Hacía tiempo que queríamos traeros para una reseña unas zapatillas de Segarra. Tras los fiascos de Jhayber y Lotto, estaba buscando unas zapatillas aptas para uso profesional, robustas, cómodas, con suela resistente y no deslizante, y a un precio competitivo. Para encontrar todos esos argumentos hay que salirse de las marcas "chinas baratas" de hipermercado, e irse o bien por las elitistas Puma o Adidas (que ya sabemos que no defraudan, pero también, ¡a qué precios!), o a las pocas casas zapateras que quedan en España. Una de estas últimas firmas que siguen fabricando un calzado digamos "decente" es Segarra.
Con fábrica en el polígono industrial de Belcaire, y oficinas comerciales en el polígono de Carmaday (ambos en Castellón), Segarra lleva en el negocio de la zapatería desde 1882, como bien indica por todas partes sus embalajes. Más de un siglo, nada menos.
Esa supervivencia, ajena a las modas y a las corrientes que marcan las grandes firmas zapateras internacionales, probablemente es debido a que se han especializado en zapatos "de trabajo", lo que les ha supuesto si bien el no crecer demasiado, poder mantenerse en un nicho del mercado y sobrevivir a tantos e inciertos avatares, entre ellos a la práctica desaparición de las marcas zapateras acaecida en España durante las últimas décadas del siglo pasado, en la cual hemos visto la desaparición de marcas de renombre, a la par que el desmantelamiento de la industria textil en general en nuestro país.
Elegí el modelo 3007 porque era el que me pareció más atractivo para su uso durante el invierno, una zapatilla cerrada, sin agujeros de aireación, cómoda y que abrigase. Sin embargo, en mi error por fiarme de su propia tabla de tallas (que es incorrecta, como suele ocurrir casi siempre, así que no os fiéis de las tablas de tallas que pone la web de Segarra), pedí un número 40, cuando en realidad debería haber sido el 41.
Pero no fue solo en el tallaje mi única decepción con Segarra. Por si fuera poco, cuando me llega su notificación de envío, hacía tiempo que ya me la había enviado la agencia. Es decir, te notifican tarde y mal cuándo salen las zapatillas a destino, incluso más tarde que la notificación de la propia agencia de envíos (cosa que debería ser al revés porque, obviamente, los que mandan el paquete a la agencia es Segarra). No solo eso, yo lo ignoraba pero resulta que al precio del calzado debes añadir un plus de 1 que te hacen pagar de más si elijes Paypal como forma de pago, algo indignante porque no suele ser lo habitual que te cobren un recargo por eso.
Una vez por fin con ellas, comprobé que, si bien son zapatillas calientes y de bastante buen corte, no son demasiado cómodas por una razón: el diseño de la suela. Dicha suela está formada por caucho, y realmente es muy robusta y dura, pero en la parte del talón la han recortado demasiado, elevando mediante una curva la pisada, lo que origina que, al poner tu pie en el suelo al caminar, se produzca una especie de "salto". Y ese diseño incomoda y rompe todas las virtudes de una suela que, si no fuera por eso, podría ser genial.
En Segarra deberían haber realizado un talón plano, como tienen las Estrella de Paredes por ejemplo, con lo que habrían conseguido una pisada más natural. Tal como están hechas, las zapatillas de Segarra son un peligro que encima pueden derivar en algo más grave, como lesiones, si caminamos mucho tiempo con ellas.
Me he puesto en contacto con Segarra y no han querido responder a nuestras solicitudes, ni al número (ofreciéndome una solución), ni a todo lo demás. Y eso explica por qué a estas marcas al final, nadie les compra y continúan siendo una rareza. Y es que me pongo en la piel de alguien que adquiera su calzado, y quiera cambiarlo por cualquier motivo, encontrándose con que le ignoran totalmente, o alguien que se ponga a usar zapatillas como estas Segarra 3007, y acabe con una contractura o incluso esguince en el pie por su poco o nulo anatómico diseño, y obviamente no querrá repetir la experiencia.
A veces uno tiene la sensación de que todas estas firmas (Segarra, Victoria...) no prueban sus propias zapatillas, y que mientras venden sus modelos, los directivos calzan Adidas o Puma, porque de otra manera no se explica que no se hayan enterado todavía de que la pisada de esos modelos sea tan sumamente defectuosa.
Mi consejo es que, si adquirís en Segarra, compréis un número mayor del que usáis habitualmente, y no os fiéis de su propia tabla de tallas. Aunque os sugiero que no os arriesguéis sin probar antes su calzado, u os encontraréis con desagradables sorpresas.
Lo mejor de las Segarra 3007:
- Hechas en España.
- Material de la suela.
- Acolchado del forro.
Lo peor de las Segarra 3007:
- Carencia total de etiquetado (al menos en las que nos han enviado. Ni siquiera han adjuntado la etiqueta obligatoria de los materiales con que están hechas).
- Diseño de la suela totalmente artificioso, con riesgo de acabar accidentado.
- Nulo servicio al cliente.
- Inexacta y errónea guía de tallas.
- Piel serraje sin hidrofugar, por lo que absorverá toda la humedad y agua (¡cuidado si las usas en mojado!).
- Incómodo cordaje (el empeine "se cierra" hacia dentro, presionando sobre el pie al flexionarlo, como en los peores diseños chinos).
| Redacción: esRevistas.com / esRevistas.blogspot.com
La piel se parece mucho a la de mis Segarra 810, claro que ni en propósito ni en precio son comparables.
ResponderEliminarEs muy triste leer pruebas así, donde al final una historia longeva no sirve de nada. Un producto de calidad media con un servicio de atención al cliente pésimo.
Próximamente saldrá otra de Segarra que te dejará mejores sensaciones, Guti ;)
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