Diccionarios antiguos y "diccionarios modernos"



Ayer tarde pasé por la librería para adquirir un pequeño diccionario, manejable, que me resultara útil cuando estoy escribiendo y necesito consultar algo muy concreto (nombres de huesos, de países, etc.). El caso es que los Iter Sopena que todos teníamos de niños (o que muchos recordaréis), tenían dibujos y láminas con profusión, que aparte del diccionario en sí te permitían conocer otros elementos (cómo se llamaban las partes del motor de un coche, las banderas de los países...). Tuve durante mucho tiempo uno de ellos pequeño, que te venía forrado, y con un bonito formato de bolsillo, y era el que utilizaba mientras escribía. Por supuesto, aquel diccionario quedó anticuado y hace mucho que se fue de mi lado, así que buscaba uno que fuera más actual. Pero cuando he visto la oferta de diccionarios de bolsillo actuales me he llevado una gran decepción: ninguno tiene gráficos ni fotografías, no pidas ya siquiera láminas a color. Supongo que hoy están de capa caída frente a los buscadores de internet, y que las editoriales tratan de publicar lo mínimo posible, aunque no fuesen, ni mucho menos, baratos.

Tras la decepción del diccionario de la lengua, decidí buscar alguno de sinónimos. El que tengo es un enorme volumen de Corripio que ya lleva conmigo muchísimos años (su primera edición data de los años 90). Por aquel entonces era uno de los más completos del momento, así que pensé, en mi inocencia, que ahora habría algo mejor. Me costó 1900 pts (unos 11 euros), y por ese precio lo que he visto da auténtica vergüenza ajena: diccionarios más pequeños, menos voluminosos, con menos hojas y con menos entradas (el de Corripio incluía, además, vulgarismos).




Es increíble que en estos tiempos, en donde en teoría la producción de ese tipo de libros auxiliares debería ser mucho más fácil, rápida y barata (gracias a que se puede realizar con un proceso mucho más automatizado), sin embargo tengamos peores productos que antaño. Incluso el diccionario de sinónimos de Corripio incorpora palabras que no encuentras entre las páginas de sinónimos que hay por Internet, siendo una de las inversiones que mejor me ha servido en mis años literarios. Por desgracia o por fortuna, sigue siendo superior a muchos de los que se comercializan hoy, y también a muchas páginas que ofrecen ese tipo de servicios online.

Hoy un diccionario escolar te cuesta en torno a los 20 euros (los más baratos), y te ofrece menos que estos. Y encima los hay de varios niveles (primaria, secundaria...), no hay un diccionario genérico que tenga además elementos de referencia, no sé si para obligarte a adquirir otros libros de apoyo, o para que lo busques por internet y no molestes (o para abaratar las ediciones y así obtener las editoriales mayores márgenes de beneficios).

En definitiva, que da bastante pena el mundo editorial que tenemos hoy en papel, no solo en literatura como muchas veces hemos dicho aquí, sino incluso hasta en diccionarios. Así que si tienes un diccionario de estos, guárdalo y consérvalo lo más cuidadosamente posible, porque los nuevos no les llegan ni a la suela de los zapatos.



| Redacción: esRevistas.com / esRevistas.blogspot.com




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2 comentarios :

  1. El problema es que desaparecieron grandes editoriales que abarataban mucho esos productos y los ponían al alcance de los bolsillos, como Editorial Bruguera/Ediciones B, Timum Mas, De Vecchi... El mercado editorial se ha reducido a cuatro editoriales elitistas que encarecen muchísimo esos productos. Supongo que es un poco culpa de todos, hoy los colegios exigen menos porque los chicos lo encuentran por Internet, a la vez las editoriales ofrecen menos y más caro, la pescadilla que se muerde la cola. La oferta se ha reducido muchísimo y supongo que más se acabará reduciendo, así que las ediciones de ese tipo de libros que te traían de todo ya no se encuentran, a no ser que te vayas a enciclopedias de coleccionismo o cosas similares. O sea, a un mercado muy reducido y que, por lo tanto, también es exclusivo y caro.

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  2. Muy triste, y supongo que en parte responde al volumen. Antaño se vendían muchísimos así que el margen por cada uno podía ser inferior. Dejé de usar diccionarios hace mucho, sólo un Anaya de antónimos y sinónimos me sigue resultando de utilidad.

    A este paso, tendremos que acudir todos a webs tipo todocolección.

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