Los coches de J. G. Chamorro y Fénix Hebrón, frente a frente



Fénix Hebrón -. Tenía muchas ganas de esta "comparativa", un enfrentamiento entre dos pesos pesados dentro de los compactos deportivos de los de las marcas más poderosas (e históricas) de Europa, como lo son Peugeot y Volkswagen.

Al Volkswagen Polo me une una historia muy curiosa. Fue uno de los primeros coches que probé tras obtener el carnet de conducir, un precioso Volkswagen Polo coupé de los ochenta que había conseguido que el dueño me lo rebajase hasta los 300 €. Es de estas cosas que temes dejar escapar y aún hoy son muchos los días en los que me pregunto el por qué no lo adquirí. Y es que aunque de motor estaba bien (y era una mecánica sencillísima la de aquellos Polo), y la carrocería exterior era espectacular (aún lo es, es una imagen que contiñúa siendo agresiva y seductora a través de los años) el interior me desilusionó un poco, por lo descuidado que estaba. Y otro hecho que me acabó de rematar fue el saber que su dueño había dejado de conducirlo a diario sin darme una "razón aparente" de ello. Fue una pena porque ahora yo tendría el modelo antiguo y más histórico del mismo Polo que posee ahora Guti, el GTI.




Pero aparte del Volkswagen Polo, otro modelo que me cautivó desde que lo vi fue el Peugeot 104. Me estoy refiriendo al 104 MK2 de los años setenta pues, como seguramente muchos sabéis, el 104 tuvo variantes no demasiado acertadas, además de restylings con el fin de compartir plataforma (eran básicamente el mismo modelo, pero con diferentes emblemas de marca) con el Talbot Samba, y con el Citroen LNA.

En aquellos años setenta la versión deportiva del 104 se denominaba con las siglas ZS, un modelo de tres puertas (había 104 también de cinco puertas) con un aspecto brutal. En 1979, con el fin de homologarlo para carreras, Peugeot lanzó una variante aún más radical, comercializándose de ella solo 1.000 unidades, y con una potencia de 93 CV (para sus 780 kg., imaginaos). Era un modelo enormemente elitista, de hecho era más caro que la mayoría de sus rivales, e incluso que rivales superiores. En Francia el ZS 2 costaba 38.000 francos, cuando el Volkswagen Golf GTI (mejor en todos los sentidos) costaba 40.500 francos.



Volkswagen, que por aquel tiempo estaba todavía relamiéndose del éxito de los primeros GTI's "puros", con el Golf GTI mencionado, aún tardaría bastantes años en ofrecer un compacto deportivo en el Polo, de hecho durante toda la década de los ochenta no lo tenía, probablemente para que no compitiera con su líder de ventas en esa categoría, el GTI de Golf.

Hoy las cosas han cambiado muchísimo, y el Polo GTI se solapa en muchos aspectos con el Golf GTI, eso, que a priori es beneficioso, tiene su contrapartida en un precio más elevado que el del Polo "normal".

Por supuesto no tiene absolutamente nada que ver comparar un deportivo compacto setentero, como era el 104 ZS o ZS 2, con un deportivo de última generación, como es el Polo GTI.



En nuestro país Peugeot no empezaría a ser una marca conocida hasta la adquisición de SIMCA, a finales de los setenta. De hecho en aquellos años Peugeot apenas salió de francia, la relativa poca inversión que se requería en desarrollar un coche y su enorme popularidad en tierras galas como marca típicamente "de la casa" posibilitaba el que la marca del león disfrutase de una economía bastante saneada, una marca que, fuera del territorio francés era totalmente exótica, y lo sería durante bastante tiempo hasta que empezó a tragarse "gigantes" de la industria automotriz europea, aprovechándose de ellos: Citroen primero - vendida por Michelin -, la mencionada SIMCA, Talbot (que era propiedad también de SIMCA), y últimamente Opel.

Por su parte, la historia de Volkswagen es bien conocida por todos, estandarte de la alemania nazi, en realidad Volkswagen era un modelo, que luego (como ocurre ahora con Mini) se convertiría en toda una marca. Era "el coche del pueblo", el Beetle que luego sería conocido como "escarabajo". Es curiosa la transformación de imagen de esta compañía, que bajo el sello Porsche (en realidad el Beetle no sería más que un 911 "a lo compacto", con la misma imagen y diseño mecánico del famoso Porsche 911) pudo lograr una de las formas estéticas más conocidas del mundo del motor, con una imagen aerodinámica y estilizada adelantada a su tiempo, nacida del ingenio del mismo Ferdinand Porsche.

La necesidad de motorizar Alemania en la posguerra llevó a que el Escarabajo pasase a ser uno de los modelos mas populares, asequibles y fáciles de reparar.



El Volkswagen Polo vería la luz en 1975, como un modelo de los superventas compactos que por aquellos años triunfaban en el mercado europeo, aunque en realidad era la apuesta de Audi a los compactos, e iba a ser el Audi 50 (es decir, iba a ser en Audi lo que en Volkswagen era el Golf). De hecho, el Audi 50 existió desde 1974 hasta 1978, momento en que Volkswagen (que había adquirido el control del 50% de NSU en 1964) decidió que Audi no ofreciese modelos pequeños. Para Volkswagen le vino bien, pues pudo con ello "devaluar" al Polo y ofrecer un utilitario un escalón por debajo del Golf, un compacto que ha ido creciendo (también en tamaño) hasta el punto que Volkswagen ha tenido que incorporar un modelo mas pequeño, el Up!, mientras el Polo podíamos decir que está muy cerca de las dimensiones y características de los Golf, pero con precios ligeramente más contenidos, por lo que su compra es una decisión muy inteligente.

Por su parte, el Peugeot 104 ZS no ha tenido continuidad, aunque podríamos encontrarla en el Peugeot 108, pero realmente no existe ni una versión ZS, ni es netamente Peugeot como sí lo era el 104.

En las imágenes vemos el 104 de la elitista variante ZS, en un modelo de los más cuidados a esa escala, el creado por el especialista Norev y muy fiel en detalles con el real. El Volkswagen Polo por su parte es también la versión más deportiva del mismo, la GTI, creada a la misma escala que el 104 por BBurago. Llama la atención, a pesar que ambos modelos pertenecen al mismo modelo de compactos o "mini cars", las considerables dimensiones del Polo, mucho más amplio y mayor, que los pequeños compactos de los setenta, de dimensiones realmente contenidas. Ambos son una buena muestra de unos modelos cuya comparativa, de haber sido con variantes reales, dejaría aún más a las claras diferencias de todo tipo, no solo mecánicamente y en dimensiones, sino también en seguridad. Por supuesto, eso no desmerece para nada el hecho de que el Peugeot 104 siga siendo, estéticamente, una auténtica delicia.


















| Redacción: esRevistas.com / esRevistas.blogspot.com




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1 comentario :

  1. Me ha encantado el homenaje. La verdad que los modelos están muy bien reproducidos. Y el 104 una alegría verlo ya que como decís, aquí apenas se vio (si el LNA y sobre todo el Samba).

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