Hace unos días leía en una conocida publicación de Internet que había déficit de desarrolladores de software. Me llamó mucho la atención, porque es una coletilla que se suele repetir de tanto en tanto (ya cuando estudiaba los profesores nos anticipaban un futuro esperanzador porque las empresas nos acogerían con los brazos abiertos y nos pondrían un camino de rosas) y que dista mucho de ser verdad. O mejor dicho, es media verdad, pero no te cuentan la verdad completa.
Luego, cuando llegas al mercado laboral "crudo y duro", te das cuenta que no es ni por asomo así, que los desarrolladores e informáticos hay tantos que salen hasta de debajo de las piedras, y que las compañías y consultorías de software más que pelearse por ti, te ignoran y te desprecian. Y por supuesto, los años que estuviste quemándote las retinas en formación, seminarios y másteres, los tienen muy poco en cuenta (a no ser que acabes de hacerlo con las últimas herramientas de la última moda que hayan salido y en los últimos años).
Lo que no te cuentan es cuando vas a entrevistas de trabajo, como voy yo, y no te quieren porque para ellos estás obsoleto. Da igual que te hayas pasado treinta años programando, si no sabes lo último de la porquería del framework de Microsoft (por cierto, no se si lo sabes, los de Redmond han comprado GitHub, fue bueno mientras duró) o de cualquier IDE o RAD que esté de moda (ahora Bootstrap, antes era Flash y Action Script), no sirves para nada. Si tienes más de cierta edad, no sirves para nada. Si no has sacado el título en los últimos cinco años, no sirves para nada.
Conozco gente que ha invertido muchos cientos de euros en su momento para ponerse al día con Action Script. Puedes imaginarte dónde están ahora: uno, trabajando en una herrería -sí, como ves tiene mucho que ver con el desarrollo de software-, otro, alimentando las listas del paro y probablemente acabe de peluquero. Esa esa la realidad de eso que te cuentan de que "faltan desarrolladores".
Claro, cómo no va a haber escasez de programadores... Lo que pasa que no interesa contratarlos. En informática ayer no es ayer, es hace un siglo, y no ocurre como en otras profesiones -medicina, química...- en donde los conocimientos previos te sirven para algo, aquí es empezar a contar de nuevo porque a algún "espabilado" o "señorito" en Sillicon Valley se le antoja que ahora es mejor hacer las cosas de diferente forma.
Lo mismo con los másteres, certificaciones y todas esas burradas. Recuerdo que en mis años se llevaban mucho las certificaciones de Java, oficiales de SUN. Hoy ni siquiera existe SUN, no hablemos ya de la risa que le producirá a quien le digas el dinero que te gastaste en ese tipo de certificaciones, de los desplazamientos y tiempo perdido para sus seminarios, y de lo que te valen ahora.
Lo mismo que el empresario que prefiere programar en .NET o en HTML 5 gilipolleces que en cinco minutos las podría tener en otro lenguaje antiguo, o usar frameworks solo porque se llevan y las compañías de software le venden la moto que es lo mejor. Y da igual que tú sepas desde los cuatro años programar, porque si no sabes de eso no sabes absolutamente nada.
Algunos programadores piensan que por picar cuatro líneas de código tienen acceso a algo alquímico a lo que pocos pueden acceder, no recapacitan que a la mayoría de la gente de a pie les importa un pepino. Es algo así como considerar que un electricista tiene dones especiales por saber la distribución, esquema y disposición de los cables de una casa, y poder poner y quitar un cuadro eléctrico. Como si los conocimientos informáticos fueran algo especial, y la realidad es que en el mundo real nadie -excepto nosotros mismos- los aprecia. Sí, bonito titular para vender periódicos cuando sale un virus o algún malware para Android, porque eso quitará de chatear y de enviar mensajes por Whatsapp a unos cuantos. Ya ves qué esencial.
A la mayoría de programadores y estudiantes de ingeniería informática les engañan a base de bien; cuando se encuentren con la cruda realidad de que están menos valorados que un moco de elefante y que van a pasar sus mejores años encerrados en un cubículo con cientos de miles de "pringados" como ellos, sentados sobre un sillón de tortura criando ciática y friéndose los ojos para producirle euros (o dólares) a sus jefes, en esas "granjas de gallinas humanas" que son muchas de las consultorías modernas, la cosa cambiará. Pero ya no tendrán vuelta atrás.
Pasa algo similar para programar para smartphones..., eso sin tener en cuenta que, para hacerlo, necesitas un pedazo aparato que no cualquiera puede tener, ni desde luego encuentras en una biblioteca pública. Pero así está montado, hay que vender que faltan desarrolladores, que todo el mundo se apunte a carreras tecnológicas, y luego a los cinco años a la cola del paro porque lo que aprendieron no les sirve para absolutamente nada. Bueno, sí, para hacer programas freeware.
| Redacción: Duraderos.esRevistas.com