Os contaba hace poco los peligros de utilizar aluminio como recipiente para consumo, y cómo una de las marcas que más abusaba de ello -por desgracia- es española. Hoy vamos a ver una muestra más de esto que decimos, y se trata de su taza de metal que, sin referencia alguna (un enorme defecto que ya vimos en la anterior botella-thermo que estos de Laken tienen como algo habitual) solo aparece con el registro 39.02498/MU. El "MU" hace referencia a la región de Murcia (donde son originarios estos de Laken), y ese registro no pienses que tenga nada que ver con el lote o la taza: comparten el mismo registro -por inverosímil que os parezca- sus cantimploras, o sus otras tazas, aunque no sean de aluminio. Dicho de otra manera: yo fabrico una barra de chocolate, y ese registro lo pongo a yogures, caldos, fritos, y zumos. Pues más o menos es eso lo que han hecho en Laken. Así que el que aparezca ese registro es simplemente "pose", no es garantía de nada -o de apenas nada-, porque no se refiere al producto en cuestión (en este caso la taza), sino a todos los productos que fabriquen. O sea: es un registro genérico, y no para ese artículo.
Muestra de la incongruencia una vez más de los productos de Laken, que va vimos en la anterior prueba de sus botellas thermo, es que en esta ocasión se nos advierte que no se use el producto caliente. Es algo lógico, porque el metal transmite muy bien el calor y, si lo ponemos al fuego -aparte de no ser nada saludable al ser aluminio- al coger el recipiente podemos sufrir serias quemaduras. Pero en esa incongruencia, insisto, en Laken nos venden esta taza con un mango de plástico para evitar quemarnos, lo que no tiene ningún sentido. Un mango que, además, es de aspecto gomoso y que rodea todo el canto de la taza, dando una sensación muy desagradable en los labios a la hora de beber (es muy grueso). ¿Por qué lo han hecho así, entonces?
La explicación es otra, y es para ocultar los bordes cortantes del aluminio, es decir, en realidad el producto es un vaso de aluminio, al que le han añadido esa especie de mango no para convertirlo en una taza solamente -que también-, sino, principalmente, para que no acabes con los labios destrozados y llenos de heridas al beber. Esto es mucho más grave aún si tenemos en cuenta que este tipo de artículos son para un uso en exterior, por lo que sufrirán un trato bastante rudo y daños, y ante eso es muy poco probable que el mango (y el borde protector) resistan. Ante esto salta a la vista que con un simple examen por encima no pasaría control sanitario alguno, y si lo ha pasado con la numeración que os contábamos al principio es, simplemente, porque es una numeración no específica para esta taza.
¿Cómo en Laken se permiten la osadía, pues, de comercializar un producto tan malo y tan erróneamente diseñado? Uno no puede dejar de pensar que puede ser, simplemente, porque les importa un pimiento lo que la gente piense o haga con ello, y obrando así no nos extraña luego que la mayoría de personas se decanten por marcas extranjeras como Stanley, o chinas, porque si el "Made in Spain" es tan malo, es mejor no acercarse a ello. Porque si algo debería llevar implícito un "Made in Spain" o un "Hecho en España" no es solo un producto hecho en nuestras tierras y por nuestra gente sino, también, un producto con más calidad que los de fuera, aunque sea a un precio ligeramente más caro. Estos artículos de Laken no tienen nada de eso, y siendo mucho peores que cualquier artículo de esa índole adquirido en una tienda de chinos, poca competitividad les va a quedar. Cualquier persona que apueste por esta marca por su "Made in Spain" y vea el resultado obviamente no repetirá compra, por lo que no están más que tirándose piedras contra su propio tejado, lo que es una auténtica pena porque por un mínimo esfuerzo podrían haber hecho un producto muchísimo mejor -por ejemplo, de acero inoxidable- y con un diseño mejor -por ejemplo, con una boca que nos facilite la limpieza, en el thermo que probamos en la ocasión anterior-.
Ciertamente esta taza de Laken da auténtico miedo, y no solamente es peligroso al usarla, sino muy engorrosa de limpiar por el reborde interior de plástico, bajo el cual tiene tendencia a acumularse mucha suciedad. No es precisamente un producto para el campo que uno espere dejar listo para el próximo uso lavándolo bajo el chorro de un grifo o de un arroyo de montaña.
Con todos estos defectos, uno se pregunta por qué las autoridades sanitarias y de consumo en España permiten que objetos así se comercialicen. Se esperaría de un producto chino de baja calidad y de exportación, pero en un producto con el sello y marca de la península no debería permitirse su venta. Y uno también se pregunta, entonces, qué tipo de controles ha pasado (si es que ha pasado alguno, ya hemos visto que el control de las autoridades sanitarias que ponen en el etiquetado no corresponde con el artículo, o no es de este artículo específicamente, para ser más exactos), y qué clase de inspectores le han dado el visto bueno, si a todas luces queda patente que ni es saludable, ni seguro, ni aconsejable de usar, más aún como recipiente para alimentos y bebidas.
No quiero pensar que todo se deba a que los inspectores son más, por decirlo de alguna manera, "permisivos" por llevar el sello de Made in Spain, más bien tiendo a pensar que en Laken ni se han preocupado en someterlo a los más mínimos controles. Eso, y que esté hecho de aluminio "al desnudo", nos hace aconsejar a todo aquel interesado en este producto, o parecidos de esta marca, que se lo piense dos veces antes de comprarlo.
| Redacción: Duraderos.esRevistas.com