Para documentos oficiales se aconseja utilizar bolígrafos de tinta segura, una tinta con unos pigmentos resistentes que soportan la luz, la humedad, y la decoloración, y cuya especificación está recogida en la estandarización ISO 12757-2.
En el mercado los principales fabricantes suelen tener algún modelo de entre sus recambios de tinta con estas especificaciones, o al menos ellos dicen cumplir la normativa. Entre esos fabricantes se encuentran los de Faber-Castell, cuyos recambios seguros se identifican por llevar grabada la normativa ISO en el cuerpo del mismo.
Hay que señalar que este tipo de tintas no solo son útiles para documentos, sino que, además, son muy apreciables si queremos conservar durante mucho tiempo lo que escribimos sobre el papel, que probablemente será en la mayoría de las ocasiones.
Ahora bien, si son tantas sus bondades, ¿por qué no se utilizan masivamente? Para responder a esta pregunta conviene hacer un repaso sobre lo que es una tinta, y cuales son sus componentes principales, aunque sea por encima. Uno de los problemas de todas las tintas es lograr mantener un equilibrio entre disolventes, aceites (o aguas, para el caso de tinta gel) y pigmentos. Si el disolvente es poco, la tinta tiende a secarse y podemos quedarnos con un bolígrafo inservible en relativamente poco tiempo. Si nos pasamos de disolvente o la hacemos demasiado acuosa, los pigmentos no se secarán, la tinta "se correrá" y, además, tendrá menos aguante y longevidad sobre el soporte. El aceite (o el agua) se utilizan como elementos anti-fricción, y facilitan el que la punta del bolígrafo se deslice mejor sobre la superficie del papel y, de esta manera, conseguimos que se pueda escribir con menor esfuerzo, más cómodamente, y durante más tiempo. En esto también es importante el papel, por supuesto: cuanto más poroso sea éste y de peor calidad, más rápido absorberá la tinta y más "atrapará" la punta del bolígrafo.
Todo esto es muy importante en bolígrafos, pero mucho más en estilográficas ya que en ellas se deja toda la eficiencia para hacer brotar la tinta en manos de la presión atmosférica, y no hay un mecanismo (como la bola del bolígrafo) que "obligue" a la tinta a salir o, al menos, que favorezca que ésta "se mueva". Por eso las buenas tintas para estilográficas son, también, más caras.
Pero veamos qué nos dice la estandarización ISO 12757-2 respecto a las tintas seguras: según esta norma, la tinta debe ser muy legible, en concreto debe "asegurarse la legibilidad" y, asimismo, soportar almacenaje por tiempos prolongados sin difuminarse ni borrarse, estando todavía visiblemente legible. Lo más curioso es que incluso dentro de la estandarización no queda muy claro cuánto es "ese tiempo prolongado", si un año, dos, cinco, diez... Veinte, o cien, puesto que aún está en discusión.
La estandarización también incluye la recomendación (o necesidad) de que el recambio sea reutilizable, por lo que estamos hablando de un recambio metálico cuyas partes sean duraderas. Es obvio que en Faber-Castell este punto sí lo cumplen, porque su recambio no solo es rellenable (en el envase lo especifica, por lo que solo comprando tinta, un solo recambio te puede durar mucho tiempo -eso para los que dicen que los bolígrafos no son rellenables como las estilográficas-), sino que también tiene un robusto y duradero cuerpo de metal.
En esta prueba hemos sometido a varias tintas del mercado a un pequeño test de humedad, en concreto lo hemos hecho sobre recambios genéricos de Inoxcrom y MiquelRius, frente a una tinta segura, garantizada y fabricada por Faber-Castell. Veréis que la tinta segura hace una especie de trazos con distintas intensidades, esto es un riesgo de estos tipos de tintas, que tienden a quedarse "pegadas" debido a su composición, que hace "de pegamento". Es cierto que no siempre pasa, pero en varias que he probado, en todas tenían ese desagradable efecto, lo que conviene tener en cuenta a la hora de adquirirlas, y conviene probarlas muy bien antes (y con un tiempo prudencial sobre el papel) para que no tengamos esos graves problemas. Otro detalle que conviene señalar con estas tintas es que, por lo general, "arañan" bastante el papel y cuesta mucho escribir con ellas, pueden servir para firmas esporádicas, pero si quieres escribir durante horas muy probablemente acabes con los dedos destrozados, al menos con las de Faber-Castell (que son las que he probado).
La prueba de resistencia ha consistido en tres tests: el primero de ellos, es un test en el cual se les ha sometido a un baño con alcohol, es un test duro en el que se deja en evidencia la consistencia de las tintas. El segundo test ha sido más "convencional", y en él se ha sometido a dos fases de humedad: primeramente se las ha mojado y frotado, para acelerar el proceso de degradación, y a la vez, a otra parte de la tinta, se las ha simplemente humedecido y luego dejado secar.
Por último, en otra fase de pruebas se las ha sometido a frío intenso durante 24 horas, simulando un ambiente gélido.
Como podéis observar, la diferencia entre unas tintas y otras apenas es significativa. El alcohol ha degradado la tinta supuestamente "segura" con la misma intensidad que las otras (incluso con más), de hecho la que mejor mantiene su consistencia y aún pueden leerse bien sus trazos es con la tinta de la marca MiquelRius. Por otro lado, en la prueba de la humedad y el agua, las tres acabaron diluidas. Supuestamente aquí debería haber sobrevivido mejor la tinta segura de Faber-Castell, pero no ha sido así. Como veis, una tinta comercial "normal y corriente" como la de Inoxcrom ofrece tal pigmentación que soporta también sin dificultad esta prueba, sin necesidad de presumir de "segura", aunque la que mayor intensidad mantiene es la de MiquelRius.
Finalmente, y como era de esperar, el frío intenso ni las inmuta. Diferente hubiera sido si hubiesen sufrido frío mas humedad, pero dado que las sometimos al test del agua, no parecía interesante someterlas de nuevo a un test muy parecido ya que los resultados no deberían ser muy diferentes.
En el mercado se nos venden productos con especificaciones ISO 12757-2, pero ya habéis visto que las otras tintas -al menos MiquelRius e Inoxcrom- tienen también una notable resistencia y aguante ante las inclemencias. Teniendo en cuenta que con las tintas seguras corremos el riesgo, además, de acabar con un recambio con el que se escribe mucho peor que con los recambios normales, y que son más caras, ¿merece la pena adquirir ese tipo de recambios? Obviamente, no.
| Redacción: Duraderos.com / Duraderos.blogspot.com
Unas pruebas muy interesantes. Me sorprende la MiquelRius, que aguanta muy bien. Definitivamente, debo profundizar en los artículos de escritura de esta marca.
ResponderEliminarUna prueba muy interesante, la tinta Inoxcrom siempre la he utilizado y me ha ido bien, me alegro que haya tenido un buen resultado en los Test.
ResponderEliminarDe los bolígrafos económicos los clásicos Staedtler 430M tienen también la tinta indeleble: https://www.staedtler.es/es/productos/instrumentos-de-escritura-con-tinta/boligrafos/stick-document-430-m-boligrafo/