Actualmente existe una crisis acuciante y alarmante en torno a los dispositivos electrónicos, en concreto a los fabricantes de chips. Esto ha obligado que se hayan tenido que aplicar ERTEs o paros generales en algunas industrias, en España ha afectado tanto a Seat como a Ford (este segundo no podrá iniciar la fabricación de sus automóviles hasta junio) debido a que carecen de los chips que utilizan para sus vehículos.
La culpa, se dice, es del consumidor, por la alta demanda que ha habido durante la pandemia de dispositivos electrónicos y, a la vez, el enorme ritmo de rotación de productos, lo que ha hecho que algunos expertos ya vaticinen subidas del más del 130% en el precio de algunos de estos dispositivos. Se dice que los consumidores compran el último smartphone sin superar el antiguo apenas los dos años de uso, y que mientras en ordenadores antiguamente era habitual mantener en funcionamiento el ordenador de seis a ocho años, ahora los ordenadores se cambian, por término medio, a los tres o cuatro años.