Por desgracia los españoles tenemos un muy ingrato recuerdo con los aceites de uso alimenticio, debido a la desagradable experiencia de los afectados por el aceite de colza (algunos con secuelas para toda la vida, por cierto). Obviamente no es el mismo caso, pero detrás se esconden las mismas causas: el interés de empresas sin escrúpulos que persiguen los mayores beneficios sin tener en cuenta quiénes les dan esos beneficios, o sea, sus consumidores, sus clientes.
Hasta ahora las compañías (como las operadoras de telefonía y fabricantes, con las radiaciones móviles, o incluso en su día las tabacaleras, llegando a pagar estudios "científicos" para que concluyeran incluso que el tabaco era casi algo "saludable") se escudaban diciendo que los estudios y ensayos clínicos respecto al aceite de palma "no eran concluyentes". Eso a pesar de que, desde hace tiempo se sospechaba de que su uso, cada vez más generalizado, podía llevar a consecuencias desastrosas, como así ha sido.
La principal razón que llevaba a muchas compañías de alimentación a utilizar aceite de palma en sus productos era el tema de costes. Y es que, mientras una tonelada de aceite de oliva cuesta 3.500 euros, una de aceite de girasol, 900 €, el aceite de palma cuesta 650 €. Si lo vemos fríamente, en realidad la diferencia entre el aceite de palma y el de girasol no es tanta, pero eso nos viene a dejar claro hasta qué extremos llega la codicia de las multinacionales del sector de la alimentación. Lo más lamentable e indignante es que eso lo hacían incluso las empresas más elitistas del sector, que venden sus productos más caros. Es decir, si lo hiciera galletas Gullón, que tiene las galletas más baratas del mercado, o una crema de cacao de marca blanca, podría tal vez -y digo "tal vez"- hasta entenderse por temas de costes. Pero es que eso lo hacían -lo hacen- las empresas que tienen la crema de cacao más cara de las estanterías del supermercado, como Nutella, y las que tienen las galletas más caras de entre todas las de sus competidores, como Cuétara. Por lo tanto es más alarmante aún, porque no solo estás pagando el precio más caro por lo que debería ser un buen producto, sino que ese precio no se redunda en eso, en el producto mejor, sino en que sus ganancias sean mayores. O dicho de otra forma: estás pagando un producto a un alto precio, y ellas te ponen los ingredientes más baratos para ganar más.
Pero no son solo esas dos, en el listado de algunas (hay muchas más) de las empresas que usan aceite de palma en sus productos, aparecen marcas de todo tipo, y algunas muy caras (y muy famosas):
- Crema de cacao Nutella
- Crema de cacao Nocilla
- Galletas Oreo
- Galletas Tuc
- Galletas La Buena María de Fontaneda
- Chocolates Ferrero Rocher
- Chocolates Kinder Bueno y Kinder sorpresa
- Chocolates Kit Kat
- Chocolates Mars
- Chocolates Snickers
- Chocolates Twix
- Bombones de Lindt
- Dulces M&Ms
- Leche junior crecimiento de Nestlé
- Pizza de Casa di Mama
- Donuts
- Caramelos Sugus
- Cereales sabor yogur Special K de Kellogg's
- Margarina Tulipán
- Margarina Flora
- Doritos
- Patatas Ruffles
- Crema de marisco de Knorr
- Tortellini de queso de Knorr
- Cereales Nesquik
- Cereales Estrellitas de Nestlé
- Postre tiramisú de Dhul
- Masa de hojaldre de Buittoni
- Bacalao rebozado de Findus
- Sobaos de Martínez
- Canelones de atún de Maheso
- Flautas de bacon y queso de Azteca
- etc., etc.
Algunos supermercados, ante la negligencia aparente de las autoridades y el desinterés de las propias marcas afectadas, han decidido tomar la iniciativa y han vetado y retirado de sus estanterías algunos de los productos de estas marcas, tal es el caso de Nutella, marca que en algunos supermercados italianos ya no puede encontrarse.
Seguramente a estas alturas ya sabes cual es la problemática del aceite de palma: que es barato, pero posee un sabor característico que pasa a los alimentos que se preparan con él. Para evitarlo, los fabricantes hierven ese aceite a altas temperaturas (en torno a los 200 grados), para "tostarlo" y eliminarle ese sabor. El problema es que a temperaturas tan altas el aceite produce grandes cantidades de sustancias cancerígenas, que incluso puede alterar la estructura del ADN.
De momento, y dado que muchas de esas compañías no cambiarán de aceite (hasta que no vean bajar sus ventas), la única solución por parte del consumidor es que elija otras marcas alternativas, que no usen ese tipo de aceite. Por fortuna hay bastantes, sin ir más lejos en lugar de Nutella se puede elegir Amadin (que además, es ecológica), y en lugar de galletas de Cuétara, podemos elegir otras de un sinfín de opciones. Puede que entonces se den cuenta sus ejecutivos que no compensa jugar con la salud de sus consumidores, por ganar un poco más. Por desgracia, este no será el último caso de esta índole, pero lo más lamentable, insisto, es que esto lo hagan marcas de las más caras que, supuestamente, deberían tener por ello los productos de la más alta calidad. Ya no nos podemos fiar de nadie.
| Redacción: Duraderos.com / Duraderos.blogspot.com
Vivimos en ese mundo, por desgracia. Exceso de azúcar, de sal, aceites de palma, ... Lo triste, es que no sólo aplica a la bollería industrial, sino a multitud de alimentos.
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