Mascarillas quirúrgicas IIR



Tras casi un año ya de pandemia, y varias olas epidemiológicas que llevamos sufridas (estamos ya inmersos en la tercera), por fin tenemos a los primeros fabricantes españoles de mascarillas que llegan al mercado de manera generalizada y fáciles, relativamente, de encontrar. Esta espera se ha compensado en parte, porque llegan y por la puerta grande: con mascarillas quirúrgicas IIR (coloquialmente conocidas como "dos erre"), y no con las habituales mascarillas higiénicas venidas de China, que era las que teníamos hasta ahora.

Las mascarillas quirúrgicas tienen bastantes ventajas respecto a las mascarillas higiénicas que todos veníamos usando hasta ahora, y aunque no llegan al nivel de filtración y protección de las FFP2 y FFP3, sí que son superiores a las mascarillas higiénicas. Por eso, se pueden usar en entornos médicos y hospitalarios, y no solo poseen mejor nivel de filtrado sino que son capaces de atrapar ciertas partículas víricas. Al contrario que las mencionadas FFP2 (y N95), no lo hacen por el filtro, sino que atrapan por estática (los virus se quedan "pegados" debido a la diferencia de tensión superficial). De ahí que sea importantísimo que este tipo de mascarillas quirúrgicas nunca se mojen - ni se humedezcan -, y sean de un solo uso (aunque no hayamos superado el tiempo máximo de utilización recomendable, no debemos guardarlas, una vez nos hayamos puesta una hay que deshecharla, y volver a usa otra nueva, precisamente para no correr riesgos con los mencionados virus atrapados).




Por eso, asimismo, tampoco se pueden tocar (hay que manejarlas por las cintas o "gomas"), ni poner bajo la nariz o sobre la barbilla ya que, de hacerlo, estaremos respirando y tragándonos todos los patógenos que la mascarilla haya atrapado del ambiente, al ser "arrastrados" por la fuerza que ejercemos al respirar. De manera que prestemos mucha atención a su correcto uso, para así aprovecharnos de su eficacia y, en la medida de lo posible, mejorar nuestra protección.

A diferencia de las mascarillas higiénicas convencionales, que nos vienen en una bolsa simplemente pegada, pero no aislada del exterior, las mascarillas quirúrgicas de Tecnol nos llegan en packs de bolsitas sellados, con diez unidades cada una. Es mucho mejor que el sistema de Mumu (submarca de la turca My Medikal), que a pesar de su bonita caja, las mascarillas van sueltas y, por lo tanto, corren el riesgo de contaminarse bien sea durante el transporte o la manipulación. Además, las españolas de Tecnol tienen un poder filtrante en torno al 99%, superior a las de My Medikal.



Es meritorio y digno de reconocimiento que haya una empresa española que se haya decidido a lanzar este tipo de productos tan necesitados en estos tiempos, que además sea de calidad sanitaria, con un packaging estupendo, a precios muy competitivos (nos cuestan más o menos como un pack de 10 mascarillas higiénicas), y de unas cualidades tan superiores. En cuanto a sus competidoras más directas, las mascarillas de Tecnol no solo son mejores que las Mumu de My Medikal, sino que son también en torno a 40 céntimos más baratas.

Por todo ello, merece la pena adquirir las mascarillas quirúrgicas españolas, ya que a igualdad de precios son notoriamente superiores y nos protegerán mucho mejor.

Por desgracia hasta ahora no había opción fuera del mercado chino. Las iniciativas que habían surgido desde España eran titubeantes y apenas alcanzaban al consumidor final (por distintas causas), y tampoco eran más competitivas ni mejores que las chinas. Sin embargo estas mascarillas de Tecnol no solo se mueven en la misma franja de precio, sino que son quirúrgicas, de calidad sanitaria, y se pueden adquirir sin demasiada dificultad, por lo que están accesibles al consumidor que era un aspecto en el que el resto de intentos fallaban, ya que de nada sirve que una compañía tenga el mejor producto y el más competitivo, si luego no lo pone al alcance de sus clientes y, por lo tanto, no pueden comprárselo.









| Redacción: esRevistas.com / esRevistas.blogspot.com




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1 comentario :

  1. Muy interesante el reportaje. Personalmente no conocía lo de las II R.

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