Para alguien que haya vivido la informática y los sistemas operativos, al menos desde los primeros Windows o MS-DOS, hasta hoy, se habrá ido decepcionando al darse cuenta de lo mucho que ha cambiado este tipo de entornos, sin mejorar en su esencia. Lo primero que me di cuenta tras instalar Windows 10 es su horrible lentitud. Recuerdo cuando instalaba los antiguos Windows (incluso con 32 GBs de RAM) y lo ágil que iba el sistema operativo nuevo. En Windows 10 no ocurre eso. Obviamente, tampoco es que vaya lento, pero con unas asombrosas 4GB de RAM uno esperaría un sistema operativo veloz como el rayo.
La lentitud a la que me refiero es inherente al diseño de Windows: animaciones, flechitas, degradados, ventanitas emergentes por todos lado... Tonterías y "basuras" que en realidad no aportan nada, pero que se acumulan haciendo que el microprocesador dedique ciclos en adornos superfluos, en hacerlo muy bonito, pero poco o nada útil.
Y es aquí donde vuelvo al principio que mencionaba, a los Windows hasta el XP, en donde uno podía entrar e introducirse hasta en las tripas del ordenador. Estos últimos sistemas operativos heredan la filosofía de Android, o sea: un diseño "para tontos", muy fáciles e intuitivos para quien quiera dejarse instalar y administrar lo que Windows (o Apple, o Google en su caso) "dicte y mande", y en donde intentan todo lo posible quitarle el control al usuario. Dejan de ser transparentes, para convertirse en entornos de viles servilismos.
Sino decidme qué sentido tiene aplicaciones como Cortana, que solo emite mensajes pregrabados y que su inteligencia no es buena ni siquiera como simulación. ¡Por favor, las bots que programábamos en los noventa para el IRC eran muchísimo más inteligentes e intuitivas! Lo más fuerte es que tienes que soportar todo ese tipo de cosas: no puedes desinstalar la mayoría de ellas, y solo las puedes "ocultar".
Me asombra, insisto, cómo han "involucionado" los sistemas operativos. Pareciera que ya no los hacen expertos programadores de C y ensamblador, y que ahora lo han dejado todo en manos de diseñadores "de Photoshop". ¡Con cuatro "gigas" de memoria, en los años sesenta podríamos recorrer el Sistema Solar y volver! Recordemos nada más los pocos KBs que tenían los módulos que aterrizaron en la Luna (¡cómo se hecha de menos un sistema operativo ruso!).
Así que uno no puede evitar preguntarse: ¿¡de qué narices han llenado en Microsoft los casi 30 GB que ocupa el sistema operativo!? Y la pregunta es obvia: en lo que más ocupa espacio. En colores, sombrecitas, musiquillas, animaciones, vídeos e historias, y poco, muy poco, en código máquina "de verdad".
Con mis conocimientos en informática, me llevó una tarde limpiar "hasta donde se podía" el sistema, y aún me quedan muchas cosas por hacer. Y es que hay cosas que, si no fueran tan dramáticas, le harían a uno morirse de risa: preinstalan en Windows el Office, pero a la vez para usarlo te piden licencia. Casi 100 MB la versión más "limitada", y obviamente es una de las cosas a retirar (ya tengo Office yo, si lo quiero ya lo instalo, que no se preocupen por mí en Microsoft). Así con el resto de elementos. Un menú inicio lleno de accesos que no son nada útiles, caóticos y que encima enlentecen el desplegado de un menú tan importante como el principal, eso sin contar una ventana dinámica de notificaciones (¡por favor!, ¿no podrían hacer una aplicación independiente para eso, que pudieras anclar, quitar y poner? ¿Si se podía hacer en Visual Basic Script, cómo no puede hacerse dentro de un sistema operativo?) que te interrumpe y te "agrede" cuando menos lo necesitas.
En resumen, un sistema operativo decepcionante desde su instalación (muy proclive a colgarse, por cierto), y que tiene poco de operativo, y mucho de burla.
Por supuesto, no voy a echarle toda la culpa a Microsoft, ellos solo hacen lo que hacen el resto, y que es lo que parece que la gente demanda: programas (ahora les llaman "apps", que suena más "cool") y funcionalidades estúpidas, poco de informática y mucho de divagar y ocultar la realidad del funcionamiento de un sistema operativo. ¡Si hasta ocultan el árbol de archivos y directorio en la barra de direcciones!
Me pregunto si esto es bueno o malo para nosotros. Supongo que no es bueno, porque nos hacen cargar con cosas innecesarias totalmente, pero no es del todo malo, porque nos permiten tener un conocimiento profundo de los ordenadores, y mantenerlo oculto. Mientras que en MS-DOS uno tenía que saber lidiar casi en profundidad con su ordenador, en Windows 10 puede usarlo casi cualquiera con conocimientos nulos de informática. Esa ventaja ofrece un riesgo aterrador: sin conocer tu sistema, no llegarás a saber nunca qué está pasando dentro de él.
| Redacción: Duraderos.cc / Duraderos.blogspot.com
El problema es que todos siguen el mismo camino. Linux, macOS, todos apuestan por animaciones, efectos, transparencias y tonterías. Creo que en el fondo es porque eso es lo que quiere la gente, así que los desarrolladores no hacen más que darles lo que quieren.
ResponderEliminarOtra cosa sería formar a los usuarios, darles un criterio, pero no interesa claro. Pudiendo venderse PC cada dos años....