La envidia -relojera- que da nuestro país vecino



Portugal, a pesar de su relativa pequeña extensión en relación con España tiene, sin embargo, una gran actividad relojera que, vista desde fuera de sus fronteras nos despierta una sana - y buena - envidia. Y es que a pesar de todas las limitaciones impuestas por la pandemia, y obviamente con las inevitables y necesarias medidas preventivas, continúan teniendo muchos eventos relacionados con el mundo de la relojería que ya quisiéramos por aquí.

Entre ellos, hace pocos días la Escola de Ciencia da Universidade do Minho organizó unas jornadas sobre relojes de sol. Por si fuera poco, el marco fue incomparable: la Basílica dos Congregados (Oratorianos) sita en Braga. No creáis que allí fueron "cuatro frikis" de la relojería, de hecho estuvieron en cartel personalidades relevantes como Nun Crato, catedrático de la ISEG (Universidad de Lisboa) y ex-ministro de educación de aquél país, cuya intervención se centró en la geometría y astronomía de esos relojes. También contó con la presencia de Elfrida Ralha, matemática, y Virgínia Pereira, especialista en filosofía e historia de la Universidad de Lisboa. Todos ellos hablando de eso: de relojes.




Eso no es todo. Nos encontramos también con la próxima exposición (se inaugura el día 10 de este mes) de "relojes exquisitos" que se realizará en Évora, en el Museo del Reloj (sí, allí tienen hasta un museo que organiza muchas actividades). La exposición es una muestra de relojes con formas extravagantes, curiosas y "diferentes", y es una iniciativa inédita por sus características.

Pero no todo se desenvuelve en torno a las instituciones, también las marcas tienen a Portugal como referente importante para sus eventos. Hace poco fue Seiko quien celebró en Lisboa su 140 aniversario en la Península Ibérica. Llama la atención que los japoneses, para celebrarlo, hayan preferido Portugal en lugar de España, lo que da buena cuenta de la pérdida de peso que nuestro país está, por desgracia, teniendo a nivel mundial para las marcas. En el evento -realizado en uno de los mejores restaurantes del país- se sirvió comida típica japonesa, y se recordaron los años de historia de una marca que empezó con la iniciativa de un joven Kintaro Hattori que, con tan sólo 21 años, decidió abrir en Tokio una tienda de reparación de relojes. Once años después, en 1892, abría las puertas de la fábrica Seikosha con la que crearía todo un referente en el mundo de la relojería.







| Redacción: esRevistas.com / esRevistas.blogspot.com




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1 comentario :

  1. Deberíamos aprender mucho de Portugal. Un país más pequeño que el nuestro, más pobre y con menos historia. Pero que demuestran un amor y una cultura relojera que ya nos gustaría.

    Y lo hacen en todas las gamas, tanto en el lujo como en los modelos más asequibles.

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