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Economía de escala (o por qué las bombillas que fabricamos aquí se venden en China)


Tengo un amigo que posee un taller, en el cual se dedica a la construcción y montaje de diferentes elementos arquitectónicos para servir de decoración y utilería. Él siempre defiende los productos de origen español y a los proveedores españoles, e intenta adquirir las piezas que él no puede construir, así como las piezas accesorias, siempre en proveedores regionales y, de no ser posible, en proveedores nacionales. De esta forma intenta proteger no solamente el producto español, sino el trabajo hecho por mano nacional.

Pero hace unas semanas, mientras conversábamos me decía que estaba intentando encontrar unas piezas para uno de sus modelos que no encontraba por ningún sitio, y que él creía que quizá incluso ni se producirían cosas como la que buscaba. Me comentaba que estaba sopesando el producir esas piezas él mismo, aunque eso le fuese mucho más caro. Las piezas que él pensaba producir serían de aluminio y para ello tendría que adquirir grandes listones de ese metal. Luego, a otro proveedor, encargarle cortarlos a determinadas medidas y con determinadas formas, y hacer finalmente él mismo la terminación y el acabado.

Lámpara de escritorio de Philips


Ya os he contado el problema que tenía la casa de un familiar con las lámparas de bajo consumo. Una idea para solucionarlo (bueno, mejor dicho para salir del paso) es usar lámparas de escritorio (o de pie). No obstante y con ésto había otro inconveniente, y es la escasa durabilidad que, por lo general, tienen. Hasta ahora por unos diez euros había estado salvando los muebles con esas lámparas que se pueden encontrar "en los chinos", que tienen buena pinta y poseen el exterior de metal, pero que en cuanto a calidad dejan mucho que desear.

Por de pronto, y eso le ha ocurrido ya varias veces, con impactos o caídas la bombilla se funde de inmediato. Otro problema añadido es que calientan bastante y "desprenden olor" (sí, y no tiene nada que ver con los watios, debe ser más bien cuestión de los materiales de construcción), y encima sus interruptores no aguantan demasiado. De encender y apagar se les borran las marcas y no es eso todo lo malo, sino que se estropean y a veces tienes que presionar con fuerza para prenderla.