La joya de la corona de Casio


El pasado mes de octubre, Casio puso en venta lo que supone el primer digital con caja de acero de la marca nipona en muchos años. Es cierto que en el año 2000 Casio comercializaba sus Edifice digitales en acero, y que el año pasado, más o menos a mitad de año, lanzaba sus modelos de metal con bisel también metálico (con almohadillas de absorción de impactos de resina, no obstante) bajo su submarca G-Shock, los GMW-B5000. Pero para encontrar un digital old-school en Casio dentro de su gama baja o de acceso, tenemos que irnos ni más ni menos a los años ochenta, cuando los W-31, o los W-780, campaban a sus anchas.

En realidad, podríamos decir que, a excepción de sus TGW-100, BGR-100, BGT y familia, de principios de los noventa (que no eran old-school, pero sí digitales), Casio llevaba casi veinte años sin tener un digital de este tipo. Casi nada.




La razón de por qué ahora lo ha hecho, y cómo lo ha hecho, no sería fácil de entender ni estaría completa si antes no nos detenemos a valorar la coyuntura en la que se enmarcan estos nuevos modelos, los Casio A1000, que podríamos considerar como "la joya de la corona" de los Collection de hoy.

Por una parte, está el éxito de su línea G-Shock de acero macizo, los GMW-B5000. Casio ha visto de manera palpable que son modelos muy golosos para el cliente, y aún a pesar de su precio (alrededor de los 500 euros), sumamente interesantes. Sus cifras de ventas así lo demuestran, y un indicativo de esto es que los usan como reloj de referencia cuando, en sus informes anuales, hablan de sus casos de éxito y de sus modelos que más beneficios les reportan.


Por otra parte, el éxito del diseño old-school, especialmente entre un público joven, ha hecho que incluso Casio inaugurase una nueva gama (la Vintage). Famosos y famosas, gente de la moda, y por supuesto muchachas y muchachos de todas las edades, visten sus A168 y sus A159 con cajas de resina cromadas. Esos modelos brillantes las han cautivado sobre todo a ellas, el público femenino, que se han convertido en unas inesperadas embajadoras de este tipo de relojes.

No es casual, por tanto, que su primer reloj con caja de metal, el Casio A1000, las tenga a ellas como público objetivo de inicio, y que Casio haya utilizado la imagen de la mujer para vestir estos modelos que, por otra parte, tienen una forma con aristas y líneas rectas bastante varonil.


Y finalmente, el ensayo de sus nuevos módulos ultradelgados, y con un frontal inspirado en viejos modelos, como los A700, fue un poco la prueba y el anticipo de estos más robustos y soberbios A1000.

Con un módulo cuyas funciones son muy básicas, tipo W-31 de los que hablábamos antes, el A1000 es un reloj que nos ofrece un poco de cal y otro poco de arena: no tiene una gran resistencia al agua (solo soporta salpicaduras), pero tiene uno de los LEDs con tecnología Illuminator que solo podemos ver en las gamas más elitistas de G-Shock o Pro Trek. Llama la atención, también, su cuidado packaging (embalaje), un elemento diferenciador que intenta reforzar esa imagen de reloj "de gama alta", exclusivo, que a un precio que gira en torno a los 100 € es, además, muy competitivo.


Aparte de la caja de metal, en los nuevos Casio A1000 encontramos cristal mineral, tapa con cierre a tornillos, y unas generosas guardas laterales y bisel que protegen los pulsadores las primeras, y el cristal el segundo. Hacía años, muchos años, que no veíamos un producto así en Casio, y era algo que se hacía esperar y deseado por todos los seguidores de la marca nipona. Si han acertado o no, será el cliente quien tenga ahora la última palabra.



| Redacción: Duraderos.cc / Duraderos.blogspot.com

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