¿Quién no recuerda aquellos sobrecitos con pañuelos empapados en perfume -también llamadas muestras o toallitas perfumadas-, tan populares durante los años setenta y ochenta? Podría decirse que no había "gentleman" de etiqueta que no se llevase uno consigo, metido en el bolsillo interior de la chaqueta.
Marcas como Brummel, Andros, Varon Dandy, Williams, Brando, Vorago..., eran muy habituales en los bolsillos de los hombres (y otras femeninas, por supuesto, en los bolsos de las mujeres), jóvenes y mayores, que podían disfrutar llevándose su colonia consigo. Era, además, una forma de merchandising fantástica, y hay que reconocer que el pañuelito te venía pringoso hasta los topes y te dejaba bien "empapado".