Probablemente los que tengáis más edad recordaréis que, ver un producto con un embalaje cuya información estuviera en inglés era algo muy poco habitual en nuestro país. Cuando de adolescente acudía a un gran centro comercial de la capital, me resultaba enormemente extraño encontrar algunos productos importados - muy pocos - con una pegatina en español, y debajo la información original, en alemán o/e inglés, lo cual me llamaba mucho la atención. Eran esas las escasas ocasiones, porque en el resto de tiendas los productos con toda la información en español era lo más habitual.
Sin embargo, durante estos últimos años, y en especial en esta pandemia, hemos tenido ocasión de ver cómo, a falta de productos nacionales, es lo habitual encontrar productos con toda la información en idioma extranjero, y nada de ella en español. Aunque yo, en el colegio, estudié francés, siempre me empeñé en tratar de aprender inglés, porque en una de mis pasiones - la informática - no eras nada sin una base de inglés. Es cierto que de todo lo aprendido, y casi sin practicar, muy poco me queda, pero puedo leer bastante bien la información en inglés, no es algo que me resulte, en cierta manera, "extraño". Esto se debe también a varias razones, y es que siempre procuro tener el inglés en mi día a día: poner mi teléfono móvil con sus menús en inglés, usar relojes con la información en inglés, y leer las etiquetas e información de envasado en inglés.