia de profundidad, entonces no es un daño superficial y puede verse afectada la construcción, por lo que es, o puede derivar, en un grave problema estructural.
Si, además, la grieta va aumentando de tamaño y profundidad cada poco tiempo, se la llama "grieta viva". Este tipo de grietas deben ser tratadas por profesionales, ya que puede ser necesario apuntalar o reforzar los cimientos, o en su caso demoler la construcción, para evitar derrumbes imprevistos.
Los fisurómetros pueden ser de una dirección (lineales), o de dos direcciones (en cruz), en este último caso miden la separación tanto horizontal como verticalmente de la grieta. Se pueden colocar con tornillos o adhesivos, y también se les llama "crack monitor" o "medidores de grietas".
Tras instalarlos, un nonio nos indicará la lectura correcta (normalmente una flecha indicadora, aunque depende del modelo). Luego se deberán revisar cada 7, 14, 30, 60 y 90 días, con lo cual se realizará una gráfica de los movimientos de la grieta.
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Pues no tenía ni idea de que existieran este tipo de medidores!
ResponderEliminarsi no recuerdo mal antes se utilizaba un parche de escayola o algo así. O sea, si rompía el parche, algo pasaba. Claro que los fisurómetros son mucho más eficientes. El de la primera imagen está genial, porque te va marcando perfectamente la movilidad de la pared o el tamaño de la fisura.
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