El método de enseñanza fotosilábico de Paláu



Una orden del Ministerio de Educación y Ciencia de 1954 autorizaba el uso del método Paláu como aprendizaje a la lectura. Ideada por el polifacético Antonio Paláu Fernández, fallecido a principios de siglo (La Bañeza, León, 1914 - 2001), la cartilla Paláu (y su método correspondiente) servía para aprender a leer a los niños mediante un método sencillo de imágenes acompañadas de dibujos que los pequeños podían relacionar, llamado "método fotosilábico".

Paláu fue un escritor, escultor, pedagogo y ensayista, además de maestro de escuela nacional, doctorado en derecho, y pintor. Antes de su famoso método, Paláu ya había publicado obras como "Espíritu y técnica del color y la forma" (1950), o "Guía monumental y del tursmo de Asturias" (1951). Sin embargo, sería conocido por su método que se propagaría a todas las escuelas públicas dentro de la campaña contra el analfabetismo en España, que llevaría a cabo el Ministerio de Educación.




Antonio Paláu Fernández se implicó personalmente con su método, que trataba de luchar contra la lacra del gran número de personas analfabetas que, por aquél entonces, existía en España (en 1950 había un 17% de los adultos en España analfabetos). Para reducir esas alarmantes cifras se creó también la Junta Nacional contra el Analfabetismo, con sedes por todo el país. Por su parte, desde la aprobación de su método Paláu pediría una excedencia en el trabajo y se dedicaría a viajar por las escuelas del territorio español para formar al profesorado respecto a la correcta utilización de su sistema pedagógico. Su método "fotosilábico" tuvo tanto éxito que otros países como Portugal, Francia, Italia o Alemania lo adoptaron como método de enseñanza en sus propias escuelas, además de algunos otros países latinoamericanos.

Inicialmente las cartillas consistían en 4 números, que luego acabaron reduciéndose a 3, con dificultades cada vez mayor en cada una de ellas. Además de la complejidad de las palabras, también se cambiaba a medida que el alumno avanzaba el tipo de letra, comenzando con una artística e infantil grafía cursiva y pasando luego a letras de imprenta. La ventaja del método de Paláu respecto a otros, era que no se necesitaba realizar esfuerzos memorísticos, y el avance era por lo tanto más natural y grato.

Las cartillas se editaron bajo el sello de Anaya, que ni decir tiene les supuso pingües beneficios, no solo porque era la cartilla oficial del colegio, sino que muchos padres llegaban a comprarlas para sus niños con el fin de que estos comenzasen a aprender a leer en sus casas, y cuando llegasen al colegio ya estuvieren más avanzados. El método de Paláu, como suele ocurrir, acabó encontrando muchos imitadores: Disney publicó en Susaeta Ediciones su propia "cartilla fotosilábica", utilizando, cómo no, en las imágenes sus personajes de Mickey, Donald y demás. También existía la cartilla Amiguitos, formada con 3 cuadernos de lectura y nada menos que 12 de escritura.

Paláu continuaría dedicándose al arte y a la escultura, con obras que pueden verse en instituciones públicas y privadas, sobre todo en la provincia de Asturias, con la que estaría siempre íntimamente muy ligado. De hecho sería en Oviedo donde fallecería, a los 87 años, este hombre de gran talento artístico y con el que muchos españoles aprendieron a pronunciar las primeras palabras escritas sobre papel.

| Redacción: esRevistas.com / esRevistas.blogspot.com




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2 comentarios :

  1. Recuerdo haberlo visto en algún libro de texto antiguo, pero a mi no me pilló, o no lo recuerdo. Interesante el desglose de la historia que hacéis.

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    1. Tú estudiaste en un colegio privado. De eso no había :)

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