Hace unos días conversaba con una persona que se dedica a la restauración y me contaba cómo había dejado de acudir de compras para sus proyectos a Ikea. Según él, además de que en calidad y precio no difería de una tienda de los chinos (no hay nada nuevo bajo el sol, y si ponen los productos baratos por algo es), me contó que ya le había ocurrido varias veces el acudir a Ikea, ver un producto de oferta y aprovechar para comprarlo, y luego al pagar en caja y mirar el recibo darse cuenta de que de oferta nada, había pagado el artículo sin descuento. Me contó que también conocía a más personas que les había ocurrido algo parecido, y que parecía no ser el suyo un caso aislado.
Le dije que en efecto, que esa era una técnica por desgracia cada vez más habitual en centros comerciales y grandes almacenes. De hecho a mí mismo ya me ocurrió varias veces en El Corte Inglés.