En una reinterpretación del histórico reloj cronógrafo militar Minerva de 46 mm, de la década de 1930, y equipado con el calibre original 19-09CH, el nuevo Montblanc 1858 Cronógrafo Split Second Edición se presenta en una exclusivísima edición limitada a 18 ejemplares, todos con una caja de oro de 18 kilates producida con un innovador acabado denominado Lime Gold, que hace referencia a su color verde/amarillo pálido, y que es, además, la primera caja de este tipo en Montblanc. Este acabado se ha logrado con una aleación de oro de 18K (un 750%), la incorporación de plata (238%) y de hierro (12%). La firma de la famosa montaña ha querido, con ello, darle un aspecto "añejo" al reloj.
Otro detalle de refinamiento es el aspecto tridimensional de sus numerales, logrado por sus proporciones y elevaciones de día, y por su iluminación de noche. Para lograrlo, los números han sido tratados con Super-LumiNova a través de un proceso patentado que encapsula el material luminiscente en forma de bloque en los contornos. Eso no es todo, el cristal frontal ha sido sometido a un tratamiento de anti-magnetización en el interior del compuesto del zafiro, con la intención de ofrecer una mejor precisión de las manecillas y de los dos punteros de segundos del cronógrafo, impidiendo que campos magnéticos los alteren o "retengan" momentáneamente.
Como el modelo original en el que se basa, el Montblanc 1858 Cronógrafo está dotado de una escala telemétrica en kilómetros. El telémetro era una característica común de los legendarios cronógrafos Minerva, el cual permite medir la distancia de un fenómeno visible o/y audible (por ejemplo, y sin ir más lejos, saber la distancia a la que cayó un rayo desde donde estamos). En el centro de la esfera encontramos también un taquímetro de base 1000, en un bonito diseño de caracol, el cual le facilita al usuario medir un periodo de tiempo de hasta tres minutos, en lugar de ceñirse al minuto como los cronógrafos tradicionales. También permite medir la velocidad de un objeto en movimiento, como un automóvil o un tren.
Todo ello lo mueve el calibre propio MB M16.31, que es una inspiración de los mencionados calibres Minerva 19-09CH originales de 1909, y de sus posteriores de la década del 20 que eran utilizados para relojes de pulsera. El acabado del calibre se ha realizado con Côtes de Genève, granulación circular y chaflán, todo realizado en la manufactura que Montblanc posee en Villeret. El calibre ofrece una reserva de marcha de 50 horas, y al igual que el antecesor, cuenta con el puente en V cuyo diseño se patentó en 1912, ofreciendo una frecuencia de 2,5 Hz/18.000A/H. Y, por supuesto, es de remonte manual.
El original:
| Redacción: esRevistas.com / esRevistas.blogspot.com
El diseño ni fu ni fa, pero ese calibre es super-bonito. Está claro que además de hacer buenas estilográficas están empezando a saber hacer buenos relojes.
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